Con tan solo cinco años de haber sido fundado, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) pudo dar el gran salto en las elecciones presidenciales celebradas el 5 de julio del 2020, ganando en primera vuelta, y de ese modo desplazar del poder al peledeísmo.

 

Siendo una organización joven, nacida en septiembre de 2014, surgió de una división del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y llegó al poder tras recibir una votación por encima del 50%.

 

La cantidad de votos a favor del PRM  no se correspondía con el número de militantes registrados en su padrón de miembros. Por lo que su triunfo fue coyuntural.

 

Más de la mitad de los votantes que participaron en los comicios presidenciales de 2020 se inclinaron a favor del candidato del PRM, Luis Abinader, y en contra de Gonzalo Castillo, del Partido de la Liberación Dominicana.

 

¿Por qué perdió el PLD las elecciones de 2020? Por la conformación de una coalición político-social que aglutinó a casi todos los partidos y organizaciones de la oposición, la participación decidida de miles de jóvenes que día tras día expresaban su rechazo en la Plaza de la Bandera el continuismo peledeísta.

 

Pero también, la masiva presencia del pueblo en las caminatas que organizaba el movimiento social Marcha Verde.

 

La gran masa de votantes que acudió a las urnas, al igual que sus compatriotas de la diáspora, tomó la decisión de unirse bajo un solo grito contra la corrupción, la impunidad, inseguridad ciudadana, y el afán de un partido de mantenerse en el poder, muy a pesar de los mayúsculos errores cometidos por funcionarios de la anterior gestión de gobierno.

 

Con sus votos, dieron la oportunidad a la dirigencia política del PRM para que gobernara con justicia, honestidad y transparencia.

 

El presidente Abinader, luego de ser juramentado, devolvió el favor recibido designando por decreto a las máximas autoridades de la Procuraduría General de la República y representantes del Ministerio Público con carácter de independencia en sus ejecutorias.

 

El mandatario ha intentado que el Ministerio Público se oficialice constitucionalmente como organismo independiente; pero, congresistas de la oposición y de su partido han bloqueado ese deseo, que tanto espera la población que se materialice.

 

Abinader tomó juramento en medio de la más severa crisis económica y de salubridad a nivel nacional e internacional, por culpa de la pandemia del Covid-19.

 

En sus primeros dos años de mandato, ha ido sorteando soluciones que favorecen al sector agropecuario, acuífero, a favor de las pequeñas y medianas empresas para dinamizar la economía, entrega de obras viales, fortalecimiento del turismo, inversión extranjera y fiscalizando de mejor manera el gasto público.

 

Su gobierno aún no ha podido resolver las grandes dificultades sociales heredadas como son el desempleo, la inseguridad ciudadana, la inmigración ilegal de haitianos, problema energético, alto costo de los productos de primera necesidad, incremento de materiales de construcción, y medicamentos exclusivos para personas con enfermedades catastróficas, entre otros.

 

En lo político, ha tenido que enfrentar críticas a su estilo de gobernar y a sus ejecutorias por parte de los principales dirigentes de los partidos de la oposición y los de su propia organización que buscan, entre otras cosas, el nombramiento de los perremeístas que aún siguen desempleados.

 

En los últimos días, el ambiente se ha calentado a lo interno del partido oficialista, con los cuestionamientos de las nuevas escogencias para la Dirección Ejecutiva del PRM, compuesta por 59 miembros, en la que se excluyeron cuatro altos dirigentes meritorios de permanecer en ese organismo de dirección: Ramón Alburquerque, Rafael “Fafa” Taveras, Tony Raful y la senadora Ginnette Altagracia Bournigal.

 

Guido Gómez Mazara no era miembro de la dirección ejecutiva, aunque merecía formar parte de la misma.

 

Si a Ramón Alburquerque, Fafa Taveras, Ginnette Bournigal y Tony Raful los sacaron para acallar sus voces disidentes, como se afirma, se debió tener en cuenta que ellos tienen seguidores dentro y fuera del partido que les apoyan y creen en sus postulados.

 

En democracia, la teoría y la práctica deben correr parejas, de forma lineal a los ojos y oídos de sus practicantes. Los debates de las ideas en cualquier organización son fundamentales para su fortaleza y desarrollo.

 

Los nuevos miembros de la Dirección Ejecutiva, Roberto Ángel Salcedo y el diputado Victor “Ito” Bisonó, a pesar de sus trayectorias particulares, no tienen el fuerte historial político de los excluidos.

 

Ante un proyecto reeleccionista como el que se está preparando, no es momento de crear diatribas, enojos y malquerencias en dirigentes y militantes perremeístas, que son claves para ese propósito.

 

El PRM necesita la compactación de todos sus miembros para llegar a feliz término el mandato del presidente Abinader y su proyecto reeleccionista en gestación.

 

Luego de la exclusión divulgada el pasado domingo 28 de agosto, hay quienes apuestan a una división partidaria que no deberán permitir el presidente Abinader, el ex presidente Hipólito Mejía y el presidente del partido, José Ignacio Paliza.

 

Como van las cosas, todo indica que el candidato presidencial del PRM para las elecciones del 2024 lo será Luis Abinader, pero los mayoritarios partidos de la oposición, el PLD de Danilo y la FUPU de Leonel, se reorganizan y se preparan para hacer todo lo posible para impedirlo ya que ambos tienen algo en común y no hace falta destacarlo.