En la medida que ha ido aumentando la población, y con ello el tránsito vehicular, los accidentes de tránsito en la República Dominicana son más frecuentes, significando grandes traumas para las víctimas y sus familiares, así como para el personal que trabaja en las labores de auxilio y regulación del movimiento de vehículos, así como en los centros de salud, sobre todo públicos donde llegan gran parte de los afectados por los accidentes.
Según información del a SIGESETT, las tres principales causas que provocan accidentes son: el exceso de velocidad, el consumo de alcohol y la violación frecuente a las leyes de tránsito por parte de choferes de transeúntes. En el año 2023 1,949 personas fallecieron en accidentes de tránsito.
Un estudio reciente encomendado por el Banco Mundial arrojó como resultado que el 78% de las vías principales de la Republica Dominicana son inseguras, lo que plantea un problema grave en términos de seguridad vial, ya que el 42% de la víctimas fatales se producen en las autopistas; el 50% de los accidentes se producen entre el corredor norte-sur, siendo en el corredor Duarte, desde Santo Domingo a Montecristi donde ocurre el 30% de los accidentes. También de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) nuestro país tiene la tasa más alta de la Región de accidentes vehicular, 64.6 por cada 100,000 habitantes
Otra información relevante del estudio del Banco Mundial es que el 70% de las victimas de los accidentes son en motocicletas, lo que mueve a preocupación en virtud de que este tipo de accidentes es que mayores traumas producen a las víctimas, a partir de como se dice popularmente “la carrocería de las motocicletas es el cuerpo de quienes van montados en ella”. Esta situación es aún más grave pues gran parte de las personas que se movilizan en motores no están amparados por seguros de salud y si sobreviven lo que tienen es público o ninguno, lo que implica una carga cada vez más creciente de los gastos en salud pública, además de que las personas que quedan inutilizadas total o parcialmente, ya no pueden trabajar para garantizar los ingresos que le permitan el sustento a él y su familia y más se convierten en una carga para ésta.
El alto porcentaje de personas que mueren o que quedan traumatizadas en accidentes se debe fundamentalmente al desconocimiento de las leyes de tránsito por un lado, y por otro que aun conociendo dichas leyes no se respetan, como es el uso obligatorio de casco protector, que no solo lo debe usar el conductor de la motocicleta, sino también la persona que se monta en la parte trasera.
En una encuesta de esta misma semana hecha y publicada por un periódico de circulación nacional, ante la pregunta de si el plan vial anunciado por el gobierno puede dar resultados el 66% los dominicanos que participaron en la misma dijeron que no. Este resultado es producto de la falta de credibilidad que tiene la gente en las acciones de políticas públicas que no apuntan de forma efectiva a enfrentar este grave problema.
Es ante la situación descrita que se requiere de una agresiva campaña de concientización, en la cual se involucre las escuelas, universidades, iglesias, organizaciones sociales, empresariales y comunitarias, partidos políticos, para que de forma permanente se convierta en parte de sus actividades de reuniones, homilías, clases y promoción por los medios a los cuales tienen acceso.
Pero todo lo anterior puede tener impacto para la reducción de los accidentes de tránsito, si desde las instituciones públicas, sobre todo las responsables de regular el tránsito, se dan señales de fuerte voluntad, tanto desde el punto de vista de concientización, como de hacer cumplir a los ciudadanos con su compromiso de cumplir las leyes de tránsito.