Los pueblos tienen sus propias lecturas de las realidades sociales, políticas y económicas y la hacen basado en sus propias experiencias de vida y éstas construyen su sabiduría popular. Yo soy parte del colectivo humano de lo que llamamos nación dominicana y siempre tuve mis dudas sobre la eficacia y eficiencia del Ministerio de Deportes. Por tales razones, consulté a varios expertos y glorias deportivas, a fin de escribir este trabajo.
Las propias confesiones de Marileidy Paulino, al narrar su vida llena de pobreza y limitaciones, y ella lo hace con singular humildad y naturalidad, me obligaron a investigar, previamente, antes de escribir el presente artículo sobre la necesidad de realizar una verdadera revolución en el Ministerio de Deportes.
Siempre reflexionaba y me preguntaba si los grandes atletas nuestros habían sido obra de la construcción y acompañamiento, desde la niñez o su adolescencia, por parte de la burocracia deportiva estatal. Dudé, durante muchos años, que así ocurriera. Al consultar a los expertos y a glorias del deporte dominicano, muchos de ellos con una amplia bibliografía sobre temas deportivos, me confirmaron que mis dudas tenían algún asidero.
La burocracia del Ministerio de Deportes llega al lugar donde están nuestros grandes atletas cuando ya estos muchachos y muchachas del pueblo están construidos con sus propios esfuerzos; sin la ayuda y el acompañamiento necesario por parte del Estado. Cuando la burocracia deportiva llega o aparece, los jóvenes brillan con luz propia. Y es, en esta condición, que el ministerio aparece para exhibir la obra que nunca construyó. Por su puesto, que hay y habrán siempre algunos casos como excepción.
Y hay que hacer una revolución en el Ministerio de Deportes, pues más allá del puro ejercicio físico y mental, el deporte es el mejor antídoto contra la delincuencia que crece y amenaza a toda la sociedad dominicana.
Es bueno advertir que no debemos cometer el error de darle un 4% del presupuesto del Estado a dicho ministerio, pues el dinero por sí sólo no transforma, aunque los recursos económicos siempre serán necesarios. El Ministerio de Deportes sí necesita algún presupuesto para recuperar las Villas Olímpicas, hoy abandonadas, construidas por el Estado dominicano con una gran inversión de fondos públicos. Debemos recuperar estos espacios para beneficio comunitario y la salud física y mental de nuestros niños y jóvenes.