El fenómeno de las elecciones recién pasadas en España debería ser un caso de estudio para los políticos del patio de cara a los comicios venideros. En República Dominicana los partidos políticos se acostumbraron al pleito entre dos. Al llegar un tercero y quizás un cuarto contendiente andan con el tumbao de un gallo tuerto.
Los líderes del Partido Popular se confiaron en la percepción que les marcaban las encuestas. Sondeos que reflejaban la enorme inversión —de todos los cuartos del mundo más veinte euros—, en los medios de comunicación.
Creyeron que ya habían ganado sin que se produjeran las votaciones. Se descuidaron en el trato a los posibles aliados creyendo que los votos serían suficientes para constituir un gobierno sin extraños estorbando la gestión.
Lo que parecía un triunfo arrollador para el Partido Popular, terminó con una victoria pírrica.
El PP logró poco más de 8 millones de votos lo que representa el 33,05% del total. Los sufragios acumulados le suman 136 diputados, 47 más que en las elecciones anteriores. Pero no le alcanzan para formar el gobierno.
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, deberá sumar cuarenta diputados para alcanzar los 176 necesarios para ser gobierno, algo por ahora imposible sin aliados.
En el caso del Partido Socialista Obrero Español, cuando parecía acabado, sin ninguna posibilidad de revivir, se alzó con el segundo lugar. Pegaiiiito del primero.
El PSOE logró cerca de 8 millones de votos para una representación del 31,70% de los votos emitidos. Este rango de votación le aportó 122 diputados, sumando 2 más que en el proceso anterior.
A Pedro Sánchez, presidente actual y líder del PSOE, les faltan cincuenta y cuatro escaños para seguir en el gobierno. Es decir, ese segundo puesto podría darle a Pedro Sánchez la posibilidad de reelegirse en el gobierno.
Debido a que ninguna de las dos agrupaciones principales alcanzó los escaños exigidos por la regla electoral española se impone la conquista de aliados. En este caso, el que tenga más saliva formará su gobierno.
¿Cuáles podrían ser los potenciales aliados del PP o del PESOE para formar gobierno?
Como puede observarse en la tabla de arriba, el partido VOX, extrema derecha, logró 33 diputados, 19 menos que los ganados en las elecciones anteriores. En cambio, la agrupación SUMAR no tenía nada y ganó 31 escaños.
¿Hacia dónde migraron los votantes que le restaron esos diecinueve escaños a VOX?
Encontrar la respuesta a la pregunta anterior le corresponde a Alberto Núñez Feijóo y a Pedro Sánchez. La respuesta que le den deberá ser muy bien explicada a los líderes de: VOX, SUMAR, ERC, JUNTS, EH Bildu y EAJ-PNV, entre los seis suman 89 diputados.
Estos seis partidos pueden ser los que decidan quién gobierna y quién no en España. No el PP ni el PSOE.
Las campañas electorales son terreno fértil para alimentar los sensores que permiten captar información que contribuye a un mejor diseño de las estrategias electorales. Pero hacer una interpretación errática de la percepción —favorable o no— puede llevar a los candidatos a la borrachera triunfalista.
Saborear el éxtasis de la victoria o morder el polvo de la derrota puede depender de cuan aterrizados estén los candidatos. Al hacer de la percepción su único recurso propagandístico con encuestas maquilladas corren el riesgo de confundir a sus seguidores.
A los partidos políticos dominicanos —en especial a los tres principales— se les está olvidando que las elecciones se deciden en las calles y en las urnas, no por encuestas.