Los días y noches previas al alzamiento guerrillero en noviembre de 1963 vivimos momentos tensos.
El 22 de noviembre se produjo el magnicidio del presidente de Estados Unidos J.F. Kennedy.
Esto obligó a un repliegue de quienes estábamos en Santiago.
Un grupo iría por la cordillera central ignorando el destino específico en las montañas. Se juntarían con Manolo y otros compañeros que esperaban. Esos compañeros integraban el frente Enrique Jimenes Moya, comandado por Fidelio Despradel.
Quien escribe iría hacia Altamira como parte del frente Gregorio Luperón, bajo la comandancia de Juan Miguel Román. En cierto momento Juan Miguel insinuó que si surgían condiciones podría crearse otro frente armado en la cordillera septentrional.
Éramos todos del 1J4 y nos sentíamos optimistas, en particular Rubén Diaz Moreno y su hermano Muni Díaz Moreno. Esa noche jugaban Escogido y Águilas en el estadio Cibao. Juan Marichal era el lanzador por las Águilas. Marichal nunca supo que lo tomamos de pretexto y discutíamos en voz alta al pasar lentamente por el “policía acostado” del cuartel policial frente al “pley”. Vale repetir:
Marichal nunca supo que mientras él pichaba en un “pley” repleto de fanáticos gozando, los catorcistas pasamos por las narices de los policías hablando de partido entre el Escogido y las Águilas.
Llegamos sin problemas al punto, aunque el guía campesino se aferró en decir que había otro punto más adelante más seguro en distintos sentidos.
Otra persona recomendada para guiarnos tampoco subió a la loma. Pudo arrepentirse, pensé yo.
Nuestro frente armado Gregorio Luperón sufrió tres muertes: Ponono Minaya, Enriquito Almánzar y Guancho Escaño. Tres mártires de la Patria que jamás se nos olvidarán
El frente Enrique Jiménez Moya, de Las Manaclas* sufrió 16 muertes, que nos colman de luto, pero que reverdecieron vueltas bríos ante la misión de levantar con dignidad la bandera de la Raza Inmortal y de todos caídos luchando por un futuro de justicia social plena para el pueblo dominicano.
En las montañas de Enriquillo, Barahona, el frente guerrillero hizo honor a la historia de sus ancestros. Revolucionarios como Berto Batista, entre otros, honraron la tradición magisterial de maestras de la estirpe de Elena Galarza, una Mirabal del siglo 20.
Pedro Emerson Mota Galarza, alias Chacún, caído en las lomas de Enriquillo Barahona, siguió frente en alto el ejemplo de la Raza Inmortal.
Las palabras de Iván Rodríguez Pilier informarán lo esencial en síntesis de lo acontecido en las lomas orientales, donde tuvo acción el Frente guerrillero Mauricio Báez.
Por igual, se publicará lo acontecido en las lomas de San Francisco de Macorís, donde se asignó el Frente Hermanas Mirabal. Bajo las órdenes Rafael Cruz Peralta y Homero Hernández Vargas.