Analizando todo el proceso de colonización de la Isla Kiskeya o Ayití. Vemos que la parte oeste de la isla ocupada por los franceses, personas cultas, civilizadas, luminarias de la humanidad, parte del jardín europeo, según Borrrel, regado con sangre de personas esclavizadas, digo yo, quienes ahora quieren convertir la humanidad en cementerio humano comenzando por Ucrania y Palestina por dejarse proteger y seguir aconsejándose del Tío Sam. ¡Hasta dónde llegaremos!

Que en el siglo XXI andemos jugando con candela, provocando a Rusia para seguir con el comercio de armas y control unipolar…, quienes más van a perder son las élites de la sociedad que controlan la producción y venta de armas, andan buscando quedarse “sin pito, sin flauta y sin vida”, porque los empobrecidos obtendrán la Plenitud de Vida en la Casa que el Padre les tiene preparada. Los que queden con vida tendrán que fajarse porque los empobrecidos ya no están…

En la actualidad, creo necesario, al pensar en la situación de desgobierno existente en Haití, tenemos que remontarnos a 1804, inicio de la descolonización, que hoy se presenta con nuevo estilo colonizador sin azotar con látigos, ni encadenar; pero matan dejando vivo oficializando la apatridia, legalizando el sueldo cebolla o manteniendo el caos desgarrador. ”La mona, aunque se vista de ceda, sigue siendo mona…"

El pecado de los países colonizadores fue el no reconocer la dignidad de las personas de piel negra, ni reconocer el derecho a ser libre, igual y fraterno de quienes trabajaban para ellos.

Los haitianos conductores del proceso revolucionario no asumieron la estructura socio-económica-política-cultural creada por los esclavos: La Kou, el Creol y el Vodoú, y asumieron la estructura social esclavista imperial, el idioma francés y la religión católica, habiendo abolido la esclavitud. Ahí está el pecado cultural de los haitianos.

Tanto la explotación en el trabajo y la esclavitud, y el no reconocimiento de los derechos elementales de la persona por parte de los colonizadores, como el no reconocer los valores autóctonos por los nuevos conductores sociales de 1804, son la base del desgobierno de hoy en Haití.

Las causas del mal de violencia y anarquía que sufre el pueblo haitiano hoy no es causado por las bandas nacionales de haitianos; en primer lugar, como causantes, están los países neocolonizadores y sus agencias Internacionales…; en segundo lugar, están la banda de políticos, de empresarios, de comerciantes haitianos, coordinados con USA, Francia y Canadá para asaltar el Estado de Derechos en Haití y poner con elecciones amañadas y sin elecciones a gobiernos ”títeres”; y en tercer lugar, están las bandas de hambrientos armados usados para mantener el caos y el desgobierno existente.

Las bandas barriales no son las culpables; las usan para generar el caos del desgobierno en Haití. La violencia de las bandas es una forma de subsistir…, ningún miembro de las bandas tiene capacidad económica para comprar el arma que usa. Esas armas se las ofrecen los vándalos de la élite social haitiana y los países cómplices neocolonialistas y sus Agencias Internacionales subsidiando Ongs.

La migración haitiana es provocada por la catástrofe neocolonialista y la banda de la élite haitiana que, para hacerse los buenos e inocentes, andan buscando países para legitimar una invasión y continuar el caos creando centros de acogida de refugiados haitianos. Así generar división y disgusto en el Caribe Neocolonial… ¿A quién beneficia el caos?…

Por todo lo expuesto es que me da pena, vergüenza, coraje, que periodistas bocinases en programas de análisis noticiosos como HOY MISMO no tengan presente ni lo más elemental de las causas de la situación haitiana y se pongan a despotricar contra cuatro sacerdotes que, guiados por un sentido de humanidad solidaria, más que por un sentido político, piden al gobierno dominicano que cesen las repatriaciones masivas y violadoras de los derechos humanos sin dar cumplimiento al debido proceso.

La profesionalidad trasciende el saco y la chalina, que es el único signo de seriedad para ciertos periodistas.

Los dominicanos no nos cansamos de repetir: ”Nosotros somos los más solidarios con Haití”; la solidaridad no se echa en cara.

Las manos que dan esperan: recordemos que quienes trajeron la esclavitud a la Hispaniola fueron los colonizadores europeos y quienes abolieron la esclavitud dándonos libertad y propiedad privada fueron los esclavos libertadores de la parte oeste de Kiskeya…

Recordemos, quienes sostuvieron nuestra economía en la época de bonanza azucarera, años 1940 a 1970. Recordemos que las Torres Urbanas, el Metro Santo Domingo y otras cositas más, la mano de obra haitiana ha sido imprescindible…

El nacional haitiano presente en suelo dominicano trabaja y aporta al PIB. Veamos las agroindustrias, veamos el comercio fronterizo, veamos el sector de la construcción…

Es verdad que consumen; pero también aportan al Estado y al capital privado.

¿QUÉ NOS PUEDE IMPEDIR SER SOLIDARIOS CON HAITÍ, ELLOS ALLÁ Y NOSOTROS AQUÍ? ABRAMOS LOS OJOS Y NO SEAMOS BOCINAS CON CHALINAS… Somos hermanos y conocemos el camino de la Paz.