El pasado jueves 16 de noviembre celebramos en la PUCMM el Día Mundial de la Filosofía. Establecida esa fecha por la UNESCO. Hago una pausa en mi análisis del texto de Juan Bosch titulado Capitalismo, democracia y liberación nacional para compartir algunas de las ideas que presenté en una conferencia en dicha ocasión. Es muy especial el tema del pensamiento crítico en este año debido a que hemos perdido en los últimos meses a dos de los filósofos más importantes en América Latina: Franz Hinkelammert y Enrique Dussel.
Afirma Enmanuel Levinas “Que todo aparecer del ser sea una posible apariencia; que la manifestación de las cosas y el testimonio de la conciencia no sean, quizá, sino el efecto de una cierta magia, capaces de extraviar al hombre que espera salir de si hacia el ser, todo esto no es un loco pensamiento de filósofo. Es todo el desarrollo de la humanidad moderna: su temor a dejarse hechizar. Sabemos ya, en efecto, que la teoría no nos pone al abrigo de la mixtificación. La ideología, inocente o maligna, ha alterado ya nuestro saber. Por ella los hombres se engañan o son engañados”.
Ese párrafo tiene validez desde que Platón escribió el capítulo VII de La República en el siglo IV antes de nuestra era, o desde el 1605 cuando se publicó por vez primera El Quijote de la Mancha o desde el 1637 cuando Descartes publicó El Discurso del Método. El riesgo de ser engañados conserva en el presente la misma relevancia que en toda la historia del pensamiento y la literatura, cuando las redes sociales construyen mundos imaginarios, los fake news contaminan toda la prensa, pueblos cultos pueden ser engañados fácilmente -y no solo en el caso Alemán con los Nazis, sino tan reciente como el Brexit de Inglaterra. Guerras tan devastadoras como la de Ucrania y Palestina que son explicadas con más mentiras que verdades.
Desde Kant tenemos más dudas sobre el alcance y límites de los sentidos, pero más certeza de que nuestra razón opera de una manera particular y no es garantía de comprensión cabal de lo que los sentidos informan a nuestra sensibilidad, porque hablar de lo que es “lo real” cae en el noumenon y de eso no podemos hablar porque no sabemos. Lo sensorial solo cubre una parte de la realidad, bajo la sospecha de que lo externo a nuestra conciencia es posible sea mas amplia y compleja de lo que los sentidos nos informan, y que el cerebro humano, nuestra razón, es una manera muy específica de conocer, que no garantizar pensar plenamente lo real.
Pretender construir un pensamiento crítico, en el sentido de que sepa discernir entre lo verdadero y los falso, lo cierto y lo aparente, es la tarea de la filosofía en un sentido abarcador y de las ciencias en un plano particular, estas últimas con una metodología muy restrictiva. Y de manera muy destacada el pensamiento crítico se ha cultivado, sobre todo a partir del siglo XIX, en el estudio de los fenómenos sociales, disciplinas como la sociología, la economía, la antropología, la politología…postulan algunos de sus investigadores que pretenden hacer un estudio crítico de los fenómenos sociales considerando a priori de que la mayor parte de las explicaciones de los hechos sociales, actuales y pasados, están ideológicamente comprometidos por intereses de grupos. Ser críticos en ciencias sociales demanda ir más allá de las explicaciones comprometidas con sectores e intereses particulares.
De lo dicho tenemos frente a nosotros los retos de una crítica epistemológica, otra respeto a las ciencias naturales, y una tercera que aborda las ideologías en el contexto de las ciencias sociales. Y por ideología en ese contexto considero una explicación unificadora de los hechos más relevantes de fenómenos sociales para impulsar acciones concretas. Las ideologías ocultan las dudas, contradicciones y ausencia de pruebas de muchas de sus afirmaciones para ganar la voluntad de quienes la escuchan y aceptan, y que se muevan en una determinada dirección o toleren adversidades por ser situaciones necesarias, tanto como si fueran leyes de la naturaleza. Es por ese motivo que la filosofía se opone a todo tipo de ideología en cuando es crítica con explicaciones totalizantes que no resisten una evaluación racional o empírica rigurosa.