La creación del denominado Fondo de Gestión Provincial Senatorial, conocido como asistencia social o “Barrilito”, que actualmente recibe cada senador de la República, ha causado mucha indignación y recibido muchas críticas desde que dicha modalidad fue establecida durante la presidencia del Senador Reinaldo Pared Pérez, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el año 2006 para ayudas o asistencia social a personas en condiciones de vulnerabilidad.

Hasta ahora son escasos los senadores que han optado por no aceptar dicha asistencia económica, la cual ha sido manejada a discreción y con muy poca transparencia por cada senador y sin que dichos fondos hayan sido auditados por un organismo del Estado. Los fondos que recibe cada senador varían de acuerdo a la cantidad de votantes de cada provincia. Los mismos oscilan entre RD$650,000; RD$944,000 y RD$1,059,000 (el Distrito Nacional y San Cristóbal). En total, cada año a los senadores de la República se les otorga la suma de unos 240 millones de pesos por este concepto. Muchos senadores dedican dichos recursos a otros fines.

Recientemente el actual senador del Distrito Nacional por el Partido La Fuerza del Pueblo, Omar Fernández publicó en las redes sociales un video donde da a conocer que los fondos recibidos por la mitad del mes de agosto, por concepto de asistencia social, ascendente a la suma de RD$529,500.00 serán destinados en su totalidad para salvar la vida de un niño de 11 meses que padece de cáncer. También se comprometió en entregar para esta misma causa el sueldo de RD$70,500.00. El senador Fernández expresó que informará en qué empleará la suma de RD$1,029,000.00 que recibirá mensualmente del Fondo de Asistencia Social, como una forma de transparentar el manejo de dichos recursos. Dicho fondo llevara el nombre del niño que será atendido por su oficina senatorial.

En dicho vídeo Fernández reconoce la distorsión que existe con el rol de un legislador el dedicar parte de su tiempo y de sus funciones a estos asuntos sociales, pues estas funciones son responsabilidades de las instituciones y ministerios del Estado que fueron creados para estos fines y que él espera que llegue el día en que no haya necesidad de hacerlo. El rol de un legislador (senador y diputado) es el de legislar, representar a su provincia y el de fiscalizar los bienes del Estado.

Tal como muy bien reconoce dicho senador, esta decisión no es lo más deseable ni lo que esperan los dominicanos que votaron por él; su actitud es digna de encomio, de reconocimiento y de muy buenas intenciones, porque está contribuyendo a salvar una vida y todo el que tenga la posibilidad debe hacerlo. Es legislando para que al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social se le asignen los recursos suficientes para que pueda atender a estos tipos de problemas de salud, sobre todo, a tantas personas con enfermedades catastróficas de: Cánceres, deficiencias renal, diabetes, trasplantes de riñones, que mueren diariamente por falta de atenciones; es fiscalizando los recursos de las instituciones, los cuales son desviados y distraídos por actos de corrupción.

Se debe someter una resolución para que todos los recursos del Fondo de Asistencia Social de todos los senadores sean destinados a una institución que se encargue de atender a las personas con estos tipos de enfermedades. No se requieren soluciones individuales, sino colectivas.

Los que conocemos al senador Omar Fernández vemos en él a un joven con muchas luces, con una gran formación política, con grandes valores morales, familiares y con un enorme futuro político promisorio; se ha convertido en la esperanza política de muchos jóvenes dominicanos, asumiéndolo como un paradigma a seguir. La muestra está en la gran cantidad de votos que obtuvo en las pasadas elecciones congresuales para obtener la senaduría del Distrito Nacional por lo que estamos seguros que cumplirá con el rol de legislador.