“The Brain Initiative”, la Iniciativa o proyecto “Cerebro”, es la gran apuesta científica de Estados Unidos para descifrar los misterios de este órgano esencial. Se inició en 2013 como una apuesta del Gobierno del presidente Barack Obama, en los comienzos de su segundo mandato, y se apoya en los avances de las neurotecnologías más innovadoras, para con su ayuda conocer de manera más profunda la dinámica del funcionamiento del cerebro humano y sus funciones cognitivas, con el objetivo de crear estrategias más eficaces para abordar las patologías que generan más discapacidad, como son las enfermedades neurodegenerativas y los déficits cognitivos.

Las pruebas radiológicas, como las tomografías o las resonancias, nos permiten observar cómo se encuentran las estructuras cerebrales, es decir, nos posibilitan apreciar la forma de nuestro cerebro para descartar tumores, malformaciones y cualquier posible alteración de su estructura normal.

Con otras pruebas, como el electroencefalograma y los potenciales cognitivos evocados, podemos evaluar de manera más dinámica la actividad eléctrica cerebral, un aspecto fundamental para los diagnósticos de epilepsia o como un predictor del deterioro cognitivo precoz. Así evaluamos la electricidad cerebral durante una actividad como es la atención, la visión o la audición.

El avance de la radioneurología es una fusión entre todas las pruebas que se realizan, es la valoración de la dinámica y de la estructura de la forma y la función al mismo tiempo.

El doctor Rafael Yuste, originario de Madrid y residente en Estados Unidos, donde es profesor en la Universidad de Columbia (Nueva York), es el promotor del proyecto Brain, que aspira a lograr descifrar cómo funcionan la conciencia y los recuerdos y para ello ha llegado a alterar experimentalmente los recuerdos de animales de laboratorio.

Estas investigaciones son trascendentales para la cura de las enfermedades neurodegenerativas como son las demencias. El objetivo es descifrar el código neuronal, es decir, la relación entre las neuronas, como se transmiten la información las células que conforman el cerebro. Esto se denomina sinapsis y gracias a dinámicas muy complejas somos capaces de movernos, de hablar, de sentir, de pensar, de recordar…, es decir, de desarrollar las denominadas funciones ejecutivas superiores. Según ha explicado el doctor Yuste, aún no ha logrado establecer una teoría acerca del funcionamiento de la memoria.

La particularidad de esta línea de investigaciones tan complejas es cómo se puede valorar una capacidad dinámica intangible que no tiene una localización anatómica específica. Anteriormente, los estudios se basaban en pacientes con déficits que afectaban a sus capacidades de nombrar objetos, de reconocer a otra persona facialmente…; en definitiva, el recuerdo y sus diferentes tipos de memorias (episódica, declarativa, de trabajo). Los déficits cognitivos y su alteración se estudiaban postmorten, en estudios anatomopatológicos.

El valor de los grupos de investigación científica, como la que promueve el doctor Rafael Yuste, está en la anticipación en el estudio de las posibles disfunciones. La aplicación del conocimiento científico que está por encima de todos y beneficia a todos en la aplicación de la Medicina clínica y, en mejoría de la calidad de vida de los  enfermos.