Con el Comité Político a su izquierda, un azorado candidato presidencial Gonzalo Castillo leyó como si fuera un discurso de barricada el comunicado que le habían escrito para justificar lo injustificable: la derrota sufrida en plazas simbólicas por el gubernamental Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en las elecciones municipales de la víspera. Y lo hizo en un insufrible tono estridente, desde el inicio hasta el final, con ritmo acelerado, sin colores. Ocurría este lunes 16 de marzo, poco después de las dos de la tarde.

El partido fundado en 1973 por Juan Bosch, ha perdido en el Distrito Nacional, los municipios Santo Domingo Este y Oeste, San Cristóbal, Puerto Plata, La Vega, Higüey, San Juan de la Maguana, Barahona, La Romana, San Francisco de Macorís.    

Luego de un ejercicio retórico manido de atribución de la victoria al pueblo dominicano, reconocimiento al sector empresarial y al Consejo Económico y Social, en el discurso se aceptaba la ventaja de la oposición, pero reprochaba al candidato del Partido Revolucionario Moderno, Luis Abinader, que exagerara los resultados. Remarcaba que era mínima la diferencia entre posiciones ganadas (alcaldías, distritos municipales), y se verificaba un empate técnico en cuanto al acumulado de votos de cara a las congresuales y presidenciales del próximo 17 de mayo.    

https://listindiario.com/la-republica/2020/03/16/608781/gonzalo-castillo-pld-fue-sometido-a-campana-de-descredito-luego-de-suspension-de-elecciones.

El PLD tal vez no esté herido mortalmente, pero sí es un paciente de cuidado.  Dividido a causa de la crisis de las primarias del 10/2019, ha sido llevado por la oposición al “paredón de fusilamiento”, y los escollos son múltiples para salvarse. El primero: desmontar en tiempo récord del imaginario colectivo la idea inoculada por el mismo presidente Danilo Medina y otros influyentes del CP de que “quien gane las elecciones municipales de febrero (pospuestas para el 15 de marzo), se pone a las puertas de la victoria en mayo”. Tarea que sería más difícil si, además, entre los votantes morados se ha instalado el desencanto tras la derrota del domingo. https://listindiario.com/la-republica/2020/03/16/608748/danilo-y-gonzalo-dijeron-que-quien-gane-la-municipal-tambien-ganara-en-mayo.

Mucha gente no acudió a votar. La abstención ha sido histórica; ronda el 60% sobre el total de 7,5 millones de electores que componen el padrón asumido por la Junta Central Electoral, 721,816 más que el de las elecciones de 15 de mayo de 2016, para un crecimiento de 10,6 puntos porcentuales. En el pasado ha oscilado sobre el 40% en este tipo de proceso. El PLD ha obtenido poco más de 900 mil votos, una cifra inferior al 1.175.954 acumulado en las primarias internas.

Al tradicional factor de la poca atracción que generan los comicios municipales, se han sumado la frustración colectiva y los gastos económicos que ha provocado la suspensión abrupta de las elecciones del 16 de febrero de  2020, y su fijación para el 15 de marzo; el temor al contagio de la enfermedad del coronavirus; las cancelaciones de empleados, amenazas y chantajes en los trabajos y la renuencia de funcionarios negreros a escuchar necesidades de peledeistas.

¿DÓNDE SE QUEDARON?

La dirigencia morada orientará su estrategia a identificar, enamorar, capturar  y movilizar a militantes y simpatizantes que el domingo prefirieron quedarse en sus casas. Y lo hará bajo la duda flotante acerca del comportamiento del segmento de seguidores del expresidente Leonel Fernández que ha optado por permanecer en el partido y no votó, o, si sufragó, favoreció la alianza de la oposición, integrada por los partidos Revolucionario Moderno, Fuerza del Pueblo, Reformista Social Cristiano, Quisqueyano Demócrata Cristiano, Fuerza Nacional Progresista, Bloque Institucional Social Demócrata. En las primarias, Fernández obtuvo cerca de un millón de votos.

Con un candidato soso, plagado de debilidades comunicativas; frente a una oposición rebosante de orgullo y empoderada por la victoria en cerca del 70% de las cabeceras de provincias (82 alcaldías), bajo un ambiente emocional adverso, el dividido PLD (62) entra desde ahora a una batalla de vida o muerte en la que, al menos, tratará de forzar una segunda vuelta.

No son los tiempos del 62% del estratega Danilo Medina; ni de las tres victorias fáciles en primera vuelta del carismático profesor Leonel Fernández, renunciante presidente del partido y ahora opositor. Si es por los resultados de las municipales de comienzo de semana, el PLD oscilaría sobre el 40% en la primera ronda de la contienda de mayo (se necesita 50% más 1), pero, aunque le sobre poder y dinero, no llegaría lejos en la segunda si no aparece desde ahora un gesto de humildad de su liderazgo, un “mea culpa” por  los daños causados a la imagen del partido y un acercamiento sincero a los electores.