Según los estudios realizados por neuropsicólogos y paleontólogos, “el cerebro humano ha reducido su tamaño en los últimos 20,000 a 17,000 mil años” (Reportes hallazgos sobre la disminución del cerebro humano realizados por Ian Tattersall y Gerhardt Von Bonin, 1988-2019).
De acuerdo a los datos paleontólogos neurológicos, el cerebro contiene miles de millones de neuronas organizadas en estructuras que coordinan el pensamiento, las emociones, el movimiento y las sensaciones, así como la conducta humana.
Como tal, el cerebro es un sistema complejo que conecta el cerebro con el resto del organismo y cuenta con alrededor de 20 billones de neuronas, cuyos rol es vital para la salud física y mental de los seres humanos.
Por su parte, los estudios neuropsicológicos refieren que el cerebro por dentro está dividido en dos partes: (O) El hemisferio derecho y, (P) el hemisferio izquierdo, Según se sabe, “ambas partes del cerebro están conectadas entre sí por un conjunto de fibras que constituyen el cuerpo calloso; mientras que, cada uno de los hemisferios cuenta con cuatro lóbulos: (1) el frontal; (2) el parietal; (3) el temporal; y, (4) el occipital” (DSM-V, 2018).
En tal sentido, el cerebro humano controla todo lo que pensamos y sentimos, los mecanismos de aprendizajes, los recuerdos y las distintas formas de movimientos, el control de los latidos del corazón y el proceso de digestión.
Asimismo, el cerebro está conectado con las células que estimulan, cedulas estas que están dentro del hipotálamo y el tronco encefálico, produciendo una sustancia química cerebral llamada acido gamma-aminobutírido (GABA), sustancia que reduce la actividad de los centros de vigilia de ambos órganos.
Por otro lado, un estudio realizado por el paleoantropólogo Ian Tattersall, curador emérito del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York registró, que la evolución de los volúmenes de los cráneos humanos ha ido disminuyendo significativamente a través del tiempo.
También, Ian Tattersall encontró en sus estudios, que la reducción del tamaño del cerebro humano se inició hace alrededor de 100,000 mil años cuando los humanos pasaron de pensar de forma intuitiva, a lo que se conoce como “procesamiento de información simbólica o pensamiento abstracto”.
Además, Tattersall encontró que el agente que impulsó el cambio en la forma de pensar de los seres humanos tuvo que ver con la invención espontánea del lenguaje, actividad orgánica que provocó una reorganización radical de las vías neuronales del cerebro que, posteriormente se convirtió en el órgano metabólicamente más eficiente del organismo humano.
Profundizando en sus investigaciones, el Paleoantropólogo Tattersall observó, que a medida que los cerebros más pequeños manejaban cálculos complejos, los cerebros más grandes y metabólicamente más costosos en consumo de energía para el organismo humano, se volvieron innecesarios.
No obstante, otras investigaciones encontraron, que los primeros seres humanos tenían cerebros extremadamente grandes, como es el caso de los hallazgos del científico alemán Gerhardt Von Bonin, quien ha demostrado que “el cerebro humano ha sufrido una disminución significativa en los europeos en los últimos 20,000 a 10,000 mil años.
Otra investigación liderada por el científico Jeff Morgan Stibel del Museo de Historia Natural de California descubrió, que los cerebros humanos se encogieron en los últimos 17,000 mil años, fecha que coincide con la ocurrencia de períodos de climas más cálidos; mientras que, cuando hubo períodos de climas más fríos, los cerebros de los seres humanos resultaron ser más grandes.
En tal sentido, el hecho de que el tamaño del cerebro humano esté disminuyendo no quiere decir que los seres humanos resulten ser menos inteligentes, ya que los avances y los adelantos tecnológicos y científicos conocidos en los cinco continentes, es la mejor muestra que los seres humanos hoy somos más inteligentes, pese a que nuestros cerebros se hayan reducido.
Como hemos podido observar en el cuerpo de este artículo, los seres humanos debemos cuidar nuestro cerebro, procediendo de la forma siguiente: (1) Haciendo ejercicios físicos según la edad y la salud que experimentamos; (2) proteger al máximo nuestra cabeza, evitando daños prevenibles en el cráneo.
Además, (3) evitando realizar ejercicios y aventuras extremas que podrían provocarnos lecciones en la cabeza o craneal; (4) haciendo lo que nos gusta siempre y cuando nos dañemos o lastimemos a los demás; (5) leer, escribir, bailar, viajar, reunirnos con amigos y compañeros de labores; (6) tratar de dormir y descansar bien.
Asimismo, (7) alimentándonos inteligente y adecuadamente; (8) tomando un mínimo de 8 vasos de agua al día; (9) practicando juegos de entretenimientos que desafíen nuestras neuronas cerebral; y, (10) reduciendo al mínimo el consumo de tabaco y alcohol y, evitando consumir sustancias prohibidas.
Finalmente, como especialista en higiene y salud mental, te exhorto a cuidar responsablemente tu cerebro, dejando a un lado los hábitos, los gustos, las actividades y las prácticas insanas que ponen en riesgo tu salud física y mental.
“La mente humana es como un paracaída, sólo funciona si la tenemos abierta” (Albert Einstein).