A los fanáticos de la Inteligencia Artificial (conocida por las siglas IA), les aterroriza morir sin ver hasta dónde llegará este nuevo fenómeno tecnológico. ¿Podrá pensar y regenerarse? ¿Dominará el grueso del ejercicio profesional y de la actividad productivas? ¿Como afectará a la humanidad en el futuro?
Pero, por el momento, solo debemos conformarnos con un ChapGPT desfasado, un robot que habla y camina haciendo ciertas tareas, vehículos inteligentes y ciertos avances en la industria aeroespacial y otros sectores productivos que usan tecnología con IA.
Los astrónomos y astrofísicos quieren estar vivos cuando la IA invada el espacio. Soñar con viajar a una cercana velocidad de la luz, o descubrir alguna señal de vida extraterrestre es como ir al cielo antes de morir. Pero no será posible en nuestras generaciones.
Los médicos jóvenes se enfrentarán a una realidad diferente. Las actuales prácticas médicas y equipos, en un futuro, se verán como obsoletos y primitivos. Eso a los más viejos no les preocupa porque morirían antes de verlo.
La mayoría de los maestros pasarán a la historia, porque la IA dominará la enseñanza. La calidad de los estudiantes se multiplicará y el gasto se reducirá. El problema es que hacer con miles de maestros sin empleo.
¿Y los economistas? Poniéndome de ejemplo, cuando el ChatGPT me de respuestas en tiempo real mi trabajo como consultor pasará a la historia. Pero no creo que estaré vivo para verlo. Todas las respuestas vendrán a través de la IA y sin margen de error, excepto por la naturaleza de la económica como ciencia social, que no es exacta.
La soluciones y respuestas a los problemas micro y macroeconómico podrán obtenerse con marcar una tecla o hacer una pregunta.
Los empresarios, usando la IA, tendrán respuesta inmediata sobre cualquier inquietud relacionada a su negocio. Sigo operando, cierro antes de la catástrofe o tengo alguna salida. Pero quizás los nietos pequeños de esos empresarios dispondrán de esa herramienta. Con la IA, la mano de obra agrícola e industrial será casi innecesaria.
Lo mismo sucederá en los gobiernos para trazar sus políticas económicas y sociales. Por lo que se llamarán mini-gobiernos.
Los horarios de los pocos humanos con trabajo se reducirán a 4 horas y 3 días a la semana. El ocio volverá a reinar.
En fin, muchos sueñan con estar vivos para ver esos cambios que se aproximan y que serán más agresivos, dramáticos y terroríficos que los cambios acaecidos después de la revolución industrial hace apenas unos 250 años. Otros prefieren no verlos antes de morir.
Esta invasión total de nuestras vidas a través de la IA se alcanzará entre 50 y 75 años. Así que, la mayoría de los que tiene más de 10 años, difícilmente podrán disfrutarla, para bien o para mal. Pero si verán muchas cosas sorprendentes en ese lapso.
Pero hay una posibilidad. Que a través la IA se prolongue la vida de los humanos unos 20 o 30 años. O sea, que vivir hasta 110 o 120 años sea relativamente normal.
Sin embargo, no seamos codiciosos. Vimos el nacimiento del televisor, de las computadoras, de las imágenes del telescopio James Webb, los teléfonos móviles, los viajes espaciales, la tarjeta de crédito, el cine hablado, aterrizaje en la luna, los aviones de turbinas, la energía nuclear, el lanzamiento de la bomba atómica en Japón y la segunda guerra mundial, donde hay muchos que aun la recuerdan y están vivos, pero con más de 90 años.
Además, vivimos más tiempo que nuestros antepasados, el transporte ha cambiado del cielo a la tierra. una educación más avanzada, tenemos luz eléctrica, un sexo más liberal y de cómo la humanidad acaba con la tierra destrozando sus cimientos por el exceso de población.
Y la tarea vital de la IA es evitarlo, reduciendo el calentamiento global, eliminado la polución que producen los gases invernadero, el destrozo del fondo marino y eliminando el plástico y el papel, de una vez por todas.
PD: La IA puede ser la única que salve la tierra de los humanos reduciendo la población a la mitad y la pobreza a cero.