En un momento de su fecunda trayectoria vital, los caminos de “los dos Juanes”, como les llamara el Dr. Cotubanamà Henríquez a Juan Bosch y a Juan Isidro Jiménez Grullòn, se bifurcaron de forma irreversible, para no reecontrarse jamàs ni siquiera para dispensarse un saludo.
Cuando no se dispone de informaciones bien documentadas y fidedignas, las explicaciones de los hechos suele dar pábulo a la imaginación y a la leyenda y esto es lo que aparece haber acontecido en el caso de la especie con estas dos figuras legendarias de nuestra vida política e intelectual, unidos en el exilio por fraternos sentimientos personales y políticos, que les condujeron a ser figuras claves en los inicios del Partido Revolucionario Dominicano y la lucha contra la dictadura trujillista.
1.- En el principio no fue así.
Bosch llegó a manifestar, en más de una ocasión, que fue él quien recomendó a Juan Isidro, ya viviendo ambos en la Habana a finales de los años 30 y principios de los cuarenta del siglo pasado, como vendedor de medicinas del Laboratorio Nacional, en el oriente de Cuba, labor que ya Bosch realizaba como forma de ganar el sustento.
Otra señal indiscutible de su gran amistad temprana, es el hecho de que Juan Isidro y Julia de Burgos vivieron en su casa de la Habana compartiendo juntos sueños e infortunios.
Hermanados figuran sus nombres junto a los de Silìn Mainardi Reyna (hermano de Virgilio y Conina), Cotubanamà Henríquez, Plinta Woos y Gil, Alèxis Liz y Manuel Calderón, aquel 21 de enero de 1939, fecha en que según Doña Carolina Mainardi Vda. Cuello (Doña Conina), en la residencia de su hermano Virgilio Mainardi Reina, en El Cano, Provincia de Marianao, Cuba, fue fundado el Partido Revolucionario Dominicano
Pero si faltase una prueba de que en esos años primeros de su exilio ambos se admiraban mutuamente, sólo basta leer aquel interesante prólogo que Bosch escribiera, para la obra de Juan Isidro, titulada “La República Dominicana, análisis de su pasado y su presente“, publicada en 1940.
En dicho pròlogo escribe Bosch:
“el servicio que Jimènes Grullòn hace con esta obra a su pueblo, no es para ser apreciado por los dominicanos de mi generación, casi todos con posiciones mentales, pasionales o simplemente económicas tomadas ya, por no importa cuáles causas.
Antes que ellos sabrán agradecerlo los norteamericanos a quienes interesa el hecho político continental, los investigadores no dominicanos, que hallarán en él la explicación de movimientos sociales comunes a todos nuestros pueblos, y aquellos a quienes el libro dará el conocimiento de un país que como toda aglomeración humana, merece el interés de los hombres conscientes.
Como médico que es, Jimenes Grullòn ha aplicado al estudio del caso dominicano los métodos de investigación acostumbrados en la medicina”.
En definitiva, en lo que respecta a la relación de ambos durante aquellos años primeros, Don Ángel Miolan, llegó a afirmar que tan estrecha fue su amistad, que “podría calificarse de hermandad”.
2.- Hipótesis plausibles sobre la ruptura. Las ponderaciones de Don Ángel Miolan.
Siendo así, se preguntaba Don Ángel, escribiendo retrospectivamente, en 1983, sobre las posibles razones del distanciamiento de los “Dos Juanes”, ¿Por qué estas figuras, sobresalientes y excepcionales procedieron de ese modo? ¿Cuáles podrían ser las motivaciones que le impulsaran a romper con este proyecto que habían acariciado tan largo tiempo y que había llegado a ser un hermoso sueño de sus vidas?
Luego de reflexionar en torno a las enormes dificultades que supone para el observador y el estudioso de la historia responder a tales interrogantes, ante todo “por lo difícil que resulta penetrar en los inconmensurables abismos del alma humana”, D, en el escrito de referencia, aventuraba algunas hipótesis en torno a las posibles razones políticas que condujeron a Bosch y a Jimenes Grullòn a su desencuentro definitivo.
