Se define a la Corte Penal Internacional (CPI), llamada también Tribunal Penal Internacional, como un tribunal de justicia internacional permanente cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad. Hay una miniserie que exhibe Netflix que es la prehistoria de ese tipo de tribunales que juzgan hechos y acontecimientos que derivaron en guerra mundial. Esa miniserie es Tokyo Trial.
Al igual que los juicios de Núremberg, el tribunal de Tokyo (Trial) estuvo compuesto por un panel de jueces de los países victoriosos de la guerra: los Estados Unidos, la URSS, Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, China, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, India y las Filipinas. Veinticinco jefes militares, políticos y funcionarios japoneses fueron juzgados por haber dirigido y perpetrado una guerra de agresión y haber cometido u ordenado crímenes de guerra, crímenes contra la paz y haber consumado terribles atrocidades contra la humanidad.
El conocido como "el proceso de Tokio" acabó con varios dirigentes condenados a morir en la horca el 12 de noviembre de 1948. Juzgados de 1946 a 1948 por actos en el período comprendido entre el 1 de enero de 1928 y el 1 de septiembre de 1945. Los actos incluían conspiración para hacer la guerra y diversas atrocidades. En paralelo se estaban redactando la Declaración Universal de Derechos Humanos, el proceso de independencia de la India y la guerra civil que culminó en la revolución china de 1949.
De soslayo, se equipara la ocupación japonesa –e igual las de la Alemania nazi– como una expresión de liberación contra el colonialismo, se contrastan las barbaries de Holanda, Inglaterra, USA en colonizaciones del siglo XIX. En cada episodio, se van desarrollando críticas a procesos imperiales dando pinceladas sobre geopolítica (que dan idea de cómo se elaboran los argumentos de un país que invade y ocupa a otro país). Un tema ventilado es el de los crímenes de guerra que no se contemplaron en el pacto de Briand-Kellog, París 1928, por lo que el juicio de Tokio se ajustó al modelo ejecutado en Núremberg. Los crímenes de guerra son explorados por el Tribunal de La Haya desde 2002.
La narrativa de la miniserie es construida sin aspavientos y procurando mantenerse en las convenciones cinematográficas estándar intercalando desproporcionadamente escenas de la guerra con lo que tiende a romper la atención sobre asuntos trascendentales del juicio. Hay momentos en los que en el último episodio el público espera grandes choques cuando los enjuiciados reciben sus respectivos veredictos, pero en su lugar sus rostros son inconmovibles, como si ya supieran lo que venía. Pero hay que entender las culturas milenarias de Asia, especialmente la japonesa, tan diferentes a las muestras de insatisfacción tan expresivas en el cine como en la vida real.