Reconozco que de economía no sé mucho, con llegar nadando sin ahogarme aunque tragando agua a fin de mes ya tengo bastante teoría y tal vez demasiada práctica, pero eso que oigo de que tenemos una inflación de un 8% pero que es mucho menos porque la el crecimiento es de un 12% no me lo acabo de creer. Tengo unos medidores de subidas de precios muy exactos que se llaman supermercados (que no son ya las casa del terror como decía el gran Harold Priego si no las casas del pavor) tiendas y mercados populares que me dicen que los alimentos -por poner un solo renglón canastero y básico- en su mayoría han subido en un soplo de tiempo y en muchas ocasiones un 30% o más. Y cuidado. Si alguien lo duda coja dos mil pesos a ver que llena del carrito de la compra.

La gasolina, jejejeje, tres galones y un chin más que apenas te dan para ir a visitar a la novia si vive en los Alacarrizos y volver a Cancino Adentro donde vive el novio, son prácticamente mil billetes. Y eso del 12% de crecimiento, no lo he visto en mis ingresos mensuales que son también medidores de muy alta precisión. Pero bueno, dejemos a los expertos en economía que son expertos en explicología nos lo expliquen y nos atonten con sus lindas palabras y fraseologías técnicas.

Qué suerte ha tenido el `presidente Abinader con la mala suerte, primero subió al poder con el asunto de la pandemia arropando enfermando y matando al país, si las cosas le hubieran salido mal…. ¡la maldita pandemia mundial hubiera tenido la culpa de todo, contra ella era imposible luchar! y si le salen bien como hasta ahora parecer ser, el presidente es un Superman que pudo con ella.

Con lo de Ucrania también, si todo sube aún más y la situación se descriscaja la culpa es de los rusos, de ese ¡Puto Putin! imperialista hermano de Lucifer y primo del demonio Hael, que es mucho más listo que los líderes gringos y los europeos juntos, para entretenerse en sus momentos de ocio arma unos líos de armas del caray.

De nuevo los combustibles sólidos, los viajes, los transportes, el gas, el miedo internacional, los cientos de miles de desplazados ucranios por temor a la guerra, la aparición de los sapos de doce patas de Perdernales hablando arameo en verso, y la subida de precio de los sombreros de paja del kilómetro 22 es y será culpa de los rusos. Abinader ya tiene otro escudo blindado por si algo no sale tan bien como se esperaba. Lo de la flor de la ayuama en el lugar adecuado lo protege. Hay políticos con mucha Lucky y este presidente la tiene.

La publicidad del gobierno, si usted sale a la calle lleve el paraguas de la paciencia y ábralo rápido porque están lloviendo burriquitos aparejados de publicidad o propaganda estatal, como usted quiera llamarlas. Si el gobierno mueve un dedo, o si piensa moverlo, si el presidente se cepilla los dientes, bosteza ,o se le escapa una flatulencia, ya hay una o varias campañas para decirlo hasta en el último rincón del país.

Hacen publicidad al por mayor y al detalle los de Obras Públicas, la Presidencia de la República, un paquete de ministerios o dependencias estatales más y hasta el MATV, Ministerio de Asuntos Tontos Venusianos.

Después del rindecuentas y cuentos recién pasado del Presidente un importante medio de comunicación pública variantes de su discurso en seis de su páginas, con su foto repetida hasta la saciedad ¡faltaría más! Aparecen todo tipo de campañas para decirnos que hemos cambiado de mal a infinitamente mejor, algunas tan sensibleras que como ciertas novelas dan ganas de llorar -de lo malas que son- aparecen en radio, prensa, vallas electrónicas y corrientes, computadoras y si usted va a un restaurante y pide una sopa no se extrañe que al acabar de comerla en el fondo del plato aparezca la figura del Presidente. ¿Vamos hacia un culto a la personalidad o la personalidad hacia el culto?

El mejor negocio en estos momentos es poner un medio de comunicación, con las campañas del gobierno hay beneficios asegurados. Ya lo decíamos en un escrito anterior, de más de trescientas personas trabajando a todo vapor en la fábrica oficial de publicidad del gobierno no puede esperarse más que cataratas de anuncios o mensajes que por cierto los pagamos los receptores con nuestros agujereados bolsillos.

¿Se atreve el gobierno a decirnos, sin mentirnos, cuanto lleva gastado ya en los sueldos e instalaciones de esa fábrica y en la cantaleta interminable de anuncios?