1.- Juan Isidro tenía, desde los primeros años de su perredeismo militante en el exilio, aspiraciones a la Presidencia de la República en un futuro gobierno encabezado por el PRD. Sostenía Don Angel, a este respecto, que “esta actitud, de gran beligerancia, pudo tener sus raíces en un parentesco político suyo con un abuelo que había escalado la Presidencia del pais, en un pasado no muy lejano” (Se referia Don Angel al Presidente Juan Isidro Jimenes).
Reflexionaba Don Ángel que “…podría ser fácil establecer las vinculaciones de orden psicológico que, a manera de puente, dieran explicación científica a este hipótesis. Las dificultades de materializar exitosamente esta aspiración, en el seno del naciente Partido donde ya palpitaban anhelos de futurismo electoralista competitivos pudieron haber determinado un cambio en busca de mejores ambientes. El aspirante se ubicaba entonces, conforme a sus propias autocríticas, en un campo innegable de proyecciones populistas y caudillistas”.
2.- Bosch tenía similares pretensiones a las de Juan Isidro, no obstante, “ve realizadas sus aspiraciones y exhibe una trayectoria más coherente en la materialización de sus aspiraciones”.
Prueba de la anterior afirmación es el hecho de que, en fecha tan temprana como el año 1944, apenas cinco años después de la fundación del PRD, en el Congreso Unitario celebrado en la Universidad de la Habana, Bosch logra, con “sorprendente anticipación, su postulación como precandidato presidencial para la República Dominicana del Partido del cual era co-fundador”.
Aunque debió esperar 18 años para alcanzar la Presidencia, Bosch se mantuvo fiel al Partido que ayudara a fundar, y así lo hizo hasta su salida del mismo en diciembre de 1973.
Qué peso pudo haber tenido en el ànimo de Juan Isidro aquel temprano ascenso de Bosch en la escala partidaria del PRD, opacando así sus pretensiones primigenias, y en qué medida es esta una posible causa de su ruptura personal y política, es tesis que entra en el campo de lo conjetural pero nada desdeñable a la hora de analizar la misma.
Son muy sugerentes las apreciaciones de Don Ángel a este respecto:
“La acción corrosiva de las aspiraciones y pasiones políticas no tardó en los primeros años del Partido en minar las bases de este compañerismo ejemplar. La rivalidad- enfermedad natural en los campos de esta actividad no tardó en florecer”.
3.- El mito de Julia de Burgos como causa de la separación entre Bosch y Juan Isidro.

Para quien escribe sobre el tema de la ruptura de Bosch y Jimenes Grullòn, se torna prácticamente imposible referirse a la consagrada leyenda según la cual, fue la destacada poetisa puertorriqueña Julia De Burgos, la responsable última de crear entre ambos un abismo insalvable.
En un interesante artículo referido a este tema, bajo el título “La manzana de la discordia” (Diario Libre, 10 de junio 2021), el destacado intelectual y escritor Guillermo Piña Contreras, se refería a la perduración de esta leyenda en nuestro país, alimentada, muy especialmente, por sectores de la izquierda.
Afirmaba, al respecto:
“Los dominicanos en tanto herederos de la cultura helénica aceptan aquello que proclamaba Freud de que la vida gira en torno al sexo por lo que se tiene la creencia, a pesar de múltiples desmentidos, de que la enemistad entre Bosch y Jimenes Grullòn fue causada por una Helena del Caribe llamada Julia de Burgos, la reconocida y gran poeta puertorriqueña”.
Don Ángel Miolan, tan parco al referirse por escrito a este tema, luego de desarrollar las hipótesis antes enunciadas, como causas de la posible ruptura Bosch- Jimenes Grullon, sólo se limitó a señalar que: “otras motivaciones, que la maledicencia no se ha cansado de exhibir,- y que es preferible silenciar, porque tocan el área de lo privado-, aparecen en la relación de causas determinantes de la ruptura definitiva de la amistad de ambos personajes”.
