Terminado el periodo de los gravosos arrendamientos, que se había iniciado en el año 1991 y que se extendió por un poco mas de dos años, tiempo durante el cual la CDA pagaba millonarias sumas de dinero mensualmente, que determinaban operaciones antieconómicas que no podían mantenerse por mucho tiempo, entonces en el año 1993, se inicia una etapa en la que sus Administradores proceden a la cancelación de todo el personal técnico de la empresa, es decir pilotos, tripulantes, mantenimiento, principalmente, lo que la lleva a la realización de acuerdos con otras aerolíneas, en base al pago por pasajeros transportados en las rutas y horarios que pertenecían a la CDA, había pasado aunque le parezca imposible de ser una línea aérea a un agente comisionista de pasajeros.
Estas operaciones de agente comisionista, tuvieron una duración de dos años, ya que era imposible mantener una organización diseñada para operar una línea aérea con los ingresos de comisiones que nunca fueron suficientes para cubrir ni siquiera los salarios del personal reducido que ya había en la antesala de su cierre definitivo.
Para fines históricos valdría la pena señalar que en el mes de agosto el año 1986, la administración dejó inaugurado un moderno edificio localizado en el centro comercial de la ciudad de Santo Domingo (avenida Winston Churchill), que alojaban las oficinas administrativas de Dominicana de Aviación y además dotado de una moderna terminal de pasajeros, que le daban una ventaja competitiva con respecto a las demás líneas aéreas que operaban en el país en esa época. Esto en razón de que los pasajeros que utilicen los servicios de la CDA podían realizar sus chequeos en la ciudad, la empresa le transportaba los equipajes y estos solo debían realizar los trámites migratorios en el aeropuerto de Las Américas, lo cual al final del camino fue solo una ilusión en vista de que, aunque este edificio representó adelantarse a la época, se convirtió en una manzana de la discordia y los directivos de entonces proceden a hipotecarlo al Banco de Reservas que finalmente toma posesión del mismo y lo convierte en una de sus sucursales y alojamiento de otras oficinas administrativa hasta el día de hoy.
El hecho ya estaba consumado, había que enterrar lo que fue un símbolo nacional y que ya había atravesado por un gran calvario por la gran crisis administrativa y financiera que la habían llevado en los últimos diez años, lo que ocasionaba que esta se había convertido nuevamente en una carga para el estado dominicano.
Finalmente, a principios del año 1995, el gobierno del presidente Joaquín Balaguer toma la decisión de realizar un cierre de manera temporal por unos meses, con la idea, suponemos, de llevar a cabo un análisis para determinar si era posible un relanzamiento de la empresa, sin embargo, no hubo ninguna reactivación de la CDA, concluyendo la presidencia del Dr. Balaguer. Durante los siguientes tres años se produce un período en el que no se realizó ninguna acción definitiva, hasta que, en el año 1999, el gobierno encabezado por el Dr. Leonel Fernández toma la decisión de disolver definitivamente la empresa terminando así la vida de Dominicana de Aviación.
Se podría afirmar sin lugar a duda, que las actuaciones llevadas a cabo, por los gobiernos del Dr. Joaquín Balaguer, durante sus últimos 10 años, fueron determinantes y causantes en principalía del deterioro de la CDA, ello independientemente de que su cierre se produjera en el gobierno que le sucediera. Esto es tan cierto que los personeros administradores nombrados por este presidente no tenían la mínima capacidad gerencial requerida y sobre todo, llegaban allí con otros propósitos muy alejados de salvaguardar los intereses del país.
Muchos dominicanos que vivieron esa época en la que la CDA transportaba cientos de miles de dominicanos y turistas, en un ambiente, servicio y atención de primer orden, la recuerdan con nostalgia y los de esta época, esperan contar con una nueva línea bandera nacional que los represente dignamente.
Documentos citados originales en manos del autor.