La actividad más alta que un ser humano puede conseguir es aprender para entender, porque entender es ser libre.- Baruch Spinoza
Recientemente, en un encuentro con directores regionales y de distritos de la región norte, Santiago, el nuevo ministro de Educación, Dr. Ángel Hernández (2022), hizo el siguiente señalamiento: ¨nada justifica sus cargos, ni el mío, si no hay aprendizaje en las aulas. (…) ahora mismo en Educación hay 250 mil personas vinculadas con un presupuesto de casi 250 mil millones de pesos y aun así todo eso se va al zafacón porque los niños no aprenden. Lo único que justifica que estemos en el sistema es el aprendizaje de los niños, lo único. Lo demás es perder el tiempo. Y es lo que hemos estado haciendo, perder el tiempo¨.
Las palabras del incumbente de Educación, habla de la necesidad de formar el carácter del evaluador en las aulas –que supone- son de integración, participación y capacitación. Coadyuva al alumno a reconocer, evidenciar y mejorar las áreas en que el maestro fijó la mirada. Es un proceso que consagraría las capacidades competentes del estudiante de cómo afrontar los desafíos a futuro. Ayudarlo a orientar su principal vocación laboral, se traduciría por una concisa focalización en distinguir dentro del espectro de la diversidad, pluralidad, opinión y corolario, el valor del aprendizaje.
En ese sentido para Vygotski el aprendizaje no es algo excepcional que sale de nada y llega a nosotros como nada; sino más bien, es causativo en el sentido de hacer al sujeto que haga algo a raíz de la necesidad, del ejercicio, la experiencia, la supervisión y el control. Dicho de otra manera, aprender es una consecuencia de un conjunto de acciones impulsadas por la voluntad de querer ser.
Entonces quién dijo que aprender es una tarea sencilla. Con la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget que consiste en cuatro períodos cognoscitivo, entendemos, el aprendizaje es gradual, y debe iniciarse a edad temprana. Por ejemplo, con la cuarta etapa denominado -período de las operaciones formales- se aprende cómo se hace y se avanza hacia el nivel de desarrollo cognitivo de adultez. La misma es consistente, en auscultar razonablemente estadios de criticidad, complejidad y abstracticidad de diferentes maneras de abordamiento en la administración de las sociedades del conocimiento y la información.
Según el psicólogo Ausubel (2002), ¨el aprendizaje tiene sentido en el diseño instruccional. Y, más aún, su verdadero sentido es cuando alguien que desea aprender construye sobre la base de la coherencia conjugándose armoniosamente con la metodología del maestro. En esa dirección, la educación facilita a que el alumno adquiera nuevas formas de abordar el problema por medios de estímulos propios de estudio, experiencia, instrucción, razonamiento y observación¨. En tanto en esta materia, lo que para uno es enseñanza, para el otro es aprendizaje. Entiéndase: si el estudiante no evidencia las competencias para afrontar los desafíos ante el déficit, la decadencia, la necesidad, el malestar, la precariedad, u otros males, no hay aprendizaje y la enseñanza del maestro quedaría metida en un baúl de cosas viejas.
Finalmente, desde el punto de vista de Gagné (1985), el sentido del aprendizaje es ¨como un cambio en la disposición o capacidad de los individuos que pueden retenerse y no es atribuible simplemente al proceso de crecimiento¨. Y para ello, se requiere emplear métodos acertados, no arbitrarios, medibles y útiles contra la ignorancia. Procurando así mismo otra razón: abonar en terreno fértil hacia la construcción de nuevas vías de desarrollo experimental, conductual, ético y moral