El padre de Altagracia falleció la noche de un viernes. Cuando le comunicaron el triste suceso, se puso pálida. Gritaba, —mi papá, mi papá tan bueno que era, ahora me dejas sola, ¿cómo voy a vivir sin ti?, ¿sin tu cariño? —. En el rito de velorio y entierro, lloraba copiosamente y sin cesar, con lágrimas tan pesadas como aquellas que apoyan todo el dolor del mundo.
Para sorpresa de todos, al lunes siguiente ella participaba en un evento público, y en primera fila. Llevaba puesta una amplia sonrisa, y solo decía —"con dolor, pero trabajando”—. Se mostraba tan alegre como los cristianos con Jesús resucitado. Nos quedamos de una pieza. A la semana siguiente se llevó a cabo la misa de los nueve días. A Altagracia solo le faltó vestirse de rojo. Cambió de iglesia para que su presencia causara más sensación. Decidió que la misa se hiciera en una iglesia diferente a la su comunidad. Escogió una iglesia más popular, llena de feligreses. Altagracia convirtió la misa en una actividad política. Saludos, besos, abrazos. Aquello era un circo; y ella, el presentador. Altagracia usó esa triste situación para llamar la atención.
Las personas que utilizan el lenguaje verbal, y/o corporal, la apariencia física, que actúan de manera inapropiada, y no muestran sentido de autodirección, en orden de ganar la atención de los demás, muchas veces padecen de trastorno de personalidad histriónica y no han sido diagnosticadas propiamente por un especialista en salud mental.
Dicha patología es más frecuente en mujeres que en hombres, pero las investigaciones relacionadas con el tema no han llegado a conclusiones concretas al respecto.
Es frecuente que el trastorno de personalidad histriónica coexista con otros trastornos en un mismo individuo. Por ejemplo: el trastorno de personalidad narcisista, limítrofe, antisocial, y el mitómano. Estos trastornos comparten una misma vulnerabilidad biológica.
Los síntomas del trastorno de personalidad histriónica, por lo general, son los siguientes:
1- Demandan ser el centro de atención y, a menudo, se deprimen cuando no lo son.
2- Son muy vivaces, dramáticos, entusiastas y coquetos.
3- La expresión de la emoción puede ser superficial (se apaga y se enciende demasiado rápido) y exagerada. Hablan de manera espectacular, expresando opiniones fuertes, pero con pocos hechos o datos para apoyar sus opiniones.
4- Son fácilmente influenciables por los demás y por las tendencias actuales. Ellos tienden a ser demasiado confiados, sobre todo de las figuras de autoridad que ellos piensan que pueden ser capaces de resolver todos sus problemas. A menudo piensan que las relaciones son más cercanas de lo que son. Anhelan la novedad y tienden a aburrirse fácilmente.
5- El logro de la intimidad emocional o sexual puede ser difícil. Los pacientes pueden, a menudo sin ser conscientes de ello, actuar como la Víctima. [ Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), Quinta edición (DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association ].
¿Cómo identificar una persona histriónica en nuestro vecindario, comunidad o lugar de trabajo? Increíblemente su comportamiento los delata. Ejercen dramatización, teatralidad, y expresión de la emoción en forma extravagante. Cambian rápidamente sus emociones. En un momento eufóricos y de buenas a primeras caen en melancolía o tristeza. [DSM-5].
Aunque las personas con trastorno de personalidad histriónica buscan atención, a diferencia de las personas con trastorno de personalidad narcisista, quienes desean sentirse admirados o ponderados por ello, los histriónicos no son tan exigentes con el tipo de atención que reciben y no les importa que los consideren lindos o tontos, no se ven a sí mismo mal, son menos inhibidos y más extravagantes. Los síntomas deben haber comenzado en la edad adulta temprana.
El tratamiento más recomendado es la psicoterapia. El terapeuta le puede enseñar a comunicarse de forma menos dramática, y hacerle entender, que obtener la atención de los demás en forma de teatro, le hace daño a su autoestima y afecta la de los demás. [DSM-5].
Piense dos veces si creer en ese teatro. Sienta un poco de empatía, pero esté de seguro que esa persona necesita ayuda.
Merliz Rocio Lizardo Guzmán.
Aprendiz de la conducta humana