En un Santiago donde se podía soñar y eran posibles las utopías, un hogar se llenó de felicidad y de alegría por la llegada de un bebé que al convertirse en hombre fue un hacedor de poemas, un sacerdote de la educación, un apasionado por las letras y confeso enamorado con orgullo de su patria. En su carnet de identidad, en la primavera del 1834, un nombre se hizo presente: Manuel de Jesús de Peña y Reinoso.

El que tiene buenos maestros y es buen alumno termina visitando galaxias. Joven ya, entre sus profesores de la ciencia y de la vida sobresale Gaspar Polanco, Juan Luís Franco Bidó y Benigno Filomeno Rojas. Circunstancias lo llevan en 1857 a Santiago de Cuba, la “ciudad heroica, la ciudad rebelde, la ciudad revolucionaria” del Oriente cubano,  llegando en la última instancia de gestación de la lucha independentista contra el imperialismo español. Al sonar la sirena  de la libertad con un grito de guerra, Peña y Reinoso se colocó al lado del patricio Carlos Manuel de Céspedes y después acompañó en su lucha revolucionara al glorioso estratega militar banilejo, Generalísimo Máximo Gómez.

En 1873, al regresar a la patria, fundó junto a ilustres ciudadanos la Sociedad Literaria Amantes de la Luz en Santiago de los Caballeros para la difusión del arte, la literatura y la cultura, a la que se le agregó posteriormente una biblioteca pública, la primera del  país, la cual contiene  hoy en día, junto a una hemeroteca, un patrimonio nacional para los investigadores, profesores, estudiantes y público en general.

 

Apasionado por la educación fue director  de la Escuela Superior de Montecristi, Director del Colegio San Felipe de Puerto Plata, Director del Colegio Central de Santo Domingo, Director de la Escuela Normal de Santiago y fundador del Colegio la Paz.

 

Además, fue fundador del periódico el dominicano y a nivel literario realizó diversas publicaciones, destacándose el ensayo sobre Enriquillo de Galván y Fantasías Indígenas de Deligne, así como las fábulas Las Palmas, el Color Azul y Reminiscencias.

 

La entrega de estas premiaciones 2023 está dedicada al centenario del nacimiento de Ulises Francisco Espaillat (1823-1878), décimo noveno Presidente del  país, ejemplo de ética, pulcritud, honestidad y responsabilidad.

 

Fue reconocido, el profesor Ramón López Castillo, en el renglón de Educación Primaria, la profesora Josefina María Ana Peña, en Educación Secundaria, Antonio Luciano Filpo Zenón en Educación Superior.  En el renglón de periodismo, al maestro Francisco Antonio María Jiménez y en Servicio a la Comunidad a Ramón Secundino Ramos, bautizado por el pueblo como “El Padre Nino”.

 

A la Fundación Voluntariado Ciudad Santa María le fue otorgado un reconocimiento especial por su labor en beneficio de niños y jóvenes de los sectores populares. La “Medalla Pro Arte Nacional”, le fue entregada a la consagrada artista plástica Elsa Núñez Castillo y la “Medalla al Mérito Cultural” a Dagoberto Tejeda Ortiz.

 

Dagoberto, en representación de los galardonados expresó:

 

“En nombre de todos los homenajeados aquí presentes, en una noche memorable, inolvidable y trascendente,  el corazón lleno de generosidad solo conoce la palabra gracias.  Gracias al Creador, gracias a la vida, gracias al centenario Ateneo Amantes de la Luz de Santiago, a la Fundación y Centro León, al Banco Popular, a nuestros familiares y amigos, gracias a una patria que nos ha permitido servir, que nos ha dado el orgullo  y el privilegio de ser dominicanos.

 

En este templo de la cultura, en este salón Federico Izquierdo, invocamos la figura del educador, humanista, poeta y periodista Manuel de Jesús Peña y Reinoso para ponernos reverentemente de pie en una lucha contra el olvido, decirle que vive, que está encarnado en cada uno de nosotros, que su enseñanzas, su legado ético-moral así como su ejemplo, están presentes en estos momentos angustiantes, cuando los valores, los principios y la verdad están siendo cuestionados y violentados en una sociedad que persiste en su búsqueda de un destino mejor.

 

En este acto solemne de ofrenda a los Padres de la Patria, a los nuevos héroes que han ofrecido su vida para preservar su legado como Manolo y todos los patriotas del 14 de junio, como el martirologio de las Hnas. Mirabal, como Caamaño y sus heroicos guerrilleros, como Amaury Germán Aristy y los Palmeros y como los mártires de los  Panfleteros de Santiago, al conmemorar el nacimiento del civilista presidente Ulises Francisco Espaillat, del cual Hostos afirmó que ha “sido el  hombre más digno del poder que ha tenido la República”, en momentos cuando el testimonio de la honestidad, de la pulcritud y de respeto a los recursos del Estado son una respuesta a la corrupción y a la impunidad que hoy insulta y ofende a la Patria.

 

El Ateneo Amantes de la Luz, templo de cultura, con más de 48 años al servicio del país, con sus actividades y con estas premiaciones se convierte en guardián, difusor y sobre todo “en conciencia de la nación”.

 

Señoras y señores, este reconocimiento por parte del Ateneo a nuestra trayectoria de vida nos llena de orgullo a todos, pero al mismo tiempo, nos compromete con la nación, nos compromete a nosotros mismos a seguir adelante para honrar a la Patria, servir al pueblo y no ofender a la historia.

Muchas gracias”