Las financieras comerciales jugaron un papel preponderante durante las décadas de los 80 y 90 y se podría señalar que su casi total desaparición de hoy día se debió entre otras causas, a la falta de experiencia de los inversionistas en esta nueva actividad en el país, acompañada de los muy pocos controles que se llevaban a cabo por parte de las autoridades que regían nuestro sector financiero. Lo cierto es que estos frecuentes cierres y situaciones que afectaron y maltrataron los usuarios de estos servicios, unido a los cierres de varios bancos comerciales(Banco Inmobiliario Dominicano, Banco Universal, Banco Dominico- Hispano, Regional Dominicano, Panamericano, Latinoamericano, De Los Trabajadores, La Moneda, Finade), resquebrajaron gran parte de la confianza de la población dominicana en estas instituciones. Todavía en la primera década del siglo 21, se liquidaron otros bancos comerciales, como fueron, el Banco Intercontinental(Baninter), Banco Mercantil y el Banco Nacional de Crédito(Bancrédito).

Habría que indicar que, aunque el Banco Central y la Superintendencia de Bancos, que son las instituciones que regulan el sistema monetario y financiero del país, fueron creados en el 1947 y el 1965 respectivamente, no fue sino hasta el año 2002, que se promulgó la ley No.183-02 que crea y regula el sistema monetario y financiero de la República Dominicana. En esta ley se establece que la administración monetaria y financiera está compuesta por la Junta Monetaria, el Banco Central y la Superintendencia de Bancos, siendo la Junta Monetaria el órgano superior de ambas instituciones.

En este caso queremos destacar el aspecto relacionado con la educación financiera de la población que juega un papel de mucha importancia si se mira el sector de manera integral en el que cada parte actuante es importante y es necesario que se le dé el peso específico que le corresponde, porque el usuario de estos servicios es la razón de su existencia y sin consumidor no hay consumo del producto financiero.

La educación financiera, trae consigo muchas externalidades positivas que van desde la manera en como deben administrarse las finanzas personales, de como entender y seleccionar las mejores opciones de los productos financieros que ofrece el mercado y de darle la capacidad al usuario de poder defender sus derechos como consumidor.

Sobre este aspecto se ha escrito mucho en las últimas décadas y muchos de los organismos internacionales( Banco Mundial, OCDE, entre otros) han visto la necesidad de afrontar el desconocimiento de estos aspectos mediante programas estratégicos nacionales, ya que al final del camino todos los actores del sector(inversionistas, consumidores y reguladores) se benefician y se abren mayores perspectivas para el desarrollo social de los países.

Entendemos que en el caso específico de nuestro país le corresponde a la Superintendencia de Bancos la educación financiera de la población y aunque este organismo realice algunas actividades en este sentido, parecería que no es suficiente y que lo que se requiere es que se mantenga un programa permanente de educación financiera que capacite a los usuarios ya que al final del camino, los mas beneficiados serán los inversionistas del sector, porque ello contribuirá a un mayor crecimiento de los consumidores de los productos financieros por el aumento de la confianza en el sector debido al mayor conocimiento y entendimiento financiero.

Estamos seguros, que casos como este que presentamos y que se producen día a día, con una mayor educación financiera se reducirán a niveles aceptables

El usuario utilizó los servicios de una corporación financiera situada en Santo Domingo Este, ya que no tenia las calificaciones para acceder a una institución bancaria.

Préstamo: RD$ 100,000

Plazo de amortización: 12 meses

Tasa de interés: 1.80% mensual

 

La tabla de amortización que recibió el usuario fue la siguiente:

 

Capital                Intereses            cuota total

Cuota No.1                      8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 2                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 3                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 4                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 5                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 6                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 7                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 8                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 9                       8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 10                     8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 11                     8333.33              1800.00              10133.33

Cuota No 12                     8333.33              1800.00              10133.33

Total pagado                                                                           121,599.96

 

Fíjese que, aunque el usuario pagaba mensualmente una cuota de capital, los intereses mensuales no se reducían y se supone que los intereses se pagan sobre el balance de capital adeudado, ya que, de manera muy sencilla, el interés es el pago que se realiza por el uso del dinero ajeno, mientras mas debe mas intereses debe pagar, pero mientras menos debe menos intereses debe pagar.

 

Lo que debió pagar el usuario fueron RD$ 112,082.37 y en lugar pagó RD$ 121,599.96, es decir un 8.5% por encima de lo que corresponde, a la tasa de interés que engañosamente la corporación financiera supuestamente le cobró.

 

Otro usuario con un préstamo de RD$600,000, que debió pagar RD$ 986,110.19 en 60 cuotas mensuales terminó pagando RD$ 1,248,000.00, es decir RD$ 261,890.00 mas de lo correcto.

 

Esto es un ejemplo y ejercicio simple que sucede a diario en nuestro país y que va en detrimento de la población que no puede acceder a la banca comercial donde tienen una mayor intervención los organismos reguladores del sector.

 

Procede entonces, que en el país se realice un programa nacional de educación financiera y que además las autoridades tengan un mayor control de las corporaciones financieras que todavía existen y que están socavando la economía de las clases menos pudientes que no pueden realizar las reclamaciones correspondientes por las pocas opciones que tienen.