El título de este artículo fue bien pensado y resume todo lo que les voy a escribir.

El baño de sangre iniciado (en este episodio) por un ataque del grupo terrorista Hamás no es un ataque de los palestinos, ni de musulmanes; es un ataque de un grupo de terroristas que se alimentan de un odio cultural y religioso que es fomentado por una interpretación enfermiza de la religión.

No son los palestinos, ni los musulmanes, ni los países árabes que atacaron a Israel; es un grupo de terroristas que actúan como tal.

Hamás no representa a los más de 1,200 millones de personas que profesan el islam. Ellos solamente se representan a si mismos y a un grupo de personas arropadas por el odio, la falta de piedad, consideración y amor, surgidos de siglos de conflicto que nunca han tenido un sentido y que ahora solo existen en el medio de la desolación.

Por el otro lado, el Gobierno israelí no representa a los más de 13,000,000 de judíos que existen en todo el mundo, de los cuales solo aproximadamente el 41% vive en Israel.

Muchos de estos judíos se han manifestado en el Capitolio de la mega potencia y otros lugares del mundo pidiendo la paz.

De Hamás no espero nada y entiendo que al Gobierno Israelí no le interese dialogar con estos, pues en el fondo estas personas no les interesa cambiar y su ideología es clara: aniquilar el Estado de Israel usando como parte simpática la que quieren liberar los territorios palestinos.

Pero de quien yo espero un comportamiento civilizado es de Israel, “un Estado organizado” y se debe comportar como lo que es.

Se que la clase política de Israel y parte de su población se sienten “heridos” por este ataque sin precedentes, por las muertes, por lo secuestros, por esta nueva ola de terror.

Como país tienen su ego herido, pero tienen que demostrar y actuar con más prudencia y entender su situación y que lamentablemente ellos no han podido articular una buena relación con sus vecinos por tonterías religiosas y culturales que se entremezclan con problemas de la geopolítica, pero que se sustentan en el odio y la falta de amor.

Entiendo que los israelíes quieran “venganza” y que quieran “aniquilar a Hamás” de una vez por todas, pero esto no puede hacerse a toda costa sin medir las consecuencias de su accionar.

La opinión de los Estados Unidos e Israel es importante, pero también la es la del mundo árabe que está en contra de esta actualización.

Por el ataque de Hamás murieron 1,300 israelíes y hay unos 200 rehenes, mientras que en la franja de Gaza han muerto 3,700 personas. En ambos lados, miles de personas inocentes.

Si Israel quiere invadir la Franja de Gaza que lo haga -toda acción trae como consecuencia una reacción-, pero no puede seguir causando muerte y desolación.

Deben ser cirujanos y actuar con precisión, tener un plan de contingencia social y apoyar a las familias palestinas inocentes, mandar mensajes de paz y usar las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento para dirigirse a los musulmanes de a pie y explicarles que respetarán a todas las inocentes familias que sufrirán por esta operación.

De los 13,400 millones de dólares que el “papa del mundo” ha pedido al Congreso, por lo menos la mitad debe ser para los refugiados palestinos, independientemente que esto sea bien recibido o no.

La meta número uno de Israel debe ser aniquilar a Hamás (algo casi imposible de hacer) combinado con una campaña de ayuda para el pueblo palestino y explicando que el terrorismo no tiene relación con la religión.

Ni los 8 millones de israelíes (que solo el 80% son judíos) van a desaparecer ni los más de 5,000,000 de palestinos se van a evaporar.

Los judíos y musulmanes son hijos de un mismo padre, la pelea entre hermanos arrastra al mundo a un conflicto que nos afectará a todos.

Debemos estar a favor de la paz y pedirle a ambos bandos que entren en razón y que convivan en tolerancia y comprensión.

La paz es la única solución.

Hamás es un síntoma y no la enfermedad, y mientras Israel y sus vecinos no empiecen a actuar como Jesucristo (quién era judío por cierto), este conflicto no tendrá final.