Todavía perdura en la mente de muchas personas que durante los gobiernos de Joaquín Balaguer el país se endeudo poco a pesar de que se invertía mucho.

Los presupuestos de Balaguer se caracterizaban por tener una alta proporción en gasto de capital llegando en algunos años a superar el 30% del gasto total. Eso le permitía realizar grandes inversiones en vivienda, avenidas, carretas, presas etc. sin recurrir a préstamos.

Pero pongamos las cosas en su lugar. Durante los primeros 12 años de gobierno de Balaguer no existía en este país lo que hoy llamamos “institucionalidad”. Mucho menos se respetaban las leyes o la constitución, llegando el propio Balaguer a decir que era un pedazo de papel.

El presupuesto de la Nación se manejaba en un cuaderno de escuela en el despacho presidencial, donde Balaguer anotaba lo que se recaudaba diariamente y decidía a donde enviar el dinero. O sea, sacando las nóminas, los presupuestos de las instituciones eran simples ejercicios numéricos. Las ejecuciones presupuestarias de esos años jamás se publicaban y nadie sabia en que se gastaba el dinero público.

Todas las obras se asignaban grado a grado desde el Palacio Nacional y se cobraban comisiones entre un 20% y 25%. ¿O ya se olvidaron de eso en tan poco tiempo?

Los salarios de los médicos, profesores, ingenieros, agrónomos, abogados, administradores y contables que trabajaban en el gobierno eran tan bajos que hoy sería el de un mensajero de una institución pública. Y si se trataba de aumentar salario había que hacer una huelga general.

La contabilidad gubernamental no existía. Tampoco un sistema de inversión publica o paginas web que publicaran las ejecutorias de cada institución. Todo era un misterio.

Lo que no fallaba era la lista que se publicaba en la prensa de los ingenieros que recibían dinero como parte de los proyectos que ejecutaban. Pero no los sobornos que pagaban.

Balaguer no se endeudaba, pero imprimía dinero inorgánico a discreción generando una continua devaluación del peso. Hubo épocas en que para viajar y cambiar dólares había que buscarlo en el mercado negro 30% mas caro.

En lo político, Balaguer fue un régimen cuasi dictatorial donde se asesinaron a cientos de periodistas y personas acusadas de pertenecer a partidos de izquierda. Creó la banda colora y la represión fue tan intensa en los años 70 que el PRD se retiro de las elecciones del 1974, dejando a Balaguer como único candidato junto a ¡Lajara Burgos!

Cuando perdió las elecciones en el 1978, entrego el poder por presión de los norteamericanos y confabuló para que le regalaran 3 senadurías que había perdido.

El trujillismo siguió gobernando en los primeros 12 años de Balaguer y era permisivo ante los abusos de muchos militares que eran verdaderos asesinos. Militares que perdieron su poder y fueron fenestrados a la llegada de Antonio Guzmán al poder en 1978.

Pero también en esos 12 años hubo periodos de alto crecimiento económico gracias a los precios de las exportaciones de bienes tradicionales. El azúcar llegó a subir 9 veces su precio.

Balaguer desarrolló la industria sobre la base del modelo de sustitución de importaciones ofreciendo incentivos fiscales a las importaciones de materia prima.

Llevo a cabo una reforma agraria intensiva, aunque eso le dio jaque mate a la productividad agropecuaria en algunas zonas productivas. Pero mejoró el entorno rural, acabando con gran parte de los grandes latifundios, sin tocar los de la industria azucarera, ni el de los militares y algunos ganaderos.

Fue un impulsor de la clase media, aunque en 1978 más del 58% de la población vivía en la pobreza y de ellos 15 en pobreza extrema, especialmente en las zonas rurales, que en ese entonces estaba mas poblada que la zona urbana. Pero no existían estadísticas confiables y mucho menos sobre temas sensibles, como el desempleo y la pobreza. Fue un periodo oscuro y tenebroso.

Y a los que dicen que Balaguer se reivindicó en sus siguientes 10 años de gobierno (1986-1996), también es falso ya que violentó las elecciones del 1994 con el mayor fraude electoral de la historia para evitar que el Dr. José Francisco Peña Gómez, líder del PRD, asumiera el poder después de haber ganado limpiamente las elecciones. Era un alacrán aferrado al poder que jamás podía cambiar su naturaleza.