Como todas las semanas, don Carlos Montaner nos ha regalado en El Listín Diario su artículo de análisis político.

La síntesis del de ayer es que “los seres humanos no son iguales, así como es falsa la teoría del valor de Karl Marx”.

La primera afirmación suena fuerte. Chocante, recuerda algo. Fue con argumentos de esta naturaleza que un pintor de Braunau am Inn hizo matar algunos millones de seres humanos, desiguales por capacidad intelectual, por considerarlos pertenecientes a razas inferiores, judíos, gitanos o eslavos, o pro ideas políticas.

Don Carlos parece olvidar que el alcance de la paridad de derechos de los afroamericanos en uno de sus países de adopción enfrenta todavía retos. Y lo mismo ocurre a los latinos en ambos sus países de adopción.

La Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas no considera solamente los derechos que él afirma que son violados en su país de origen, sino muchos otros (si tiene la paciencia de leerla toda) que el parece no considera importantes. Su visión liberal de la economía no encuentra motivo de escándalo si el derecho a la salud es asegurado de manera desigual en países diferentes y al interior de un mismo país, lo cual, según el preámbulo de esa declaración es una “barbarie ultrajante para la conciencia de la humanidad”. Y la salud es el área en la cual Cuba se ha distinguido durante la pandemia, por su capacidad de producir vacunas, cuando los otros países latinoamericanos fueron engañados en sus contratos con las farmacéuticas occidentales, como sabe cualquiera en República Dominicana

Confieso que me cuesta ver el nexo entre las dos afirmaciones. ¿La segunda refuerza la primera? ¿O será a revés? Esa lógica hubiera permitido agregar “Así como es falsa la teoría de la evolución”. Don Carlos califica de idiota quien conecte Hegel con Marx. Dado que fue Marx mismo, será otro error de Marx. Por mi parte, más suavemente me permito decir que no logro reconocer la influencia de Aristóteles en la lógica de Don Carlos.

El artículo tiene dos temas principales. Uno “teórico”, la refutación de Marx y Engels. Para ello, cita de manera simplista su amigo Alexander Yakovlev, y, pour épater le bourgeois, nos informa de una conversación inolvidable en la que fue la inmensa oficina de Suslov, ¡detalle importante por cierto!, la mayoría de los lectores no hubieran sabido quién fue si él no lo hubiera explicado. No tiene nada que ver con el tema, salvo tal vez el subrayar la satisfacción que él debe haber probado escuchando una tal afirmación purificadora del aire de esa oficina donde Suslov había teorizado tantos errores. De esa conversación recuerda que “La naturaleza humana es contraria al marxismo-leninismo”. Sorprendente que una personalidad compleja como Yakovlev no haya articulado más su pensamiento. Con este contundente argumento, su amigo Carlos Saladrigas desvirtúa, siempre según Don Carlos, la coartada del embargo o bloqueo, palabras que considera deban escribirse entre comillas. Hace diez años, Saladrigas reconocía que la política norteamericana contribuía a darle “legitimidad al gobierno cubano”.

Estas divagaciones teóricas sobre el marxismo-leninismo son entrelazadas con un análisis de la “estafa” de las elecciones cubanas, y de paso para añorar la Cuba de antes de la revolución. Según don Carlos, fue una locura tirar por la borda las oportunidades en que se traducía “su cercanía a los centros de mayor desarrollo. La Cuba real vivía uncida a USA, a su gran tamaño, a su capital, a sus centros creativos”. Irónico haber usado la palabra “uncida”, bien escogida sin duda si quería recordar que Cuba, además de estar plagada por el analfabetismo, para los norteamericanos, era prostíbulo, casino, y país del cual explotar las riquezas naturales.

Es evidente que tenemos ideas diferentes. Don Carlos no me convence y sé que mis consideraciones no lo convencerán a él.

Sin embargo, cuando se habla de datos hay una verdad objetiva y su interpretación requiere algo más que eslogan. Espero no causarle un ataque de urticaria, recordando a don Carlos lo que Antonio Gramsci escribió hace cien años, “Decir la verdad … es una acción comunista y revolucionaria” y “esconderla es un engaño y una estafa”.

Él califica estafa las últimas elecciones en Cuba. Uno de cuatro cubanos no ha votado, “muchos han votado por Superman o Tarzán, especialmente en la provincia de Holguín, de acuerdo a los interrogatorios”.

El Diccionario de la Academia Española de la Lengua no ayuda para interpretar la parte en itálico.

De todos modos, innegable que la afirmación que hubo una abstención del orden del 25% es correcta. Es cierto que en las últimas votaciones (electorales o de referéndum), en Cuba se ha reducido la participación ciudadana, aunque en las municipales del año pasado la abstención había sido mayor (31.5%). Es legítimo y normal interpretar esto como desconfianza de la población en los políticos. No es obvio el nexo con el marxismo. ¿Qué se debería decir en Italia, donde en las últimas elecciones políticas votó menos del 64%, o en la patria de la democracia, donde en las presidenciales de 2020 votó el 66.7%?

¿Y cómo se compara esto con América Latina? En América Latina hay once países donde el voto es obligatorio. Solamente en cuatro de ellos el porcentaje de votantes es mayor que en Cuba. En Cuba, donde el voto es un derecho y no una obligación, ese porcentaje supera por más del 10 % el de los demás seis países donde tampoco es obligatorio.

Este aspecto es de los que son sujetos a análisis. Una vez más entiendo que el mío y el de Don Carlos puedan diferir. Pero donde no debería haber espacio para opiniones es en los hechos. Y el fact checking no es generoso con él.

La matemática no es una opinión. La suma de no votantes, votantes en blanco, y votantes que anularon su voto es aproximadamente 33 %, pero a los ojos de Montaner sería más de un 50% del padrón electoral.

¿Es cierto que la provincia de Holguín ha levantado la bandera del abstencionismo antimarxista? Lo dejo juzgar al lector, basándome no en los interrogatorios sino en el resultado electoral. En Holguín votó el 72.88 % (media nacional, 76.87), votos en blanco, 6.90% (m.n. 6.22), votos nulos (supongo para Superman y Tarzán), 2.75% (m.n. 3.50).

OK, pero hay 300000 cubanos que el año pasado han abandonado la isla para ir a Estados Unidos. ¿Huyen del marxismo como los venezolanos y nicaragüenses? El año pasado 300000 guatemaltecos ingresaron ilegalmente a Estados Unidos, y 94000 hondureños fueron deportados. ¿Y los haitianos?

En Europa la inmigración ilegal desde África y algunos países asiáticos es uno de los grandes problemas que la Unión Europea no logra resolver.

¿Será culpable de estas migraciones el marxismo-leninismo? Imaginar al presidente Giammattei citando El Capital, o Estado y Revolución es difícil. ¿No serán otras las causas de la búsqueda del sueño americano o europeo?, tales como las grandes diferencias de desarrollo de los países, y la política de las grandes potencias, cuyas raíces son anteriores a cuando Karl Marx escribiera El Capital.