Para nadie es un secreto que la universidad estatal jugó un papel protagónico, junto al pueblo dominicano, para conquistar la libertad y la democracia en la nación dominicana. Esa es la razón central que explica el hecho de que a partir de la instauración en el gobierno del presidente Antonio Guzmán Fernández, en 1978, sea cuando la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) recibe un trato en correspondencia con las leyes del país y los principios democráticos.

Esto le permitió a la academia seguir desarrollando su importante papel de ser la mejor niveladora social de la República Dominicana. A partir de entonces, los gobiernos fueron mejorando sus relaciones con la UASD. Se dejó atrás la vieja política represiva contra ella. Pero aún así, en ese nuevo contexto histórico, la universidad continuó reclamando ayuda económica para cumplir con su misión académica, científica, social y cultural y así seguir impactando sobre el desarrollo nacional.

En la campaña del 2020, mientras el presidente Luis Abinader era todavía precandidato presidencial, me opuse, por considerarla no pertinente, a una propuesta hecha por algunos gremialistas, uasdianos, que proponían invitarlo a la universidad para que asistiera un acto de firma de un acuerdo, el cual lo comprometiera a ayudar, legalmente, a la UASD, una vez llegara a ocupar el puesto de primer ejecutivo de la nación. Le dije a los amigos sindicalistas, que a un hijo del Dr. José Rafael Abinader no se le debía colocar en una situación tan incómoda. Le expresé que Luis estaba convencido del amor de su padre por la UASD…

Debemos reconocer que el presidente Luis Abinader ha puesto un especial interés en ayudar a la UASD, a fin de que ella pueda cumplir con su misión como la más importante institución de educación superior del país. Esto ha permitido que la academia estatal haya podido recibir actualmente el apoyo económico y en infraestructura para el cumplimiento de sus compromisos académicos y sociales. Es necesario comprender que estamos frente a una universidad nacional y que tiene necesidades en las diferentes áreas para su funcionamiento institucional en toda nuestra geografía.

Las relaciones del presidente Luis Abinader con la UASD, y es nuestra creencia, provienen de su propio hogar y desde su niñez. Su padre, el Dr. José Rafael Abinader, fue un prestigioso académico y profesor de la universidad del Estado. Él ocupó una de las más altas posiciones como vicerrector administrativo. También fue, además, uno de los líderes miembros del Movimiento Renovador Universitario, aquel que abrió las puertas de la UASD a los jóvenes de todos los sectores sociales de la sociedad dominicana.

Planteo lo anterior, más bien lo sé, por experiencia propia, pues mis tres hijos, que estudiaron en la UASD, aman con locura a esa institución; los hijos de mis amigos también lo hacen de igual manera. Los hijos aman a las instituciones donde laboran o laboraron sus padres. Esto es axiomático. Un sentimiento romántico nos embarga el alma al recordar los espacios recorridos, o contado como narrativa, por aquellos lugares llenos de historias familiares.

Me permito poner dos ejemplos que ilustran el apoyo del presidente Luis Abinader a la universidad autónoma. El primero lo constituye el hecho de que al ocupar la presidencia, y con apenas algunas semanas en el ejercicio de sus funciones de gobierno, visitó personalmente a la UASD, sin que mediara solicitud alguna, para entregarle a la maestra Emma Polanco, entonces rectora, la suma de 234.5 millones de pesos. Estuve allí invitado, junto al hoy rector, Editrudis Beltrán y a otros académicos. Esto demuestra la plena comprensión del presidente de que en los asuntos de Estado, siempre, debemos ir más allá de las fronteras partidarias.

El segundo ejemplo está dado por la más reciente decisión del presidente Luis Abinader de entregarles a todos profesores y empleados de la UASD el suelto 14, al no tener la academia apropiado financieramente el dinero o los fondos para hacerlo por sí misma.

Ahora esperamos que muy pronto, vistas las condiciones favorables, creadas por el presidente Luis Abinader y el rector Editrudis Beltrán, para el trabajo conjunto, la UASD diseñe y formule un primer proyecto, elaborado por sus técnicos, para dar acompañamiento a los planes de desarrollo que realiza el gobierno.

Por otro lado, la academia debe presentar otro proyecto al jefe de Estado para resolver el problema de la calidad de vida de sus servidores. Se debe empezar por un primer elemento o punto en ese plan: oficializar el sueldo 14 para que cada año sus profesores y empleados puedan mejorar su calidad de vida.

Hace mucho tiempo que la UASD se quedó atrás en términos salariales. Sin embargo, debemos recordar que ella era una de las tres instituciones del país, hace algunas décadas, que mejor pagaba a sus servidores. Este es un tema pendiente a discutir en la agenda a nivel institucional.