En una interesante obra titulada “Julia Burgos en Santo Domingo”, publicada por Editorial Patria, de Puerto Rico, en el 2018, la consagrada escritora y poeta dominicana Chiqui Vicioso, incluye en la misma las interesantes entrevistas realizadas tanto a Bosch como a Jimenes Grullòn, abordando con ambos su relación con Julia, el primero en su condicìon de pareja sentimental de la misma, a quien ella definiera como su “eterno amado” y el segundo, en su condición de amigo.
Ambos, desde sus particulares enfoques y respuestas a las interrogantes formuladas, se encargaron por separado de desmentir la difundida especie.
Pero si alguna prueba documental bastara para echar por tierra tan inveterada como infundada leyenda, he aquí que en el año 2014 fue publicado en Bogotá, Colombia, bajo el título “Cartas a Consuelo (Panamericana Formas e Impresos, 2014), el valioso epistolario que por años atesorò Consuelo, la entrañable hermana de Julia, en el que se contienen las correspondencias recibidas de ella durante su agitada itinerancia en los Estados Unidos y Cuba.
Acontece que en este importante epistolario, se incluye una interesantísima carta que, fechada el viernes 19 de junio de 1942, dirige Juan Isidro Jimenes Grullòn a Consuelo, desde la Habana. A continuación, la transcripción íntegra de la misma.
La Habana, Apartado 1054
Viernes 19 de junio de 1942.
Querida Consuelo:
Te supongo ya enterada por Julia de la dolorosísima decisión que me vi forzado a tomar en relación con nuestro amor y nuestra vida. No sé si ella te habrá expuesto los motivos, aunque presumo que no. En verdad, se me hace del todo imposible expresártelos por esta vía; cuando te vea, que ojalá sea pronto o cuando Juan Bosch, quien va para esa, lo haga por mí, podrás enterarte. Tú me conoces perfectamente y sabes la intensidad del amor que profesaba a Julia; sabes con seguridad que nunca hubiera sido capaz de tomar una resolución de este tipo, si no hubiera sido impulsado por motivos muy honrados y sólidos. Así han sido. Frente a ellos, que abren un abismo entre nuestras vidas, llenándola de dolor, no ha habido otro camino que la separación.
Resueltas las cosas en ese sentido y convencidos ambos de que la permanencia de ella en Cuba no podría ser provechosa, llegamos al acuerdo de que se fuera para los E.U., hacia donde partió en el avión de esta tarde. Mañana temprano seguirá viaje a N.Y., a donde llegará dentro de dos días. Con toda probabilidad, ella te escribirá tan pronto llegue, pero si tú quieres hacerlo con anterioridad, puedes dirigirle la correspondencia a cargo de Juan M. Díaz, 534 West 148 Street.
Comprenderás, Consuelito, que dada la verdadera devoción que profesaba a tu hermana, la necesidad de tomar esta medida me ha desgarrado profundamente el alma, y la ha sacudido a ella también (…)samente.
Sobre ambas cosas podría decirte mucho, pero prefiero silencios… El dolor, cuando viene sin razón y sin justicia, vale más (…) en la intimidad de la propia entraña.
Quisiera tenerte a mi lado para poder abrir, junto a tu alma, toda mía… Pero ya que ello es imposible, solo una cosa quiero decirte: aunque sufro, sé que he obrado de acuerdo a mi conciencia, y nada tengo que reprochare. Hice todo cuanto pude por colmarla de dicha y ella no supo responder dignamente a esa ofrenda, en el curso de los últimos meses, solo de ella es la culpa.
Antes de terminar deseo pedirte que le escribas entusiasmándola al trabajo y a una constante vida de virtud; hazle comprender que todos los errores del pasado pueden ser rescatados por un presente honroso.
Ella me prometió, antes de partir, ser fuerte y mostrarme en lo futuro un hondo sentido de sus responsabilidades. Quisiera que así fuera y tú debes contribuir con tus cartas a ello.
Escríbeme. Y recibe un abrazo bien sentido y doloroso de tu hermano.
Juan
La carta, en lo que refiere a Bosch, habla por sí sola y no es preciso glosarla. Otro tema, es lo que pudo haber sucedido entre Julia y Juan Isidro, y que pudo haber motivado el quiebre de su profundo amor, digno de una novela romántica, pero tales interrogantes rebasan las pretensiones del presente artículo.