La cultura griega representa el nacimiento del pensamiento y de la ciencia. De hecho, los orígenes del conocimiento médico actual se basan en sus teorías.

Los tratados hipocráticos (Corpus Hippocraticum) son unos escritos médicos que defienden el conocimiento basado  en la observación del hombre en el sentido universal de la palabra (sano y enfermo) la práctica médica como técnica, sabiduría y arte.

Las enfermedades conductuales son percibidas como una afectación de la naturaleza de los sentimientos, de esta forma, las metáforas se utilizaban para la descripción de conductas y situaciones patológicas como ocurre en “El complejo de Edipo y Electra”.

Si bien el amor, el odio, la alegría, la tristeza, la hermandad, la envidia, la competitividad o el perdón son sentimientos naturales, cuando su intensidad aumenta se convierten en enfermedad. Por ejemplo, el exceso de alegría se define como disforia o manía (ser relaciona con Manicomio tema de otro artículo). En otros caso como la falta de hermandad es psicopatía o incapacidad para empatizar.

Así la conformación de la personalidad puede estar condicionada por un exceso de emocionalidad o por un defecto de incapacidad para ponerse en el lugar del otro (Empatía en antagónico es Psico/ patia (enfermedad de la Psiquis).

Dentro de los mitos vinculados a enfermedades uno de los más interesantes es el de Sísifo, un hombre condenado por los dioses a subir una roca a lo alto de una montaña y hacerla rodar ladera abajo una y otra vez.

Esta situación podría compararse con estados de falta de conciencia crítica, con la incapacidad para tomar decisiones y con la falta de libertad que, en resumidas cuentas, producen todas las enfermedades mentales, la repetición de patrones de conducta una y otra vez sin ser capaz de poder romper ese círculo perverso. Gracias a las intervenciones especializadas, a los fármacos y a los diagnósticos precoces hoy es solo un mito que utilizamos como herramienta divulgadora del conocimiento tan difícil de transmitir.

Cada día los profesionales de la salud Mental luchamos con romper círculos perversos donde el sujeto no tiene conciencia de enfermedad y su voluntad está tan enferma como su juicio. Por ello la banalización y recomendaciones inconsistentes, como "pon de tu parte o con voluntad todo se puede", en casos de enfermedad mental grave, son consejos contraproducentes.

El conocimiento nos hace libre y nos da herramientas para poder dejar de ser Sísifo condenado a repetir sus mismos errores una y otro vez.