Cuando a los ciudadanos de un país se le pregunta cómo está la situación económica, parten de dos categorías: Percepción y realidad.
Percepción y realidad se pueden expresar tanto en términos microeconómicos en función de la compra para el consumo de bienes y servicios por los individuos, así como la relación de costos y beneficios de las empresas; en términos macroeconómicos principalmente estas dos categorías se expresan a partir de la evolución de la economía en términos de crecimiento y del nivel general de precios, así como la tasa de inflación resultante de la evolución de dichos precios.
Es que la percepción responde a elementos de carácter psicológico o de un estado mental en un momento o situación determinada; mientras que la realidad es la manera de cómo la gente se enfrenta, a la hora de adquirir en el mercado, los bienes que le permiten satisfacer sus necesidades básicas y de otro tipo; es decir cuando la gente va a comprar bienes inmediatamente se da cuenta si los precios de dichos bienes, están más altos o más bajos o si se mantienen estables en el tiempo, puro empirismo.
También la percepción se puede expresar en la sensación que tienen los empresarios con relación a su situación presente y las expectativas que tienen para el futuro; en tanto que la realidad se puede manifestar en términos de si los costos de producción, así como sus ganancias han aumentado, se mantienen estables o han disminuido; también como han afectado los cambios de los precios y sobre todo la tasa de interés, su capital de trabajo.
En el ámbito macroeconómico se puede tener la percepción de que la economía esta estable y que tiende a mejorar para el futuro; pero en términos de la realidad se debe observar si, comparado con periodos anteriores, la tasa de inflación se mantiene estable, aumenta o disminuye en el presente
Aunque es de reconocimiento general, que la pandemia del COVID-19 produjo un panorama que cambió de forma importante en la evolución de la economía entre los años 2020 y 2021 en la República Dominicana y el mundo, los factores que más afectaron el nivel general de precios fue el desabastecimiento y el aumento del precio del transporte de carga a nivel internacional, sin embargo ya para finales del año 2021, este fenómeno comenzó a ceder y los precios del transporte de carga por contenedores disminuyó desde los US$13,000 a menos de US$3,000, lo que debía tener un impacto inmediato los precios de los bienes importados.
Desde el ámbito de los que conducen desde el gobierno la política económica, tienen una percepción de que los precios están estables y que inclusive han disminuido, y se promete para este mismo año 2023 que la tasa de inflación va a ser para todo el año de 4% en vez de cerca del 8% del pasado año, del mismo modo expresan que la economía va a crecer, medido a través del producto interno bruto, a una tasa de crecimiento estimada del 4%.
Sin embargo, ya hemos destacado en anterior artículo, que la tasa de crecimiento del producto interno bruto disminuyó con relación al año 2022, teniendo un crecimiento de apenas 1.2% en el periodo enero-abril del presente año 2023 y aunque se señala que tasa de inflación ha disminuido con relación al periodo 2020-2022, cuando la gente va a los colmados y supermercados no se ha encontrado en concreto con la disminución de los precios de los bienes que compra.
En definitiva, la realidad contrasta con la percepción que quiere inculcar el gobierno en la población de que la economía ha mejorado, pronunciamientos que desdice mucho de la realidad que está viviendo la inmensa mayoría de las familias dominicanas.