El Síndrome de Estocolmo es un término utilizado por primera vez en Suecia en 1973 por el psiquiatra y criminólogo Nils Bejerot. A pesar de toda la controversia y cuestionamiento relativo a su descripción y las bases de su sustentación científica, este concepto no le es indiferente a nadie y, cuando lo empleamos, casi todos tenemos una idea aproximada de qué se trata.

Este Síndrome describe un fenómeno paradójico, o mejor dicho una reacción emocional paradójica, ante la pérdida temporal de la libertad que sufren las víctimas de un secuestro, relacionada con el miedo extremo y la respuesta emocional de las personas ante esta situación extrema de sometimiento. El Síndrome de Estocolmo es la reacción afectiva del rehén hacia su captor o maltratador, el sentimiento de afinidad y de perdón hacia este.

Este concepto se originó hace ya cincuenta años, en el transcurso de un atraco a un banco en Estocolmo, cuando los asaltantes retuvieron durante seis días a sus rehenes, que fueron víctimas de amenazas constantes, en unas condiciones de maltrato psicológico extremo. Nils Bejerot, quien actuó como mediador de la policía en aquel suceso, estableció entonces la tesis de que cuando una persona es sometida con violencia y se ve abocada al riesgo de morir puede reaccionar psíquicamente con una especie de regresión a emociones infantiles.

Presenta, en estos casos, una dependencia emocional grave que le incapacita para comer, hablar o ir al baño sin la autorización de sus secuestradores. Se trata de una reacción emocional patológica en grado extremo. Este psiquiatra, al estudiar la reacción emocional tan paradójica de los rehenes, detectó una especie de benevolencia hacia los secuestradores; las víctimas eran incapaces de testificar en el juicio o de declarar algo negativo sobre ellos; incluso, les visitaron en la cárcel y les ayudaron económicamente. Se trata de una reacción emocional subconsciente hacia el peligro inminente de muerte, en la que el mecanismo inconsciente de autoprotección se convierte en una  reacción con una sumisión extrema.

Otro especialista es el psiquiatra Frank Ochberg, considerado como el padre de la psicotraumatología moderna, quien se especializó en las causas de traumas y reacciones de estrés postraumático y redefinió el Síndrome de Estocolmo para el FBI y Scotland Yard en la década de los años 70.

Es ciertamente llamativo, desde el campo científico de la salud mental, verificar cómo surgen los mecanismos de defensa emocional ante el peligro y las secuelas psíquicas. Se podrá estar o no de acuerdo, pero lo cierto es que, a pesar del tiempo transcurrido, hoy continuamos hablando del Síndrome de Estocolmo…