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Portada del Libro de Daron Acemoglu y James Robinson, quienes junto a Simón Johnson merecieron el Nobel de Economía 2024 por la explicación de toma de “malas” decisiones que no generan oportunidades para el desarrollo. Un texto de antología.

Tal vez, a los keynesianos “se les haya corrido la tuerca” al proponer  en automático una «Reforma Fiscal» luego de un triunfo electoral por una segunda vez. En el primer período venían de recibir un régimen manirroto, como es el caso de los hijos de Juan Bosch Gaviño durante cinco períodos salteados. Me pareció que era una oportunidad que no se presentará en un tiempo, sumándose a las décadas de atraso fiscal acumuladas.

Entonces: ¿por qué no se sinceró que para lo que el Estado  va a edificar se debía tomar prestado porque la mitad se consume en servicio a la deuda? El servicio de la deuda externa corresponde a la proyección de los pagos futuros de los montos adeudados y sus respectivos intereses por concepto de deuda externa de largo plazo. Su determinación se efectúa sobre la base de una estimación que considera tasa de interés y tipo de cambio, en una fecha de referencia. La empleomanía pública se lleva la otra mitad del presupuesto.

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Una verdad monda y lironda es que los economistas gubernamentales no se esmeraron por presentar y defender la verdad para que seamos la envidia de país y que vamos derecho al cielo de los economistas “felices” porque no hemos remediado la pata que cojea la “mesa”, que es nuestra debilidad estructural. Dejamos la Reforma Fiscal porque no atacamos el largo plazo. No debemos entretenernos desviándonos de darle estabilidad a muy largo plazo, y no enredarnos entre las patas de los caballos; y que siga la “farra”. Considero que mientras más pase el tiempo, mucho peor será la estructura fiscal para que alguien venga en auxilio… Pero, habremos perdido tiempo.

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Otra definición de la “coincidencia”, en español-dominicano, es “chepa”. Tan extrema es que esa posibilidad ocurra sólo sería por “pura chepa”. Por tanto, que se ofrezca la oportunidad no es porque la hallemos; es que ella nos encuentre. Algo así como el Dr. Balaguer que  buscaba que la Gulf & Western le pusiera el tope a la repatriación de beneficios y resultó el “turismo” al convertir su Club empresarial en el Hotel Romana. Esa es la innovación en materia empresarial. ¿Alguien ha probado con un ambiente más libre, ser tan libre como Singapur? ¿Qué me dicen, que nadie desea estar libre para verdaderamente ser empresario, sino un “copión”? El malo de la película…

El “costo de oportunidad” de hacer la reforma fiscal son los posibles escenarios evaporados cuando nos retiramos sin luchar… ¡ya vendrán otros tiempos mejores!