En la compañía Arriba el Telón todos los actores son pacientes psiquiátricos con trastornos mentales graves del hospital de día Lajman de Madrid. Se trata de una experiencia única en Europa. Este centro, abierto desde 1996, lleva más de veinte años organizado talleres de teatro con sus pacientes y cuenta con la ayuda y el apoyo de asociaciones de integración social, como La Barandilla.

Este proyecto, que nació como una iniciativa terapéutica, como parte de la rehabilitación para desarrollar capacidades cognitivas y sociales, muestra cómo el arte nos ofrece herramientas para afrontar y gestionar las habilidades sociales, con resultados muy interesantes en este caso en pacientes que por sus diagnósticos y su cronicidad presentan empobrecimiento y déficits en sus capacidades para tener autonomía en las actividades básicas de la vida diaria.

Además, el teatro se convierte en un vehículo de integración en la sociedad, a la que los enfermos son incapaces de adaptarse por su ritmo demasiado rápido. Los resultados de esta iniciativa son bastante positivos en cuanto al refuerzo de su autoestima, la estimulación para el aprendizaje de nueva información y sobre todo para la búsqueda de un lugar en la sociedad. A veces con simples gestos alcanzamos objetivos notables. Lo importante es empezar…

En el caso de República Dominicana, me consta que en el Centro de Rehabilitación Psicosocial una parte de las intervenciones y las estimulaciones se realizan desde las artes, puesto que su director, el doctor Gino Martínez, es un pionero en el uso de estrategias no farmacológicas, como el arte terapéutico, en nuestro país. Puedo dar fe de ello puesto que lo visité hace un año.

En este marco, el próximo 15 de noviembre se proyectará, en una sala de cine de la capital, Mis 500 locos, la película basada en la obra homónima de mi padre, el doctor Antonio Zaglul, quien siempre mantuvo una relación de cariño con el Patronato de Salud Mental Padre Billini, con la finalidad de recaudar fondos para ayudar a pacientes con enfermedad mental crónica. Esta iniciativa surge de este Patronato, de admirable misión altruista, y de su presidenta, la señora Rosario Bonarelli, junto con un grupo de personas que trabajan abnegadamente desde el más absoluto anonimato.

Luchan por la dignidad y el respeto a las personas severamente enfermas con patologías mentales crónicas, quienes, por tales circunstancias, viven en condiciones sociales y familiares muy complicadas, muchas de ellas en situación de abandono o víctimas de una vulnerabilidad muy elevada. Iniciativas solidarias como esta corrigen la soledad en que instituciones como este Patronato trabajan, inspirado en este caso también en el recuerdo del doctor Antonio Zaglul Elmúdesi, quien luchó siempre por la dignidad de sus pacientes.