El espacio, a pesar de su vastedad, se ha convertido en un entorno cada vez más concurrido. Los avances en la tecnología espacial han permitido el lanzamiento de numerosos satélites, estaciones espaciales y otras misiones, pero este progreso ha venido acompañado de un incremento significativo de desechos orbitando la Tierra. Entre estos desechos, los micrometeoritos y los fragmentos de basura espacial representan un riesgo considerable tanto para las misiones espaciales como para la vida en la Tierra.
Según la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, sigla en inglés), micrometeoritos son diminutos fragmentos de material que se desplazan a través del espacio a velocidades extremadamente altas. Estos fragmentos pueden ser de origen natural, como partículas de polvo cósmico, o de origen humano, como desechos resultantes de misiones espaciales anteriores. Estos pequeños objetos pueden viajar a velocidades promedio de 10 km/s (22,000 mph), lo que los convierte en proyectiles altamente peligrosos.
La basura espacial, por su parte, consiste en fragmentos más grandes de equipos y vehículos espaciales que ya no están en uso. Estos desechos, al igual que los micrometeoritos, pueden causar daños graves al colisionar con satélites activos, naves espaciales y estaciones como la Estación Espacial Internacional (EEI). El riesgo es tan elevado que incluso un fragmento de pintura de 1 centímetro puede infligir daños comparables a los de un objeto de 250 kg viajando a 100 km/h en la Tierra.
La situación de la basura espacial ha sido ilustrada recientemente por un incidente en Florida, donde una familia estadounidense reclama más de 80,000 dólares a la NASA después de que un fragmento de desechos espaciales atravesara el techo de su casa. Este incidente, que involucró un objeto de 700 gramos proveniente de una plataforma de carga de baterías usada soltada desde la EEI en 2021, destaca la seriedad del problema. Afortunadamente, nadie resultó herido, pero el incidente subraya el potencial peligro que estos desechos representan para la vida en la Tierra.
Aunque los incidentes de basura espacial que alcanzan la superficie terrestre son relativamente raros, los micrometeoritos presentan un desafío constante en el espacio. Estos diminutos fragmentos pueden causar daños significativos a los vehículos espaciales y representar una amenaza para los astronautas. Para mitigar estos riesgos, se han desarrollado materiales avanzados y configuraciones de protección para los componentes vitales de las naves espaciales.
Los micrometeoritos y la basura espacial se pueden clasificar según su origen, tamaño y el riesgo que representan. A continuación, compartimos cada una de estas clasificaciones según la Agencia Espacial Europea (ESA):
Según su Origen
- Micrometeoritos naturales
Origen – Partículas de polvo cósmico y pequeños fragmentos de asteroides y cometas. Ejemplos – Polvo interplanetario, fragmentos de meteoros. - Basura espacial de origen humano
Origen – Restos de misiones espaciales, satélites fuera de servicio, y fragmentos de cohetes. Ejemplos – Etapas de cohetes, satélites obsoletos, fragmentos de explosiones.
Según su Tamaño
- Micrometeoritos y fragmentos menores de 1 centímetro
Características – A menudo son imperceptibles, pero pueden causar erosión y daños menores en naves espaciales y satélites. Cantidad estimada -Millones de partículas en la órbita terrestre. - Fragmentos de 1 a 10 centímetros
Características – Pueden causar daños graves a satélites y otras naves espaciales debido a sus altas velocidades. Cantidad estimada – Aproximadamente 750,000 objetos de este tamaño orbitan la Tierra. Impacto Potencial – Un fragmento de este tamaño puede destruir completamente un satélite al tener la potencia de una granada de mano. - Fragmentos mayores de 10 centímetros
Características – Representan un riesgo significativo de colisiones catastróficas. Cantidad Estimada – Aproximadamente 29,000 piezas de este tamaño están en órbita. Impacto Potencial – Un objeto de 10 cm puede causar la fragmentación catastrófica de un satélite típico.
Según el Riesgo que Representan
- Riesgo bajo
Ejemplos- Partículas menores de 1 cm. Daños Potenciales – Erosión menor y daño superficial a componentes de naves espaciales. - Riesgo moderado
Ejemplos – Fragmentos de 1 a 10 cm. Daños Potenciales – Daños graves a satélite
Hace una década atrás, había aproximadamente 29,000 piezas de desechos espaciales de origen humano mayores de 10 centímetros flotando en la órbita terrestre. Según la Agencia Espacial Europea, una colisión con un objeto de 10 cm podría implicar una fragmentación catastrófica de un satélite típico. Esta estadística subraya la gravedad del problema y la necesidad de medidas efectivas para gestionar y reducir la cantidad de basura espacial en órbita.
En 2017, la mayor conferencia sobre basura espacial en Darmstadt, Alemania reunió científicos y responsables de la toma de decisiones de las naciones que participaron en la exploración espacial siendo el séptimo encuentro de este tipo organizado por la ESA. En el evento se llegó a la conclusión de que la basura espacial es un problema grave y peligroso, como explicó Holger Krag, jefe de la Oficina de Basura Espacial de la ESA en su momento.
Según Krag, un fragmento de escombro del tamaño de una bala orbitando la Tierra a una velocidad de aproximadamente 25,000 mph tiene un efecto devastador. "Si golpea un satélite, este [el satélite] será destruido completamente, porque la partícula posee la potencia de una granada de mano", afirmó. Se estima que hay 750,000 objetos de entre 1 y 10 centímetros de tamaño orbitando la Tierra. La mayoría de la basura espacial tiene un diámetro inferior a un centímetro y orbita nuestro planeta a una altura de 800 a 900 kilómetros (500 a 550 millas).
El fenómeno conocido como Síndrome de Kessler describe una situación en la que la cantidad de desechos en órbita alcanza una masa crítica, resultando en una reacción en cadena de colisiones que genera aún más escombros. Este efecto de cascada fue predicho por Donald Kessler en la década de 1970 y es una preocupación creciente en la actualidad, ya que la cantidad de desechos en órbita sigue aumentando.
El dilema de los micrometeoritos y la basura espacial no es solo una preocupación para las agencias espaciales, sino también para la seguridad en la Tierra. La creciente cantidad de desechos en órbita requiere una atención continua y soluciones innovadoras para proteger tanto las misiones espaciales como la vida en nuestro planeta.
Incidentes como el de Florida sirven como recordatorios de la necesidad urgente de abordar este problema con medidas efectivas y preventivas. Las universidades, observatorios y centros de investigación nacional deben poner este tema inminente en sus agendas, siendo uno de los dilemas que son parte de nuevo paso de la humanidad hacia las estrellas.