El “fenómeno mantequilla” es un esquema fraudulento-piramidal que ocurrió por primera vez en el año 1920 en Boston, Estados Unidos de Norteamérica, orquestado por el inmigrante italiano Carlo Ponzi. (La Gran estafa Americana de Charles Ponzi, 1920).

Para hacer creíble el llamado Esquema Piramidal, sus promotores se hacen pasar por “guruses financieros o magos”, indicando que son capaces de “multiplicar el dinero que reciben por arte de magia”. Como se sabe, el deseo de lograr dinero fácil atrae a los ciudadanos incautos, quienes les entregan sus recursos a los estafadores con la promesa de recibir beneficios jugosos a corto y mediano plazo (Caso Bernard Madoff, USA 2008).

En tal sentido, Mantequilla es la punta del iceberg de un grupo de personas que planeó y materializó la estafa, mediante la cual fueron engañados decenas de ciudadanos residentes en Sabana Grande de Boyá quienes, según se comenta, son asiduos jugadores de palé, lotos, loterías y bancas de apuestas, con la esperanza y la fe de multiplicar sus chelitos.

Por su parte, y según se ha difundido y comentado en los medios de comunicación y redes sociales, la mayoría de las personas estafadas por Mantequilla y su grupo creen en brujería y en la magia. No obstante, de ser cierta o no la anterior afirmación, Mantequilla y sus aliados burlaron todas las normas bancarias legales establecidas por el Sistema Financiero Nacional.

Lo peor de todo esto es que los recursos que recibía Mantequilla y su grupo eran depositados en la banca formal sin ningún tipo de restricción, lo que debería llamar la atención de las autoridades monetarias de nuestro país. No obstante, la estafa como tal deja al desnudo la fragilidad del Sistema Bancario Nacional y sus sub-sistemas de vigilancia y control.

Por su parte, Mantequilla y su grupo conocían las carencias, la ingenuidad y el analfabetismo financiero de los ciudadanos estafados, al promover una acción fraudulenta que debió ser detectada por las autoridades bancarias, policiales y judiciales antes de que la misma se consolidara tal y como ocurrió.

El “fenómeno Mantequilla” no es al azar. Fue una estafa pensada, planificada, ensayada y operada por mentes mafiosas, capaces de hacer cualquier cosa para obtener dinero fácil. En tal sentido, el artículo número 172 del Código Penal tipifica este tipo de delito como un abuso de confianza o engaño, cuyos responsables podrían ser condenados por un juez a cumplir prisión, por un período de seis (6) meses hasta diez (10) años.

Según la psicología social, los engañados por mantequilla y su grupo son víctimas de un sistema político y social que fomenta esperanzas y expectativas falsas, legitimadas por la Lotería Nacional, la cual fue creada por el Gobierno Dominicano el 24 de octubre de 1882 a iniciativa del Padre Billini.

No obstante, culpar a los ciudadanos víctimas de la estafa orquestada por Mantequilla y su grupo en el Municipio de Sabana Grande de Boyá es desconocer las precariedades por las que atraviesan la mayoría de los residentes de las zonas rurales de la República Dominicana.

En tal sentido, para evitar que vuelvan a ocurrir otras estafas de la magnitud cometida por Mantequilla y su grupo, el Gobierno Dominicano debe realizar Inversiones estratégicas para recapitalizar las zonas rurales de nuestro país, fomentando y apoyando programas y proyectos económicos, productivos y comerciales legales y rentables.

Como psicólogo social y planificador estratégico pienso que el abandono de las comunidades rurales de nuestro país ha sido y es una irresponsabilidad de todos los gobernantes y funcionarios que han estado al frente de las cosas públicas en los últimos sesenta (60) años.

Conociendo la magnitud de la estafa perpetrada por Mantequilla y su grupo en Sabana Grande de Boyá, tierra que vio nacer y morir a Florinda Muñoz Soriano (Mamá Tingó), le sugerimos al Gobierno Dominicano y a sus instituciones, diseñar un programa de orientación, educación y concientización sobre las diferentes modalidades de ahorro e inversiones legales en coordinación con las organizaciones sociales y comunitarias que operan en dicho municipio.

En tal sentido, el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP) debería promover en Sabana Grande de Boyá la creación de dos o tres cooperativas de ahorro y  crédito, mientras que el Banco Agrícola de la República Dominicana debería abrir una sucursal para darles facilidades crediticias a las personas que desean ahorrar y/o emprender actividades productivas y comerciales legales con perspectivas de rentabilidad a corto, mediano y largo plazo.

Asimismo, las fundaciones creadas por los bancos privados deberían enviar a sus técnicos a Sabana Grande de Boyá a conocer las condiciones socioeconómicas (objetivas y subjetivas), para luego analizar la factibilidad de establecer programas de créditos solidarios a tasas de interés razonables.

….Cada estafa es impulsada por un deseo de obtener dinero fácil, comportamiento que tienen en común, tanto el estafador como el estafado (Mitchell Zuckoff).