Cuando se pone la imaginación creativa a funcionar, no hay excusas para no reconocer el talento y determinación que poseen los jóvenes de la clase media y otros de la clase humilde para emprender con éxitos sus tareas. He tenido una grata experiencia recientemente durante el proceso electoral con una cohorte de Edecanes que a cualquiera deja pasmado de asombro por el grandioso desempeño que desplegaron acompañando a los observadores internacionales que vinieron al país para hacer de veeduría.

Se escogieron unos 70 edecanes algunos del Ministerio de Relaciones Exteriores, otros del MESCYT y unos pocos voluntarios profesionales de los temas internacionales. Fue una experiencia gratificante tanto para ellos, como para los observadores internacionales que elogiaban reiteradamente el efectivo desempeño de estos valiosos dominicanos as que exhibieron con excelsa prontitud y satisfacción sus potencialidades para que el Dia D de las pasadas Elecciones fuera indudablemente una auténtica fiesta con sabor criollo dominicano.

Se movían todas y todos con la cadencia merenguera propia de nuestro mulataje, al son del ritmo caribeño, tan emulado en otros confines, que se convertía su trabajo en una deleitosa danza sin tedio, que dejaba atónitos a los visitantes, entre los cuales se contaban cuatro Expresidentes, de Costa Rica, Cabo Verde, Guatemala y Ecuador;  eran aproximadamente 150 observadores que llevados de las manos de los jóvenes y algunos adultos de experiencia peregrinaron por los colegios electorales sin ningún tropiezo, en medio de un escenario electoral que solo recibió de ellos palabras de alabanzas para los dominicanos. Testimonio que evidencia, que no es verdad que todo este perdido, pues hay una juventud dispuesta a echar la batalla por la honestidad, el trabajo, los estudios y la excelencia en el desempeño.

Pero debo enfatizar que todo fue diseñado, planificado en talleres y análisis por facilitadores y participantes a edecanes, bajo la batuta del Viceministro de Relaciones Bilaterales, Emb. José Julio Gómez, un joven de talento maduro, con probada inteligencia y dominio de idiomas, que acompañan en su despacho otros tantos jóvenes como una verdadera colmena de abejas que silenciosos hacen sus destrezas diplomáticas.  Todo ello orientado y validado por el Canciller Roberto Álvarez, un ministro de carrera que promueve la concordia y la paz entre las naciones, que ejemplariza el Presidente Abinader, ejemplo de un nuevo paradigma que transforma el país. En horas buenas se encuentra la sociedad dominicana y todos debemos cooperar para la grandeza de la Patria.