Los éxitos de las iniciativas y las inversiones de la promoción turística del Ministerio de Turismo de la República Dominicana en Estados Unidos y Canadá, y en algunos países de América Latina, principalmente en América del Sur, y algunas exitosas experiencias pasadas en España, Francia, Alemania, Italia y Rusia, podrían aportar al éxito en los esfuerzos para enfrentar los retos que plantea la necesaria recuperación de los espacios perdidos en Viejo Continente, que fue el principal mercado para nuestro producto turístico hasta los inicios de la primera década de este siglo.

Europa fue el punto de apoyo para el lanzamiento dominicano como destino turístico, de donde llegaron las primeras inversiones, las experiencias que aportaron las cadenas españolas y los flujos turísticos que sustentaron el inicio y crearon las bases y las experiencias para el gran sueño de los años noventa, que era atraer el turismo de los Estados Unidos, el gran sustento de la industria turística del Caribe.

Revisando la estadística de las llegadas de turistas considerando la nacionalidad, por lo tanto sin tomar en cuenta los dominicanos residentes en el exterior, ni los visitantes de cruceros, la industria turística dominicana inició el presente siglo con 2.4 millones de turistas internacionales, de los cuales el 53% (1.3 millones) llegaron de Europa y el 37% de Norteamérica (principalmente de Estados Unidos, más de 645 mil, y de Canadá, más de 245 mil, porque las llegadas de México era prácticamente inexistentes).  El otro mercado regional importante era Suramérica con el 7% (173,176).

En los cinco años siguientes, 2005, comenzó a notarse el cambio. Las llegadas reportadas por el Banco Central, considerando la nacionalidad de los turistas, creció a 3,088,247. El incremento de los europeos fue pírrico. Recibimos en el 2005, un total de 3,088,247 turistas, pero las llegadas de europeos sumaron 1,395,409, un incremento de poco más de 90 mil, cifra con la cual su participación bajó de 53% a 45%. Período en el que la presencia estadounidenses y canadienses pasó del 37% al 47%, (1,45,056). Los estadounidenses aportaron el 33% y los canadienses el 14%. De Suramérica llegaron 173,176 (el 7%).

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En el 2010 llegaron 3,521,110 turistas internacionales, con una caída del 11% de los europeos que terminaron con 34% de participación. Mientras que los norteamericanos representaron por primera vez más de la mitad (54%), el 35% estadounidenses y el 19% canadienses. En los cinco años siguientes pasamos a los 4.8 millones de turistas, Europa bajó al 23% y Norteamérica pasó al 58%.

En el 2019 se registraron 5,357,619 turistas internacionales. Los europeos sumaron 1.3 millones, el 25%, y de Norteamérica 2.9 millones, el 55%. En el 2024, el año del gran salto del turismo en nuestro país, los europeos bajaron al 15%, los norteamericanos el 54% y Suramérica tuvo el 18% su pico más alto.

Europa tiene problemas y amenazas, que puede que pueden crear dificultades y afectar los flujos turísticos. Esas no las podemos resolver, pero de nosotros si depende aprovechar el buen momento que tan bien definen los resultados que exhibe nuestro activo Ministro David Collado. ¡Vamos por Europa!