Al final, es bueno que el discurso de Putin haya sido visto por todo el mundo. Desde cuando anunció, en noviembre del pasado año, que las líneas fronterizas de Rusia las determina Rusia dejó claramente dicho cuáles serán sus intenciones, y ahora tenemos lo que tanto se advirtió: el ejército ruso invadiendo a Ucrania por la región del Dombás.

Para Putin el Acuerdo de Minsk del 2015 ha tenido la misma validez como para Hitler el Acuerdo de Múnich del 1938, cuando le fue cedida Checoslovaquia para evitar la guerra. En aquel entonces, las potencias occidentales europeas pudieron escoger entre la vergüenza y la guerra. Pero optaron por la vergüenza, y tuvieron la guerra. La culebra había que matarla por la cabeza cuando salió del cascarón antes de que creciera y se fortaleciera. No se debió pactar en lo absoluto con Hitler. Este episodio de la historia a Occidente le sirvió de lección.

Al siguiente día del discurso de Putin, Europa amaneció con una mañana nublada e infausta. La Unión Soviética ha vuelto definitivamente a su mapa. Sí, ese extinto, mafiosamente carcomido y económicamente enfermo Estado, pero aún más decidido, ha despertado como el oso de su letargo invernal en búsqueda de miel. ¿Quién esperaba que Rusia se convirtiera en una amenaza? Después de todo, el regreso a la época imperial soviética fue anunciada al mundo desde la pantalla de televisión por el propio presidente ruso.

Vladimir Putin repetía ante las cámaras: <Ucrania es una construcción artificial y que su territorio y su alma siempre han pertenecido al Kremlin. Se ha convertido en una colonia americana, una cabeza de puente de donde la OTAN dirigirá el ataque a Moscú. Kiev despreciaba la cooperación ventajosa con Rusia, especialmente en el campo popular soviético de la ingeniería y la metalurgia. Pero no son sólo los ucranianos los desagradecidos, sino también los países ex soviéticos y los países poscomunistas, que llegaron a las estructuras occidentales gracias a la benevolencia rusa. ¿Y los Estados Unidos? Nunca dejaron de ser el enemigo>

Además, en su alocución Putin no cesaba de pronunciar palabras sobre Ucrania, los ucranianos y Occidente que recordaban las palabras de Adolf Hitler del 1938 y 1939 sobre los checos "traidores". No es de extrañarse, que en la interpretación de la historia Putin refleje su pasado del ex agente de la KGB, y la nostalgia por aquel pretérito le haya cegado la razón. Quizás, todavía no se ha enterado que la URSS perdió la guerra fría y sus republicas y orbitas cayeron como un castillo de naipes en la postrimería del siglo 20. Al concluir su televisado discurso y como si fuera el presidente del planeta tierra, Putin mediante un decreto crea al vapor dos repúblicas (Donetsk y Lugansk) en el territorio ucraniano ocupado por los separatistas prorrusos. Sin importarle un comino, infringe el capítulo VII de la Carta de la ONU, los Acuerdos de Minsk y el Memorando de Budapest de 1994. Tras la ocupación ilegal y la anexión de Crimea en 2014, la Federación Rusa ha pisoteado durante mucho tiempo los principios fundamentales del derecho internacional y sus propias obligaciones sobre la integridad territorial y la soberanía de Ucrania. Por supuesto, Putin sabe muy bien lo que hace y toda esta maniobra ha sido parte de su estrategia de desplazamiento militar para ir paulatinamente ocupando a Ucrania.

Panorama general de las sanciones Occidente a Rusia:

La UE tiene entre las previstas sanciones la suspensión del nuevo gasoducto Nord Stream 2, que está en gran parte bajo el control del grupo ruso Gazprom. La congelación de activos rusos en la EU y en Gran Bretaña. La prohibición y retiro de visas a oligarcas rusos que sobre todos aquellos que "son de especial importancia para el Kremlin". En la lista se encuentran empresarios de la industria del gas. El congelamiento de activos de varios bancos rusos "involucrados en el financiamiento de la ocupación rusa a Ucrania". Estos son Bank Rossiya, Jenn Bank, General Bank y Black Sea Bank. Además, las sanciones afectan a Promsvyazbank, que es clave para financiar el sector de defensa de Rusia. La prohibición a inversión y comercio en los territorios separatistas en el este de Ucrania, en Dombás. Pero la pieza clave para Bruselas es cortar el acceso del Kremlin a los mercados europeos y participación a los mercados capitales y bursátiles e impedirá al Banco ruso de Desarrollo (VEB), y al banco militar ruso acceder a financiación y emitir deuda en los mercados occidentales. Rusia quedará fuera del sistema bancario internacional europeo a través del “swift code” que permite las transferencias interbancarias internacional. Tambien las importaciones y exportaciones hacia Rusia serán obstaculizadas.

Las sanciones a Rusia ya han provocado grandes pérdidas y ha teñido de rojo las principales bolsas europeas. Sin embargo, según algunos analistas consideran que Occidente tendrá que intensificarlas con medidas más severas como son la confiscación de bienes y propiedades rusas en la Unión Europea, Gran Bretaña y los Estados Unidos para doblegar el espíritu bélico de Putin. Por igual, la deportación masiva de ciudadanos rusos, la prohibición del espacio aéreo y ferroviario a Rusia.  La actitud agresiva de Putin tendrá una repercusión negativa en la economía de su propia nación. Asimismo, la amenaza de una Rusia expansionista bajo el mando de Putin ha motivado a países como Suecia y Finlandia, que no estaban absolutamente interesados, a solicitar sus membresías a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.  No obstante, Occidente tiene bastante claro que la experiencia del 1938 con Hitler no debe repetirse y que la serpiente solo muere cuando se decapita.