Actualmente en la República Dominicana se debate el tema de la reducción de la jornada semanal de trabajo, en términos de cantidad de horas que laboran los trabajadores, tanto del sector público como privado.

Es por eso que se ha iniciado el denominado "Plan piloto voluntario de semana laboral reducida”, impulsado por el Ministerio de Trabajo, ensayando con reducción de la jornada laboral en empresas privadas e instituciones publica, para medir resultados de esa acción, donde están involucrados mas de 300 empleados y con una reducción de la jornada laboral en un 20% y recibiendo el 100% de su salario.

La reducción de la jornada de las 44 horas semanales actuales implica la modificación del código de trabajo vigente desde el año 1992, aunque hace aproximadamente diez años se viene planteando la modificación del Código Laboral.

No se ha avanzado en el diálogo sobre una reforma del Código Laboral o Código de Trabajo es que los empresarios argumentan que no es necesario mantener el actual régimen de pago de prestaciones laborales, porque República Dominicana ya cuenta con un régimen de Seguridad Social que cubre las necesidades de los trabajadore en servicios de salud y pensiones, para garantizar el retiro digno.

En el ámbito de las propuestas de reducción de la jornada laboral existen algunas propuestas que plantean jornadas de 36 horas a la semana, de 12 horas diarias tres días a la semana o 4 días de 9 horas a la semana; pero esas propuestas deben ser flexibles en función de las características de las empresas, pues en algunos casos por las mismas condiciones de las empresas se debe considerar jornadas de 6 horas a la semana durante seis días.

Lo cierto es que la reducción de la jornada de trabajo contribuye a la productividad en virtud de que el trabajador puede lograr disminuir su nivel de agotamiento y eso se puede traducir en mayor eficiencia en la labor que realiza y a la vez, una mayor productividad se convierte en mayores beneficios para las empresas, lo que le permite contratar más personal para cumplir con los horarios que se le exigen, en función de la demanda de los productos que produce y vende.

En el caso de empresas que por su naturaleza deben realizar actividades por encima del horario tradicional de trabajo, es decir más allá de las 6:00 de la tarde o los días feriados, esto permitiría rotar personal y así se puede lograr aumentar la productividad del trabajador.

Aunque es una necesidad la reducción de la jornada laboral, por las razones antes expuestas, la modificación del Código de Trabajo para hacer este y otros cambios que son necesarios en dicha ley, no puede festinarse y querer aprovechar en la coyuntura electoral actual para ganar adeptos entre los trabajadores y sus familias o entre los empresarios, como ha sucedido recientemente con otros proyectos de ley, que los legisladores que representan el gobierno actual en el congreso, han aprobado al vapor, sin cumplir con los requisitos técnicos y procedimentales suficientes, para aprobar determinados proyectos de ley o modificar leyes ya existentes.

Cambiar la jornada laboral, reduciendo la cantidad de horas semanales, debe ser el resultado de consultas amplias de los sectores empleadores y de los trabajadores; además un análisis de los costos adicionales que esos cambios vienen a producir, así como de los beneficios; para evitar que dicha reducción se traduzca en despido de trabajadores, como una forma de las empresas compensar sus costos operativos.

Por lo que la modificación debe ser lo suficientemente flexible en términos de las empresas, desde el punto de vista del tamaño de las mismas, así como de la característica en función de las actividades a que se dedican.