El 8 de junio de 1967 en la historia de Haití

La fecha del jueves 8 de junio de 1967 sigue planteando serios interrogantes sobre las complejidades del régimen de los Duvalier (1957-86). En una nota confidencial de la embajada norteamericana en la capital haitiana (1975 STATE 078458_b; 7 de abril de 1975, 21:35, lunes) nos enteramos: «[…] En 1966, la C.I.A. quiso deslizar un veneno mortal en la comida de Duvalier. […]». 

François Duvalier era plenamente consciente de todo lo que estaba ocurriendo. También en 1966, la expresión «nuevo ejército» en el discurso de Papá Doc Duvalier tiene un contenido que pocos ciudadanos logran descifrar correctamente. El panorama en la isla era muy complejo. El presidente dominicano, ganador de las elecciones del 1º de junio de 1966, era un aliado de Duvalier. Desde 1962, cuando Joaquín Balaguer estaba exiliado en Puerto Rico, se benefició de los conocimientos del lobista estadounidense del presidente haitiano, Irving Davidson.

El 8 de junio de 1967, a primera hora de la tarde, un pelotón comandado por el presidente vitalicio ejecutó en Fort-Dimanche a los subtenientes Joseph Alcéna, André Desrosiers; a los tenientes Grégoire Monestime, Franck Monestime, Marc Monestime, Alix Rémy, Venard Casimir, Josma Valentin, Mérizier Geffrard; a los capitanes Michel Obas, Serge Hilaire, Serge Madiou, Joseph Laroche, Probus Monestime, Donald Manigat; a los mayores Pierre Thomas, José Borges, Harry Tassy; al coronel Charles Lemoine. Durante décadas, siempre se creyó erróneamente que este espectacular asesinato constituía una hazaña. El régimen supo engañar a buena parte de nuestra comunidad. En un país de feroces desigualdades, este crimen permitiría a algunos avanzar. Unos años más tarde, incluso tratarán de justificar este hecho absurdo en la Academia Militar (reabierta en 1971): la doctrina militar duvalierista. François Duvalier preparó meticulosamente la lista de víctimas. La masacre de junio de 1967 fue diferente de los asesinatos de abril de 1963. Las víctimas de 1967 fueron juzgadas por una corte marcial duvalierista. Durante diez años, entre purgas, asesinatos, expulsiones injustificadas, supresión de la nacionalidad, confiscación de bienes, el proyecto del nuevo ejército parecía tomar forma. Se hizo costumbre en las Fuerzas Armadas saludar al rango; sin respetar realmente a quien llevaba el uniforme y el«rango». El mayor Gérard Dalvius describió la situación así: «un teniente de la guardia presidencial tenía más peso en la jerarquía que un coronel del alto mando» (Une armée pour la démocratie, Impr. Le Natal, 1987).

El periódico francés Le Monde escribe: «El Washington Evening Star dijo que los oficiales habían sido arrestados a principios de junio y llevados ante un tribunal militar el 4 de junio, que los condenó a muerte por "motín y traición". Entre ellos había diez miembros de la guardia presidencial. Otros tres oficiales también implicados en la trama habrían escapado del juicio y del pelotón de fusilamiento refugiándose en las embajadas de Panamá y Brasil. Como represalia, el presidente Duvalier habría solicitado la retirada del encargado de negocios brasileño en Puerto Príncipe, y el gobierno haitiano habría presionado para que los tres funcionarios refugiados fueran entregados a la policía. Según los testimonios recogidos entre los viajeros que llegaban a Santo Domingo desde Puerto Príncipe, los conspiradores estaban vinculados al jefe de la policía militar del exdictador Trujillo, Johny Abbes García, quien fue fusilado en Puerto Príncipe el 25 de mayo con su mujer y sus hijos. El gobierno dominicano ha pedido a las autoridades haitianas que aclaren este último caso» (Le Monde, 13 de junio de 1967, edición francesa).

Los cañonazos disparados por el coronel Octave Cayard en dirección al palacio presidencial, o el motín de los guardacostas del 24 de abril de 1970, afectaron al cansado corazón de Su Excelencia, quien falleció un año después, el 21 de abril de 1971.