Sin querer queriendo, a lo Chapulín Colorado, el 27 de febrero, el Primer Ministro británico y la Presidenta de la Unión Europea anunciaron un acuerdo que viabiliza el Brexit –la salida del Reino Unido de la Unión Europea– informada por France24 en el enlace siguiente:
Irlanda tendrá cierta autonomía de las otras regiones que conforman al Reino Unido y completa libertad de tránsito con la República de Irlanda y regirá en Irlanda del Norte el Tribunal de Justicia de la Unión Europea,
El llamado Acuerdo marco de Windsor anunciado este lunes por el Gobierno del Reino Unido y la Unión Europea (UE), que reforma el Protocolo para Irlanda del Norte, aborda los principales problemas que este instrumento del Brexit ha creado en la provincia británica.
Estas son las principales áreas que reforma el nuevo pacto, que presta especial atención a la gobernanza, la soberanía y el comercio en la región.
- Libre Circulación de Bienes
Desde la entrada en vigor del Brexit, el protocolo ha mantenido a Irlanda del Norte dentro del mercado interior comunitario y británico, por lo que los controles al comercio entre el Reino Unido y la UE se han efectuado en los puntos de entrada norirlandeses, lo que evita levantar una frontera física entre las dos Irlandas y no perjudicar el acuerdo de paz de Viernes Santo (1998).
Esa frontera comercial, situada en el mar de Irlanda, ha creado también problemas políticos entre los unionistas probritánicos, pues consideran que afecta a su relación con el resto del Reino Unido, y éstos han boicoteado desde hace un año la formación de un Gobierno de poder compartido con los nacionalistas.
· Sistema de Carriles verdes y rojos
El acuerdo negociado establece ahora un sistema de carriles verdes y rojos entre Gran Bretaña (Escocia, Gales e Inglaterra) y la provincia.
Por los carriles verdes -monitorizados electrónicamente por la CE-, irán las mercancías destinadas a Irlanda del Norte sin controles de rutina, mientras que por los rojos lo harán las que exporten a la República de Irlanda para entrar en el mercado comunitario, por lo que se someterían a trámites aduaneros en puertos norirlandeses.
- La posición de Irlanda del Norte en el Reino Unido
El segundo elemento del acuerdo aborda la aplicación de ciertas leyes comunitarias y, en consecuencia, la situación de que algunas leyes británicas no puedan aplicarse en la región, lo que, según los unionistas, pone en peligro su relación constitucional con el Reino Unido.
Esto ha provocado, por ejemplo, que Irlanda del Norte y Gran Bretaña (Inglaterra, Gales y Escocia) impongan diferentes impuestos, como el IVA, a productos como el alcohol o materiales de energías renovables, dado que la provincia se rige por las normas del mercado interior comunitario, con lo que tampoco tenía acceso a ayudas estatales de Londres, vetadas por Bruselas para evitar una competencia desleal.
Con el nuevo pacto, el Gobierno británico podrá efectuar "cambios clave en el IVA", según ha explicado el primer ministro, Rishi Sunak, quien avanzó que ahora podrá, por ejemplo, modificar las imposiciones fiscales a ciertos productos con el mismo efecto en todas las regiones británicas.
- El déficit democrático en Irlanda del Norte
Uno de los asuntos más delicados de estas negociaciones por el rechazo firme del probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) -segunda fuerza norirlandesa- al papel que desempeñaría en la provincia el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
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¿Sería apropiado guardar en el subconsciente esta fórmula para el liderazgo nacional a reunirse en unos días en el Palacio Nacional para consensuar el Proyecto País frente a las relaciones con Haití para tomar en cuenta la experiencia de esta fórmula pensada entre una Presidenta comunitaria de raíces germánicas y un Premier británico de ancestros hindúes? Los tiempos nos traen sorpresas…