1.- Las ciudadanas y los ciudadanos que vivimos el período de los 12 años, que en forma despótica y aplicando métodos de terrorismo de Estado, gobernó el doctor Joaquín Balaguer, tiene el amargo recuerdo de ciertas palabras.
2.- La persona que en los 12 años de Balaguer estaba expuesta a responder ante los tribunales por una acusación de naturaleza política, tenía que prepararse mentalmente para pasar episodios tormentosos.
3.- La acusada o el acusado por ser adversario del régimen del doctor Joaquín Balaguer, estando ante un juez, esperaba que su caso fuera decidido lo más rápido posible para salir del percance que había sido involucrado. Pero no resultaba así.
4.- Retrasar el conocimiento del fondo de un expediente con tinte político, formaba parte del martirio a que era sometido el imputado de ser comunista. Mientras más se aplazaban las audiencias, más sufría el acusado y su familia, y disfrutaba el régimen.
5.- Los jueces identificados con el balaguerismo, tenían palabras precisas, frases hechas a la medida, una especie de cliché para causar hastío al acusado por política.
6.- Los magistrados penales de tendencia balaguerista, con astucia y proceder disimulado, acompañados de burla encubierta, por cualquier minucia, con gusto y placer, emitían su fallo: reenviada la audiencia.
7.- Al escuchar la palabra reenvío, el preso político del régimen de Balaguer, quedaba paralizado de asombro, más o menos petrificado, porque sabía que ya había comenzado un número indeterminado de odiosas prórrogas.
8.- Cualquier persona con sano juicio sabía, al igual que los abogados que asistíamos en sus medios de defensas a los presos políticos del régimen, que el objetivo de reenviar el conocimiento del asunto era un ardid para darle larga al proceso hasta hacerlo interminable.
9.- Atrasar conocer el expediente entrañaba sanción anticipada porque causaba en el prevenido malestar psíquico y le sembraba inestabilidad emocional y horror.
10.- Traigo como ejemplo de los odiosos reenvíos, la retahíla de que fue víctima Darío Peña, tal como fue reseñado en el periódico Última Hora, de fecha 20 de junio de 1975.
Reenvían por octava vez juicio joven preso Santiago.
“Por octava vez consecutiva fue reenviada ayer la causa seguida al joven izquierdista Darío Peña, acusado de asociación de malhechores conjuntamente con otras personas. Darío Peña Fernández fue descargado tres veces mediante recursos de hábeas corpus interpuestos a su favor, pero siempre que se le daba la orden de libertad se presentaba nueva acusación en su contra”.
“La primera acusación fue por atraco, pero la supuesta persona atracada declaró en audiencia pública que en ningún momento había acusado a Darío Peña de ser la persona que lo había atracado. La segunda acusación fue de haber participado en la muerte a tiros del estudiante Leonardo Díaz, pero también de esta acusación fue descargado en un juicio de hábeas corpus. La policía también lo acusó de formar parte de una banda de ladrones, pero fue descargado porque nadie lo acusó, a no ser la Policía. Después de los tres descargos por juicios de hábeas corpus, la policía lo acusó de haber tiroteado a un miembro de esa institución policial, y de esa acusación es por lo que se le ha pospuesto el juicio en ocho oportunidades. Anteriormente, a todas estas acusaciones, Darío Peña fue acusado en el año 1972 de haber participado, conjuntamente con otras personas, en la muerte del capitán policial Salvador Vinicio Polanco Fernández, pero fue descargado por el Tribunal de Primera Instancia de San Cristóbal. Los padres y hermanos de Darío Peña, se quejan de que el fiscal actual cuantas veces van al despacho de él, el magistrado los trata con descortesía. Dijeron los familiares de Darío Peña que éste tiene más de dos años sin que se le haya conocido su causa. Informaron que éste fue trasladado a la cárcel de Moca y que ahora el argumento que tiene la justicia para no conocer de su caso es que uno de los acusados, José Dolores Rodríguez, está prófugo, pero según informes de los mismos familiares, este acusado fue muerto a tiros en la ciudad de Santo Domingo hace más de cinco meses por miembros de una patrulla. Los familiares de Darío Peña hicieron un llamado a la Asociación de Abogados de Santiago para que interponga sus buenos oficios a fin de que el caso de su pariente sea solucionado en los tribunales. En todas las audiencias en que se ha visto involucrado, Darío Peña ha estado asistido, gratuitamente, por el doctor Ramón Antonio Veras. Última Hora, 20 de junio de 1975.[i]
Ideas finales
11.- No deben ser olvidados aquellos momentos amargos que vivió lo más sensible y noble de nuestro pueblo, el sufrimiento de miles de hogares afligidos por la desaparición, asesinatos, presos y torturados durante la noche tétrica que significó el gobierno terrorista de los 12 años del doctor Balaguer.
12.- El recuerdo de aquel período fúnebre para nuestro país, tiene que ocupar un lugar en la conciencia sana y no contaminada por la venganza, pero debe ser mantenido con el sentir imperecedero de justicia.
13.- Las mujeres y los hombres que creen de manera sincera en la vigencia de las libertades públicas como medio para desarrollar la lucha social renovadora en provecho de la felicidad material y espiritual de la especie humana, están comprometidos a mantener como insignia: nunca más gobiernos despóticos en nuestro país.
14.- Es de desear que sea por siempre una cuestión del pasado en la República Dominicana, eternizar los procesos judiciales para apesadumbrar al acusado, porque afligir al procesado por cuestiones políticas es recurrir a la venganza cobarde contra un indefenso adversario.
[i] Última Hora, 20 de junio de 1975.