Para evaluar las potenciales consecuencias de un segundo mandato de las actuales autoridades PRMeistas, tenemos que evaluar y detallar su gestión en los principales aspectos de la vida nacional y eso es lo que trataremos de hacer a continuación.
Sin dudas toca reconocerle que en su primer año tuvo que manejar una pandemia, que afectó todos los países, de ahí que se denominó pandemia; por lo que para ser justo evaluando su desempeño, hemos considerado los años 2022 y el pasado 2023, ambos con algunos aspectos comunes que trataremos hacer notar.
Desde diciembre de 2021 nuestras autoridades del Banco Central se vieron compilados a tomar algunas medidas de corte monetaristas, tendentes a restringir el circulante, con la intención de tratar de controlar la inflación, por lo que comenzaron a subir la tasa de referencia del Banco Central y, durante el 2022, se mantuvieron haciendo aumentos; adicionalmente, el Gobierno quiso impulsar otras políticas de corte fiscal, como lo fue la Ley de Arancel Cero, en la cual se incluyeron una serie de artículos terminados, que todos se producían en nuestro país.
Las medidas del Banco Central lograron sus objetivos, en cambio, las del Gobierno Central, de corte fiscal, solo trajeron ingresos extraordinarios para un pequeño grupo de importadores y una competencia desleal para los sectores productivos nacionales; se suponía que se lograría la reducción de los precios, más solo genero pingues beneficios para los importadores y un atentado a las economías del sector agropecuario.
Llegado el 2023, nuestras autoridades monetarias visualizan un bajo crecimiento del sector construcción, que es uno de los sectores que más generan crecimiento económico, especialmente, porque dinamiza o contagia a otros sectores de la economía. Este bajo crecimiento tenía su origen en la baja Inversión de Capital del Gobierno Central; por lo que la Junta Monetaria autorizó la liberación de recursos del encaje legal para la canalización de préstamos para la construcción y adquisición de viviendas de bajo costo. O sea, un Banco Central y una Junta Monetaria, tratando de enmendar las consecuencias de la mala gestión del Gobierno Central.
Con una baja Inversión de Capital que han contribuido un bajo crecimiento de la economía y a una desaceleración de la inversión privada, nos preguntamos: ¿Qué han hecho nuestras autoridades con la cifra récord de préstamos que ha tomado este Gobierno? ¿Como es eso de que les rinde el dinero? si toman prestado más que ningún gobierno anterior e invierten menos que ningún gobierno anterior.
Es en este punto y ante estas interrogantes que observamos con más detalles las cuentas nacionales, para ver que en el recién concluido 2023 sostuvimos una muy preocupante desaceleración del crecimiento económico, en donde se tenía como meta un crecimiento del 4.5% e incluso algunos organismos multilaterales habían pronosticado que creceríamos aún más, pero cerramos el año con un crecimiento inferior del 2.5%, como nosotros habíamos pronosticado en enero del año pasado.
Pero ¿en qué nos afecta un bajo crecimiento económico? ¿en qué nos afecta una baja inversión de Capital? Ambas cosas son las que nos genera capacidad de pago de la deuda y si esta crece a niveles Récord, con un bajo crecimiento y con poca inversión de capital, resulta lógico pensar que estamos perdiendo capacidad de afrontar los pagos de la deuda en el futuro y, que ha habido una muy mala distribución del gasto público, en donde se prioriza gasto corriente.
Imaginémonos a una empresa que toma préstamos para gastar y no para invertir en aumentar su productividad, o sea, que sus gastos no tengan retorno de inversión, sin dudas, estaría condenada al cierre y a la quiebra, lo mismo pasa y ha pasado con países que se mantuvieron con altos déficit, financiados con préstamos y con una mala calidad del gasto, provocando como en Argentina, altos niveles de inflación, aumentos de la pobreza y la pobreza extrema y finalmente una pérdida de la confianza en la democracia y en los políticos.
Alguien podría decirnos que la inversión en educación y en salud, por ejemplo, también genera desarrollo y puede generar un muy buen retorno de inversión y hay que reconocer que es cierto, además de que apoyaríamos esa inversión que promueve el desarrollo humano. Pero cuando vamos a los datos, vemos a un ministerio de Educación que cada año ha tenido inconveniente en gastar, mucho más en invertir, el 4% del PIB, que tiene asignado, descuidando el mantenimiento de los planteles, la construcción de nuevos, el desayuno y almuerzo escolar, la tanda extendida y otros aspectos indispensables, como la preparación académica de los educadores.
Y si seguimos indagando en otras áreas notamos el deterioro de prácticamente todos los servicios públicos: salud, educación, 911, gestión de documentos, etc., vemos como la trascendental obra del Metro de Santo Domingo muestra falta de mantenimiento e incluso de personal entrenado.
Otro aspecto, tanto o más importante es que desde su ascenso al poder han mostrado voracidad importadora que atenta con la productividad agropecuaria y es una amenaza para la seguridad alimentaria, en especial, en este momento en el que proliferan los conflictos bélicos y la crisis geopolítica internacional, donde vemos que en Europa hay guerra entre Rusia y Ucrania, en Medio Oriente entre Israel y Hamas, en Asia China Amenaza a Taiwán, Corea del Norte a Corea del Sur y más cerca en nuestro mar Caribe y el Atlántico buques Británicos llegan a Guyana; pero nuestras autoridades no tienen la más mínima consciencia de lo que es Gobernar para el bien Presente y Futuro de una Nación. Sin dejar de mencionar la preocupación que genera el tema de los aranceles del arroz y el RD-CAFTA.
Ahora, también enfrentamos una volatilidad del tipo de cambio del dólar y que, a pesar de las amplias reservas internacionales, nuestras autoridades monetarias se ven imposibilitados a hacer inyecciones sin que esto no represente una reducción de la masa monetaria en circulación. Este aumento del tipo de cambio, motivado por varios aspectos:
- Drástico aumento de las importaciones de alimento, gracias a una política tendente a favorecer la importación y que no apoya la producción local.
- Reducción de las exportaciones, gracias al cierre de la frontera y de las relaciones comerciales con nuestro segundo socio comercial, Haiti.
- Aumento del compromiso de la Deuda Externa.
- Aumento del deficit del Sector Electrico.
Y que podemos esperar de una economía con una deuda creciendo a un ritmo récord, una desaceleración récord del crecimiento económico, un récord de baja inversión de capital, baja inversión en infraestructura, baja calidad de la inversión en desarrollo humano (Salud y Educación) y unas políticas que incentivan la importación, que son una amenaza franca a la seguridad alimentaria y al equilibrio de la balanza comercial. Sin dudas, si permitimos que sigamos rompiendo récord en perjuicio del presente y del futuro de los dominicanos, en poco tiempo, nos veremos en una crisis de cumplimiento de pago de la deuda, con baja producción de alimentos y entraremos en una espiral inflacionaria que podrá poner en riesgo la gobernabilidad y la paz social.