Uno de los aspectos más problemáticos que experimentamos quienes vivimos en Estados Unidos es que habitamos una nación altamente violenta, en donde los episodios de tiroteos en masa, solo para citar un ejemplo, ya son el pan nuestro de cada día. Estamos solo en el mes de mayo del 2023 y ya hemos presenciado 185 sucesos de tiroteos incluyendo el último de este pasado sábado 6 en Texas con un saldo de 9 víctimas. En el 2022, el país tuvo 647 eventos de esta naturaleza, en el 2021, 693 resultando en 859 y 920 muertes respectivamente. Y desde el 2015, 19 mil personas han sido muertas u heridas en este tipo de incidentes.
Pero nuestro interés en esta oportunidad es concentrarnos en un subsegmento de estos tiroteos que se han dado últimamente. Tan solo este mes, un señor de 65 años disparó matando una joven que accidentalmente dobló en su garaje en las afueras de la ciudad de Nueva York. Otro señor octogenario disparó a un joven de 16 de la raza negra que accidentalmente tocó a su puerta en Kansas, cuando recogía a sus hermanitos. Pero también en el sur de la Florida, otro individuo de 43 años disparó a otro joven de 19 años mientras este hacia servicios de reparto en su vehículo. Su novia de 18 años también fue disparada.
¿Cómo se explican tales conductas? La disponibilidad de las armas (400 millones en manos privadas), la extraña ley llamada stand-your-ground (firme en tu terreno), la agresiva campaña mercadotécnica de las armas de fuego así como un creciente malestar de miedo paranoico dentro de un segmento poblacional considerable que opina que su seguridad y la de los suyos está en juego por el alza inusitada del crimen en la nación.
Para este segmento poblacional al que nos referimos, desde el año 2020, un creciente número de partidarios dentro del Partido Republicano cree que la seguridad individual y la de sus comunidades está en aumento. Un estudio publicado en la Gallup en el otoño del 2022 reveló que dentro de las filas republicanas quienes así creían subió de un 38 a un 73 por ciento. Dentro del Partido Demócrata lo fue de un 5 a un 42%.
Dicha percepción de inseguridad, peligrosidad e incertidumbre en las calles ha sido martillada día tras día por los políticos de derecha quienes, en su afán de denigrar, asquerosear la administración Biden, han cacareado una y otra vez que la vida se está tornando cada día más peligrosa en el país, (claro está, sin evidencia verificable) que los inmigrantes y los movimientos de protestas están arriesgando la paz. Que el crimen en los estados gobernados por los demócratas está fuera de control. Que el gobierno federal habrá prontamente de confiscar revólveres y rifles en manos privadas para luego instaurar la Ley Marcial en EE. UU., etc…La cantidad de cobertura destinada por Fox, OAN, y Newsmax a temas relacionados con la violencia y a la repetición hasta la saciedad de este tipo de noticias catastróficas y hasta disparatadas, en donde el miedo, la paranoia y la distorsión de las leyes relacionadas con la autodefensa es hasta un 79% más en Fox por ejemplo que en CNN y MSNBC.
Sin respuestas viables al problema del desempleo, la alta inflación u la pérdida de competitividad económica en el país; la derecha se ha escudado en promocionar temas relacionados con el miedo, la inseguridad, la paranoia, la demonización de los grupos minoritarios como arma de ataque a la actual administración Biden. En el estado de Florida, inclusive, el gobernador De Santis ha implementado toda una cruzada en contra de libros y programas educativos considerados como ofensivo a la identidad, esencia norteamericana en lo que ahora se ha popularizado como la cultura woke.
De ahí que los inmigrantes, población negra, los políticos liberales, los judíos, musulmanes e intelectuales progresistas sean representados como un peligro inminente para el bienestar en el país, los valores tradicionales y, por lo tanto, sea un deber patriótico estar preparado, al acecho pues la vida, nuestro estándar de vida, nuestras familias y religión cristiana protestante corran peligro en todo momento. Tales son los costos del miedo que hoy paga la nación a causa de la continua perpetuación de la mentira en este ecosistema.
Estados Unidos asiste al surgimiento de una sociedad insensible, en donde cada vez más estados reducen los requisitos para el porte de armas y cuya actitud es la de premiar a los dueños de hogares que disparen antes de replegarse ante un supuesto peligro con las llamadas leyes firmes en tu terreno. Y claro, de más está decir aquí que los veredictos siempre tienden a favorecer al individuo blanco que dispara en los llamados “homicidios justificados” cuando la víctima es negra. Somos testigos de un cambio fundamental en los valores que sostienen el contrato social dentro de lo que debiera ser una sociedad democrática. Nuestra responsabilidad ante nuestro prójimo ha claudicado, nuestro compromiso y lealtad individual hacia nuestra sociedad se está abdicando y en su lugar día tras día nos parecemos más al estado de la naturaleza hobessiano. ¡Qué lastima…!