Crecí cerca de la casa del coronel Edgar Buteau, número 2 de la Academia Militar a principios de los años 50. Durante años, su colección de fotos fue la principal fuente, para la realización de los álbumes de la Academia, La Antorcha. Dedicaba parte de sus días a capturar e inmortalizar momentos de la vida militar. Conservó décadas de historia militar nacional. El terremoto del 12 de enero de 2010 fisuró la habitación de su residencia donde se almacenaban cajas de archivo. El agua penetró, etc… Lo supe durante una visita a su hija, la doctora Chantal Buteau, en abril de 2013. Triste aquel viernes del 16 de octubre de 2020 cuando aprendimos el fallecimiento de Chantal.
Mi último intercambio con Puchy (Eugène Lalane Junior), el más elegante de mis hermanos, fue el lunes 8 de enero. Me comunicó la noticia del fallecimiento de Frantz Beckenbauer. Me estaba documentando para enviarle una nota sobre el destacado entrenador brasileño Zagallo y el jugador alemán Beckenbauer, arquitectos desconocidos en la construcción de los gustos de nuestra generación para el fútbol moderno. Dos días más tarde, al enterarme de que murió de un repentino ataque al corazón, recuerdo al Puchy que me trajo de Nueva York, a finales de los noventa, un par de Florsheim Imperial para «hacer buen tono» con mis guayaberas de entonces. Había acompañado los zapatos con tres CDs de Luís Miguel que tenían éxito. Dominaba el arte del saber vivir y del saber hacer con un tacto increíble.
Los alumnos del Colegio San Juan recuerdan la sonrisa sinceramente filosófica del profesor Elysé, en el barrio de los años 90. Sin populismo ni intención de candidatura alguna, era amigo de todos. Hacia la misma época, con Menoce Gabriel fue el momento de los últimos grupos de jóvenes residentes que se interesan por la historia mayúscula de Haití, sinceramente. Leíamos todos los periódicos y a veces el diario oficial.
Tuvimos tres vecinos que se llaman Yuri. El más joven, Yuri Hollant, sin saber muy bien por qué, lo llamaba «Andropov». No tenía nada de una silueta KGB o Comité Central del otrora partido comunista soviético, pero el apodo le gustaba. Nos sorprendió a todos cuando abandonó como cadete la Academia Militar. Fue asesinado en su nueva residencia, lejos de nuestro barrio, en septiembre de 2023. Su hermano Ginlov Hollant, quien falleció en enero de 2020, siempre me ha impresionado por su increíble capacidad para transformar cualquier esquina en espacio de discusión constructiva, investigación y urgente propuesta académica. Joven aristócrata del pensamiento, perteneció al reducido grupo de los que cultivaron respeto hacia nuestra Facultad de Derecho (Universidad del Estado).
Continuará…