La cooperación internacional para el desarrollo, es un instrumento de las relaciones internacionales que contempla el fortalecimiento de las capacidades de las naciones, a través del financiamiento reembolsable o no reembolsable, la asistencia técnica, entre otros tipos de modalidades. Este instrumento, ha aportado un sinnúmero de avances significativos en nuestro país, dejando como resultado que la intervención amiga de potencias de mayor desarrollo, es primordial para el crecimiento y fortalecimiento de los pueblos. El tema del riego agrícola en la República Dominicana, no ha sido uno de los enfoques de desarrollo dentro de las diferentes administraciones de la cosa pública, más bien, el campo ha sido catalogado, por la mayoría de las personas, como un sitio de donde solamente puede emanar atraso, pero, esta idea no podría ser más errónea, las principales potencias del mundo demostrado que la zona rural es un diamante en bruto que vale la pena que sea pulido, debido a que desde esta zona es que se le puede dar sostenibilidad a la seguridad alimentaria; pero, la concreción de este resultado solamente se hará mediante la obtención de la seguridad hídrica.

En países como Japón, que cuenta con escasez de tierra cultivable y falta de mano de obra, la agrotecnología ha revolucionado la producción de alimentos. Ahora esa nación quiere exportar su modelo y ayudar a otros países en desarrollo a conseguir cultivos más eficientes. Israel, donde ya existen maquinas que pueden obtener agua a través de la humedad del medioambiente, demuestran avances considerables en sus modelos de producción y el manejo de sus recursos hídricos, llegando a alcanzar niveles nunca antes vistos: Dentro de la región, podemos observar como México y Chile han dedicado una parte muy importante de sus recursos financieros y su tiempo a la tecnificación del campo, dejando como resultado que estas naciones sean de las principales exportadoras en América Latina.

La República Dominicana, es un país eminentemente agrícola, con una superficie territorial de 48,400 km2 de los cuales, el 76% es aprovechable para la agricultura. Se estima que están bajo riego unas 300,000 hectáreas. El agua es un activo estratégico para el desarrollo del país, cuya escasez y contaminación afecta directamente la economía. La presión hídrica mide la demanda/oferta de agua y se expresa de manera porcentual como índice de escasez de agua.  Se estima que en el 68% de las provincias hay escasez de este recurso, siendo las más afectadas según la presión hídrica (>100%), las provincias de Bahoruco, Montecristi, Valverde, San Juan de la Maguana, Azua y Pedernales. La solución de este problema es fundamental para la conservación de los recursos hídricos en el país, por lo que, urge implementar sistemas de riego eficientes.

La cooperación internacional, va a tener un rol preponderante a la hora de comenzar a materializar los esfuerzos del gobierno dominicano en la implementación de nuevas tecnologías para la producción agrícola, aprovechando la experiencia en implementación de políticas públicas de esta índole y la aplicación de esquemas de financiamiento para llevarlas a cabo. Dentro de la comunidad internacional, existen múltiples ejemplos exitosos de aplicación de políticas de fomento a la tecnificación del riego, pero, siempre hay que tener una atención especial en países que tienen un nivel de desarrollo igual a la República Dominicana y un rotundo éxito en la aplicación de este tipo de políticas, ya que, el futuro de la cooperación internacional está en el marco del análisis de fortalezas y debilidades entre países para así buscar un desarrollo integral en base a los éxitos obtenidos por las diferentes naciones y tener en observación los errores cometidos por las mismas, para no repetirlos de igual manera, siendo el canal ideal los proyectos de asistencia técnica y/o los intercambios de experiencias.

Desde la actual gestión gubernamental, mediante el decreto 204-21, se crea la Comisión de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego, siendo esta acción un reflejo de los esfuerzos que se tenían pensados para enfrentar la difícil situación de los recursos hídricos en nuestro país, en esta ocasión, con énfasis en el uso del agua en la agricultura. El fortalecimiento y desarrollo de esta institución, a parte de la dedicación y entrega de los diferentes profesionales que trabajan en ella, ha sido resultado de un proyecto de cooperación internacional titulado “Asistencia Técnica en Gestión de Proyectos de Tecnificación de Riego, y Aplicación de Mecanismo Financiero de Fideicomiso.”, donde, como país, estamos aprovechando el éxito de la Comisión Nacional de Riego de Chile en la aplicación de su esquema de implementación y financiamiento de la política de fomento a la tecnificación del riego, lo que nos dará como resultado, la preparación necesaria para enfrentarnos a nuestro propio sistema nacional de riego, desarrollando proyectos con sostenibilidad técnica y financiera que aporten significativamente al aumento de la producción agrícola y la eficientización en el uso del agua para la agricultura.

No se puede pensar en el desarrollo integral de los pueblos, sin tomar en consideración la implementación de nuevas tecnologías en la producción agrícola. La tecnificación del campo apunta directamente a la búsqueda de varios Objetivos de Desarrollo Sostenible(ODS), de los cuales podemos destacar el #2(Hambre cero), el  #6(Agua limpia y saneamiento) y el #13(Acción por el clima), este último, debido a que la eficientización del uso del agua en la agricultura, deja como resultado una menor emisión de Gases de Efecto Invernadero, también, un impacto positivo en la huella hídrica, en palabras del Director Ejecutivo de Tecnificación Nacional de Riego, Claudio Caamaño Vélez, “El agua y los alimentos serán el nuevo petróleo, el nuevo oro; y más preciados aun, pues ni el oro ni el petróleo son tan imprescindibles para la vida capital comer y tomar agua”, los que nos deja una reflexión capital acerca de los objetivos que como nación debemos alcanzar, en materia de producción agrícola y uso eficiente de los recursos hídricos.

Toda estrategia de desarrollo de la República Dominicana debe incluir, por lo tanto, una racionalización del riego y una cabal técnica de explotación de nuestro caudal acuífero.