En días recientes, el país tuvo la oportunidad de presenciar un debate político por televisión entre cinco candidatos a la senaduría del Distrito Nacional.

En ese encuentro participaron Carlos Rubio, de Generación de Servidores; Vinicio Castillo, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); Eric Ortiz, de Opción Democrática; Omar Fernández, de la Fuerza del Pueblo, y Guillermo Moreno, del Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Un logro del Consejo de Desarrollo, Económico y Social de Santo Domingo (CODESSD), institución que organizó el evento.

Al término del encuentro, los televidentes lograron forjarse una idea más clara de estos aspirantes a ocupar una curul en el Senado.

Cada quien emitió un juicio crítico sobre ellos, unos a favor y otros en contra, en las redes sociales y medios de comunicación digitales.

Anteriormente intentaron llevar a cabo otro debate similar, pero con los aspirantes a cargos municipales.

Solo pudo concretarse el encuentro entre los candidatos municipales por el municipio de San Francisco de Macorís, auspiciado por la Universidad Católica Nordestana, el movimiento cívico Participación Ciudadana, la Academia de Líderes Católicos y el Consejo Económico y Social de esa región.

Sin embargo, el debate que se efectuaría en el Distrito Nacional fue suspendido debido a que los candidatos Domingo Contreras, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y Carolina Mejía, del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM), habían declinado participar. Craso error.

Por su lado, la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), anunció las fechas de los debates presidenciales, uno de los más esperados por la población dominicana dentro y fuera del país.

Está fijado para el miércoles 24 de abril en el auditorio Horacio Álvarez Saviñón, de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), a partir de las 8:00 de la noche. Dos días antes, el lunes 22, otro debate senatorial con los aspirantes del Distrito Nacional en el mismo lugar y hora.

Solo aquellos candidatos cuyos partidos lograron obtener el 5% de los votos válidos en las elecciones presidenciales del 2020 podrán participar en el debate, según las condiciones establecidas por ANJE.

Ya se asegura la participación del presidente Luis Abinader, candidato reeleccionista por el PRM; Abel Martínez, por el PLD, y Leonel Fernández, por la Fuerza del Pueblo.

Creemos que un debate donde tenga lugar el intercambio de ideas, así como las propuestas de gobierno de los aspirantes a cargos electivos, no solo fortalece la democracia, sino que motiva a los votantes a no quedarse en sus casas el día de las elecciones.

Un político serio no rehúye al debate. Solo los que esconden una agenda personal contraria a los intereses de la población dominicana se niega a participar, para no dejar evidencia en público de sus malas intenciones.

Es en un debate público donde los votantes, fuera del furor de una vocinglería e intensa campaña callejera, cómodamente sentados frente a un televisor, tienen la oportunidad de observar con detalles los gestos, las miradas, el lenguaje corporal, el comportamiento del candidato ante preguntas difíciles y comprometedoras, y descubrir verdades y mentiras ocultas del elector.

Según las últimas encuestas dadas a conocer por reputadas firmas de sondeos sobre la intención del voto, Abinader ganaría las elecciones presidenciales de mayo con un promedio por encima del 60%.

De ser así, ¿valdría la pena ir a un debate con candidatos que no llegan al 25% de posibilidades de ganar la contienda electoral?

Abinader podría sentirse seguro de debatir cualquier tema frente a Abel Martínez, quien acumula como experiencia de gestión pública haber sido síndico de la ciudad de Santiago y presidente de la Cámara de Diputados. Es su mejor experiencia de Estado.

Sin embargo, frente al ex presidente Leonel Fernández, un indiscutible  líder político con más de 50 años de ejercicio, y un récord de haber sido elegido tres veces presidente de la República mientras pertenecía al PLD, las cosas no le serían tan fácil.

Es casi seguro que los estrategas políticos de Abinader y su partido saben que la imagen de Abinader está en ascenso, que la de Abel Martínez está frizada, y la de Fernández en retroceso.

Por lo que estarían evaluando si dar luz verde para participar y subir un poco más las puntuaciones de Abinader, a sabiendas de que Abel y Leonel irían al debate con todas sus artimañas para intentar que el presidente reeleccionista baje su aceptación popular a menos del 50%, y lograr con ello una segunda vuelta electoral.