Siempre he apoyado críticamente el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero, soy solo un observador de la política mexicana y nada más. En particular, estudio la corriente disidente del sindicato magisterial. Acabo de pasar dos semanas en Oaxaca, donde hice observaciones sociológicas. Estas observaciones siguen aquí en la Ciudad de México, donde, al igual que Oaxaca, se realiza un plantón (campamento con carpas) y bloqueos de avenidas céntricas, carreteras, empresas transnacionales y edificios gubernamentales para protestar por la falta de atención del gobierno a las demandas de los maestros y maestras disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

La estrategia empleada por los mentores en los últimos 44 años se ha basado en la movilización-negociación-movilización. Se protesta para que se ponga atención a las demandas del magisterio, se mantiene la movilización durante las negociones para presionar a las autoridades y luego se movilizan de nuevo para evitar el tortuguismo burocrático que impide que, real y efectivamente, se aplique la ley. Esta estrategia se basa en la idea de mantener un “pie dentro y otro fuera del Estado”, para asegurarse que se cumplan derechos adquiridos a través de largas luchas sociales.

La huelga magisterial de los disidentes se realiza en el contexto de las elecciones del 2 de junio de 2024. Estas elecciones han tenido un gran impacto tanto a nivel nacional como internacional. Todavía no se anuncia los resultados finales de la elección, pero se acaba de informar que Claudia Sheinbaum, candidata de Morena, ya tiene más de 35 millones de votos, la votación más alta en la historia del país. Sheinbaum será la primera mujer presidenta de México. Sin embargo, hay algunos lugares como el estado de Jalisco, donde aún no termina el conteo por razones de ineficiencia y quizá políticas. Peor aún, la oposición de derecha anuncia las usuales impugnaciones, pero luce que estas no prosperan debido al amplio margen de la victoria de Sheinbaum.

Asimismo, estamos a la espera de que se anuncie el nuevo gabinete. Por ahora, se promete que continuarán las mismas políticas económicas y sociales, pero también se espera que haya un gobierno con “sello propio” y donde muy probablemente se privilegie el uso de energías limpias. Esta observación de deriva del interés de Sheinbaum por las cuestiones ambientales. Sheinbaum tiene un doctorado en Física y se especializa en energía. Ella ha sido presidenta de la alcaldía de Tlalpan en la Ciudad de México y jefa de gobierno de la ciudad. Experiencia no le falta para presidir la 12ava economía del mundo.

En relación a la corriente sindical que estudio, están en huelga desde el 15 de mayo y mantiene un plantón en los zócalos de la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas y otros lugares. La corriente sindical sostiene que Andrés Manuel no ha cumplido con lo prometido: abrogar la reforma educativa neoliberal. Por lo que puedo observar, los disidentes tienen algunos puntos de coincidencia con el gobierno: educación gratuita, laica, científica, humanista. Sin embargo, ellos proponen una educación liberadora que proporcione una educación integra que cuestione el capitalismo y el régimen de la democracia liberal. Su inspiración se basa en los principios de Paulo Freire, el educador brasileño que revolucionó la filosofía de la educación a fines del siglo pasado. No obstante, la existencia de diferencias entre el gobierno y los maestros y maestras disidentes, hay bastante puntos en común en materia educativa. Quizá estos puntos de coincidencias se deban retomar para las negociaciones con el gobierno de Claudia Sheinbaum.

Con el paro de laborares y bloqueos de avenidas y carreteras, los y las docentes quieren enviar un mensaje al nuevo gobierno de que ellos y ellas defienden sus derechos sin importar el gobierno que esté en el poder. Pienso que estos quieren aprovechar la coyuntura para estar en la palestra nacional, pero hay inconformidad en la población por las molestias que causan los bloqueos de calles y avenidas en las ciudades. Asimismo, los padres y madres de los niños y las niñas también se quejan por la huelga ya que esto afecta la educación de su prole. Los y las mentores se quejan por los bajos salarios, planes de salud, jubilación y porque no se les toma en cuenta a la hora de reformar la educación. Peor aún, según ellos, la reforma educativa de Andrés Manuel no modificó sustancialmente la reforma educativa neoliberal. La nueva reforma quita los aspectos negativos (despidos de los maestros que no pasan evaluaciones obligatorias, traslados y promociones, destituciones injustificadas, etc.) de la reforma neoliberal, pero mantiene los puntos claves de la reforma anterior. A mi juicio, la corriente disidente del magisterio parece ignorar que Andrés Manuel es antineoliberal, más no anticapitalista: no se le puede pedir peras al olmo. Por esto su reforma educativa mantiene los elementos claves de la reforma neoliberal: se mantiene la eliminación de la bilateralidad entre el gobierno y el sindicato. Según esta disposición el gobierno comunica sus resoluciones al sindicato, no las negocia.

Luce que los disidentes del magisterio, usando su estrategia de movilización-negociación-movilización, quieren aprovechar la coyuntura creada por las elecciones y el impase que crea toda transición de un gobierno a otro, pero deben hilar fino para no perder el apoyo de la población. La cuestión es cómo aprovechar las oportunidades creadas por un gobierno que no reprime y conseguir las demandas del magisterio. El presidente se ha reunido unas 24 veces con los mentores, algo inédito en la historia del país, y ha ordenado que se atienda sus demandas, pero cuan se baja a nivel de las secretarias de Gobernación y Educación Pública o las entidades estales, se aplica el tortuguismo burocrático y lo que el presidente ordena no transita.

Esta situación crea mucha frustración entre los y las docentes, lo cual produce las movilizaciones de protesta. No obstante, estas frustraciones, el magisterio disidente no debe olvidar las limitaciones de un gobierno antineoliberal, más no anticapitalista. En la actualidad el magisterio disidente mexicano tiene que evaluar críticamente su actitud con el gobierno de Andrés Manuel y prepararse para enfrentar el de Claudia Sheinbaum y ver cómo conseguir que se preste atención a sus demandas. No cabe duda que los mentores y las mentoras deben revaluar críticamente el uso de su estrategia de movilización-negociación-movilización para acercarse al nuevo gobierno.

La experiencia del magisterio disidente mexicano puede ser útil para el magisterio latinoamericano en general, donde los mentores han visto que los gobiernos progresistas, en lo que va de siglo, no siempre han respondido a sus demandas adecuadamente. ¿Qué lecciones se pueden sacar de la estrategia de movilización-negociación-movilización que el magisterio disidente mexicano ha aplicado durante las últimas 4 décadas? ¿Qué aspectos de esta estrategia se deben mantener y cuáles se deben eliminar?