La más reciente conformación del Consejo Nacional de la Magistratura, en ocasión de la sustitución de algunos de los miembros del Tribunal Constitucional, ha brindado a la población un evento digno de observar con atención milimétrica. Ya algunos vocingleros gritan que tales o cuales son los elegidos, como fruto de las teorías conspirativas y especuladoras que alimentan el morbo de la sociedad donde en cualquier vehículo de transporte colectivo (carro de concho) se comentan cuestiones de Estado u alta política cual se encontraran en consejo de ministros; quizás por aquello del “caliesaje” de la época de la dictadura del perínclito de San Cristóbal.
Lo justo es decir que la reproducción por medios digitales de acceso público de los procesos de entrevista constituye una acción de fortalecimiento a la democracia, a la institucionalidad, la trasparencia y legitimación de la escogencia de los nuevos miembros del Tribunal Constitucional. Tal publicidad debe ser evaluada en dos vertientes. Por un lado democratiza el acceso a los aspirantes, es decir, que cualquier ciudadano sin importar color, raza o estatus económico, siempre que tenga las competencias, capacidades académicas y formativas puede optar por participar en la evaluación. Por otro lado permite a la ciudadanía deleitarse de un banquete de conocimientos académicos del tópico tratado según la vacante (derecho constitucional, electoral, etc.)
Lo cierto es que las entrevistas son un reflejo de la realidad social de nuestro pueblo, donde acuden personas que se ven nerviosas ante tan magno escenario, otras que teniendo la capacidad intelectual poseen dificultad para comunicar el conocimiento y otras que han dado cátedras de preparación académica para tan alta posición. Uno que otra situación de discusión entre los postulantes y los consejeros más por criterios personales sobre tal o cual tema que por el mismo texto exegético de la Carta Magna. Recordar que los jueces no son legisladores, no crean normas, son aplicadores de ellas.
De igual modo resaltar la labor de los consejeros que ante la mutis de algunos, se destaca la labor y el esfuerzo formativo de otros; verbigracia el Consejero Bautista Rojas Gómez, Senador por la Provincia Hermanas Mirabal, quien es médico pediatra de profesión, sin embargo sus preguntas a los postulantes reflejan un conocimiento acabado de los temas constitucionales tal abogado constitucionalista. La participación de la juventud ser subrayada, jóvenes profesionales de ambos sexos que demuestran que el interés colectivo en tener un mejor país.
La Escuela Nacional de la Judicatura debe estar regocijada al ver tantos talentos egresados de sus programas de formación brillar de forma magistral ante tal evento de la democracia. La participación de los magistrados Napoleón Estévez, Franklin Concepción, Argenis Rosario, Rosanna Vásquez, Eduardo Sánchez, Miguel Encarnación, Julio Araujo, defensores como Johanny Sabari, Rodolfo Valentín, abogados en ejercicio como Namphi Rodríguez, Yildalina Tatem Brache y los demás que se me quedan por asunto de espacio, son solo algunos de los ejemplos de la calidad académica en nuestro país.
Vale destacar que la creación del Consejo Nacional de la Magistratura es el resultado de la crisis electoral de 1994, donde en busca de legitimar el proceso de escogencia de los jueces supremos, pues es para la reforma constitucional del 2010 que se crean las llamadas altas cortes (Tribunal Constitucional, Tribunal Electoral) ampliando el espectro de acción del Consejo Nacional de la Magistratura.
Por definición podemos establecer que el Consejo Nacional de la Magistratura es el órgano constitucional encargado de la elección, evaluación de los jueces de las altas cortes (arts.178 y siguientes de la Constitución). Dicho órgano es de carácter colegiado cuya composición aplica de forma eficaz la democracia representativa, esto en razón que sus miembros son escogidos por representación delegada a excepción de los miembros que son jueces de la Suprema Corte de Justicia y del Procurador General de la República. Dicha representación delegada o asistida viene dada que la población de forma directa vota en elecciones tanto por el presidente de la República, como por los legisladores (senadores y diputados) para ocupar sus respectivas posiciones, es luego que están en la función para la cual han sido votados que se elige la conformación de dicho consejo.
Oh gran reto que tiene el Consejo Nacional de la Magistratura ante tantos Recursos Humanos capacitados. Que Dios todo poderoso les ilumine!!!