
Lo visité una semana antes. Sabía que iba a marcharse, pero se mantenía firme en sus botas, a pesar del dolor. Un verdadero oficial ejemplar, un visionario que galvanizó a los jóvenes bajo su mando. Mario Andresol
Nos encontramos en esta compleja encrucijada de redefinición institucional en la que urge recordar que, en una época, el Dr. François Duvalier, presidente vitalicio (1957-1971), también vigilaba la circulación de vehículos. El Servicio de Circulación de una de nuestras ciudades debería llevar el nombre del #GeneralRolandChavannes. Me gusta recordar que este servidor público construyó una excepcional videoteca, en torno a la historia y los sofisticados dolores de cabeza del tránsito por carretera en el siglo XX nacional. Quien tuvo el privilegio de charlar con el distinguido funcionario, ya domina un hermoso pedazo de la historia de Haití.
«Cuenta la leyenda que como oficial a cargo en Pétion-Ville, detuvo el vehículo de un presidente vitalicio por exceso de velocidad. Roland Chavannes había dirigido el Servicio de Circulación de vehículos en dos ocasiones. Rediseñó la imagen de esta estructura. En ese momento tenía el rango de mayor, antes de ser ascendido a coronel y luego a general de brigada y jefe del estado mayor G4 de las Fuerzas Armadas de Haití. Fue un eficaz oficial desde su graduación en la academia militar en 1961 (6 de octubre de 1959 – 22 de septiembre de 1961) hasta su retiro en 1991. Reformó el tránsito y, como director general de migración, introdujo importantes cambios para mejorar el funcionamiento de la compleja institución, entre 2004 y 2012. Humilde, acogedor, respetuoso y cortés, el general Chavannes siempre tenía palabras para amenizar el ambiente de trabajo y motivar a sus colegas. Mentor muy apreciado, siempre estaba pendiente de cada persona con quien entraba en comunicación y la invitaba a reforzar su capacidad profesional y a servir a los demás con desinterés y conciencia» (Duval, En memoria del General Roland Chavannes).
La Dirección de Emigración e Inmigración, organismo técnico y administrativo del Ministerio del Interior, es (teóricamente) encargada de «controlar el flujo migratorio en todo el país». Desde hace cuarenta años, se dedica casi exclusivamente a la elaboración de documentos de viaje. Antes de la llegada del general Chavannes en 2004, la obtención del pasaporte era lo que llamamos una carrera de obstáculos. Las dificultades técnicas no sólo se encontraban en la oficina de inmigración. Con rigor y eficacia, este especialista en inteligencia y circulación de vehículos fue capaz de crear secciones para controlar rápidamente la calidad y autenticidad de los documentos de estado civil que llegaban a la Dirección de emigración e inmigración. Por primera vez en la historia de la institución, el ciudadano que se presentaba con los documentos correctos recibía su pasaporte en el plazo de una semana.