La celebración del carnaval en la isla Hispaniola data de 1520, sobre todo en espacios interiores, jardines y palacetes privados de Santiago y República Dominicana. Esa es la conclusión de la Agenda Estratégica de la Cultura de Santiago que facilitamos. En la Europa de la Edad Media, la Iglesia propuso una etimología de carnaval derivada del latín «carnem-levare», que significa «abandonar la carne». Es decir, estas fiestas implican abandonar el propio cuerpo y entregarse a nuevos personajes.
En el pasado siglo XX y en los años que transcurren de este siglo XXI, el Carnaval Popular de Santiago (CPS) tuvo diversas localidades. Tan variadas como ha sido el crecimiento urbano y la edificabilidad de la ciudad de Santiago y la isla en su conjunto. Por decenas de años fue celebrada como fiesta cultural al interior de los diversos clubes sociales de Santiago, muy en especial en el Centro de Recreo, Club Santiago y Centro Español de la calle Del Sol.
Casi todos los antropólogos valoran en el carnaval elementos sobrevivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno y las celebraciones al dios Dionisio, tanto griegas como romanas. Dionisio es el dios del vino, patrón inspirador de la locura, el erotismo y el éxtasis. Las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas.
Para varios autores, el carnaval de Santiago propiamente dicho, acumula más 140 años de evolución con una serie de influencias que sirven para organizar una fiesta que exalta todo el sentimiento de una sociedad orgullosa de sus raíces. Se conoce que después de la Restauración de la República, aparecen en Santiago, una serie de personajes que se mantienen durante generaciones. Entre los que andaban por las calles inundando de fiesta y miedo a los niños, estaban Nicolás Den Den, Roba la Gallina y Muñeco de Trapo.
Los lechones “no los diablos cojuelos como pronuncian los capitaleños, son el emblema del carnaval de Santiago. Lechones con sus disfraces de espejos, látigos, flagelos, rebenques y fuetes; también con cascabeles y rabos que provenían de la imitación a los animales que se sacrificaban en el Matadero de Santiago, ubicado en la calle Restauración en La Joya.
Se sabe que los lechones surgieron como guardianes del orden de los viejos carnavales de Santiago. Su tarea era ir delante de comparsas para abrirles paso. Con la evolución urbana, se dividieron en dos grupos: Los lechones pepineros y joyeros. Ambos se convirtieron en rivales desde mucho antes del inicio del carnaval, producto de los conflictos generados entre ciudad arriba (pepineros) y ciudad abajo (joyeros).
s Trinidad subraya que dicha crisis se reflejó en el carnaval, ya que para distinguir quiénes eran de un grupo o del otro, cambiaron los diseños de sus caretas; la de los Pepines poseía dos cuernos grandes y lisos, y la de la Joya dos cuernos que tenían a su vez numerosos pequeños cuernos pegados a ellos.
Se celebraba en el parque Plaza Valerio (mitad del siglo XX), en los años 80 en el parque Duarte y Colón y desde este siglo se consolidó en la avenida Las Carreras, en el entorno del Monumento a los Héroes de la Restauración y en los jardines del Gran Teatro del Cibao. A partir de 2025, hemos logrado ubicarlo en el Parque Central de Santiago.
El Centro León celebra exitosamente “El Carnavalito” para niños y niñas y el Centro de Convenciones y Cultura Dominicana UTESA y Puro Carnaval, organizan exposiciones fotográficas y concursos de caretas en el carnaval. Debe señalarse, que la Alcaldía de Santiago y la Gobernación colocan vistosas carpas donde se dan citan ciudadanos, empresarios, líderes comunitarios, embajadores y periodistas, entre otros sectores. Destaca para que no se olvide que el pasado senador Julio Cesar Valentín, se disfrazaba de lechón joyero.
Es una tarea estratégica y meta la integración de empresas, ministerios, departamentos públicos, escuelas, colegios, universidades y clubes sociales. Entre todas y todos, debemos seguir fortaleciendo el Carnaval de Santiago de los Caballeros, como la industria cultural más exitosa que gesta y proyecta la escenografía del pueblo.
Hoy, Ulises Rodríguez como alcalde de Santiago relanza el carnaval con participación de más de 214 comparsas y grupos carnavaleros. Un estimado de aproximadamente 2,250 miembros que se agrupan en diversas federaciones. El ayuntamiento en vez de rivalizar, financia la Federación de Lechones y Comparsas de Santiago (Felecsa); la Unión Carnavalesca (Ucasa), Federación Unida del Carnaval (Fucsa), Ucacosan y el Bloque Independiente, entre otros. El alcalde también apoyó efectivamente, el concurso de caretas de Puro Carnaval, celebrado y expuesto museográficamente en el Centro de Convenciones y Cultura UTESA, liderado por Adalberto de León.
Se estiman en 23,332 personas indirectas involucradas, calculadas en promedio de 8 ciudadanos por cada persona disfrazada. Un público de 93,600 mil personas por día/actividad, que podría llegar a 250 mil involucrados por actividad.
La relación porcentual de los tipos de grupos que participan en Carnaval de la ciudad de Santiago corresponde es la siguiente. Lechones 65%, Comparsas 25%, Personajes 8%, Carrosas 2%. Los niños representan un 30% de los que desfilan, lo que se expresa en una integración masiva de la familia.
El relevo se está produciendo en participación y en artesanía. Las personas que se disfrazan en la calle, por lo general, proceden de los estratos sociales de bajos ingresos económicos. No obstante, este predominio, desde hace un lustro, la clase media se ha ido integrando poco a poco y comienza a estar presente con una frecuencia ascendente. De hecho, en este año, la clase media y alta se integra al público y participa mostrando una gran receptividad. Se tiene como meta la integración de escuelas y universidades, así como los clubes sociales a través de sus grupos culturales
El ayuntamiento con el apoyo de su directora cultural, Miriam Cruz, transforma para bien, el curso estratégico del carnaval. A partir de febrero 2025, la tradicional fiesta popular celebrada cada domingo de febrero, será organizada en el Parque Central de Santiago. Parque que, a su vez, es un proyecto estructurante para robustecer el sistema verde y conectividad vial, pactado en el primer Plan Estratégico 2002-2010.
Igualmente, el alcalde, logró que uno de los empresarios emblemáticos de Santiago, Carlos Iglesias, presidente de la Corporación de Empresas Bellón, se involucre como “Rey del Carnaval”. Iglesias estableció que la celebración de esta genuina festividad, en el Parque Central, “crea un antes y un después del Carnaval, que va a repercutir en todo el país”.
El ayuntamiento con gobernabilidad y gobernanza, dejó atrás, los acostumbrados enredos de diversos sectores vinculados al carnaval, para organizar estas icónicas artes escénicas del pueblo. De acuerdo a la ley 176-07, en artículo 19, es al Ayuntamiento que le corresponde la rectoría de las ferias, festivales, fiestas populares y su gestión cultural.
Se han mermado las rivalidades organizativas al interior de los medios comunicación. Se resolvió la creación fallida de la corporación del carnaval, para que el Ayuntamiento tal como manda la ley, asuma rectoría y liderazgo, devolviéndole a las federaciones de lechones, principalía y financiamiento.
Es momento para que miles de empresas privadas, instituciones y organismos públicos, otorguen facilidades a sus empleados para que se disfracen y participen masivamente en esta industria creativa del pueblo, generadora de ingresos para la economía familiar.