Quien estas líneas escribe nació y se crió en un hogar lleno de alegría y felicidad. Nunca conocí la tristeza. Mi padre, un humilde campesino, era una especie de monje; aunque en el campito donde vivíamos no había ni iglesia ni convento. Él oraba durante muchas horas del día por su familia, la comunidad y el mundo. Cantaba y declamaba maravillosamente como la voz de un jilguero.

Mi madre era una gran emprendedora, que criaba a sus ochos hijos, casi ciento por ciento hembras, y mientras ella lavaba, también cantaba, un poquito menos que mi padre; mas, le ganaba a éste en la militancia social y en la lucha por el bien común.

Mis hijos nunca han conocido la tristeza. Y dan y aman hasta que les duela, como diría la Madre Teresa de Calcuta.

En el Polo "Magnético", exactamente entre Cabral y Polo, donde viví mi vida de niño, hay un punto de la geografía que lleva el nombre de mi madre. Este punto de la ruta se llama La Subida de Chencha.

Cuando los vehículos se calentaban subiendo la cuesta, llegaban arrastrándose hasta a mi casa, para recibir el agua donada por mi madre. Esa agua la buscábamos, a casi diez kilómetros de distancia, y ella la regalaba con mucho amor y una sonrisa. El amor está más allá del sacrificio.

Los hombres y mujeres del mundo académico ya no se sorprenden cuando reciben las noticias de que en muchas universidades prestigiosas de los Estados Unidos y otros países realizan actividades relacionadas con la poesía para impactar emocionalmente en el alma de la gente y producir alegría y felicidad.

Tampoco nos sorprendemos cuando la prensa recoge informaciones que hablan de cursos y talleres sobre cómo lograr la felicidad, impartidos por reconocidas universidades del mundo.

Los hogares y las escuelas deben educar para la democracia, la libertad y la felicidad.

La pandemia dejó en el alma humana muchos trastornos que no se curan con la medicina de las grandes empresas farmacéuticas.

Unos versos de una canción, una palabra que te toque el alma pueden tener el más alto poder curativo. La felicidad es la gran medicina de estos tiempos.