Indiscutiblemente la pandemia del COVID-19 ha producido un impacto negativo en todos los sectores económicos y sobre todo en un sector como lo es el turismo tan sensible a cualquier fenómeno de salud, social o político.

Cada vez los países, tanto desarrollados como menos niveles de desarrollo, promueven actividades relacionadas con el ocio y la recreación, pues estas les permiten obtener cuantiosas cantidades de divisas.

Para el caso particular de la Republica Dominicana, que desde los años 1970 se ha venido promoviendo actividades turísticas, sobre todo proyectos de inversión en hoteles, villas, restaurantes, plazas comerciales, acondicionamientos de playas, el turismo cada vez mas se convierte en una fuente vital para la captación de divisas y la creación de empleo.

En el año 2019 el turismo generó en la Republica Dominicana US$7,600 millones y para el 2020 dicho monto se redujo a US$2,673.8 millones; los resultados obtenidos en el año 2021 fueron de US$5,626.00 millones. Como se pueden observar en los resultados obtenidos para el año 2022 el gran reto es recuperar el nivel de crecimiento de divisas del año 2019, a partir de la mayor entrada de turistas al país.

Se ha celebrado por parte del Ministerio de turismo, que para el primer trimestre del año 2021 representó tan solo el 38% de los turistas llegados al país con relación al año 2019, pero ya para el ultimo trimestre el crecimiento superó en 116% al último trimestre del 2019, lo que se expresa como una recuperación acelerada del turismo en la República Dominicana, que según opinión del New York Times este fenómeno de recuperación de turismo de nuestro país por encima de otros países del Caribe y América Latina, se debe a la flexibilización en las medidas de control sanitario para el ingreso de extranjeros al país, que se le permite ingresar sin la prueba PCR.

Según las informaciones difundidas por el Ministerio de Turismo, el nivel de ocupación de los turistas que provienen de Norteamérica representa en promedio de 10 días de alojamiento en los hoteles, 47% alojados en hoteles de la Provincia Altagracia y 11% en el Gran Santo Domingo. Según esas mismas estadísticas el 61% los turistas no residentes provinieron en el año 2021 de Norteamérica y el Caribe, 25% de Europa, 10% de Suramérica, 3% de Asia y 0.7% de África.

Aunque es motivo para celebrar por el impacto que estos resultados derivan en términos de divisas y empleos, como país no podemos conformarnos con esto, pues a pesar de los resultados obtenidos es necesario reflexionar sobre la necesidad que tenemos de hacer sostenible nuestro turismo desde el punto de vista económico, social y ambiental, pero también de la diversificación tanto en términos de las ofertas de ocio y recreación que tiene el país y la demanda futura, partiendo de las preferencias de los extranjeros que se animan a visitar nuestro territorio, sobre todo playas, montañas, ríos ciudades.

Es necesario la promoción turística más agresiva no solo conformándose con la promoción dirigida a Norteamérica y Europa, cuyos ciudadanos liderean el ingreso a nuestro país; sobre todo la promoción debe aumentar hacia aquellas regiones del mundo que potencialmente a futuro representan una extraordinaria oportunidad para el país, principalmente Asia y América del Sur, cuyos ciudadanos añoran visitar la Republica Dominicana. Dicha promoción debe estar orientada para que los turistas no solo escojan de forma exclusiva prácticamente un solo destino turístico como sucede actualmente con Punta Cana, que, aunque se debe seguir promoviendo como marca país, también debe intensificarse las ofertas tanto en toda la Costa Norte y el Cibao, así como el sur del país.