Estudios realizados por epidemiólogos, psicólogos sociales y economistas en Argentina, Brasil, Ecuador, Perú, Uruguay y México en el período 2002-2019 constataron que la mayoría de las personas que disponían de los recursos económicos para “disfrutar una vida plena” carecían del afecto y el cariño de sus esposas/os e hijos y su salud física y mental era precaria (Resultados estudios de la ONU-OMS).
Trescientas cuarenta y dos mil (342,000) personas, con edades comprendidas entre los cuarenta (40) y los ochenta y cinco (85) años de edad en promedio, participaron en los estudios referidos en al párrafo anterior cuyos hallazgos sorprendieron a los investigadores responsables de llevar a cabo los mismos (OMS y OPS, 2002-2019).
En tal sentido, los hallazgos más relevantes son, entre otros: (1) El sesenta y tres por ciento (63%) de los participantes manifestó sentir insatisfacción personal, pese a disponer de los recursos económicos para “vivir a plenitud”; (2) el 44% había padecido o padecía de cáncer, estrés, problemas del corazón, obesidad, diabetes, depresión y trastorno de ansiedad; (3) el 52% se había divorciado más de una vez y, el 43% del 52% anterior, se había vuelto a casar en más de dos ocasiones (ONU y OMS-OPS, 2002-2019).
Además, (4) el cuarenta y ocho por ciento (48%) consultados había sufrido crisis de pánico cuando sus actividades empresariales y comerciales no resultaron rentables; (5) el sesenta y cuatro por ciento (64%) había presentado problemas para conciliar el sueño en más de cinco ocasiones; (6) el cuarenta y tres por ciento (43%) manifestó que no les había dedicado tiempo de calidad a sus esposas/os, a sus hijos, familiares, amigos y relacionados.
Asimismo, (7) el sesenta y ocho por ciento (68%) expresó que sus vidas tenían poco sentido o sentían un vacío existencial, pese a poseer recursos económicos suficientes, casas, fincas, vehículos de alta gama y haber realizados viajes y cruceros a varios países alrededor del Mundo; y, (8) el cuarenta y nueve por ciento (49%) dijo que no había disfrutado a plenitud los recursos y los bienes acumulados (Resultados de los estudios de referencia y Reportes OMS y OPS, 1996 y 2018).
En tal sentido, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, el vacío existencial es una pérdida de motivación o de interés por lo que acontece. Además sabemos que, las personas con un vacío existencial sienten “no tener nada dentro de sí mismas y que su vida no tiene sentido” (DMS, III, IV y V).
Como se puede apreciar en los párrafos anteriores, trabajar para acumular riquezas y bienes y, descuidar la salud física y mental, no dedicar tiempo de calidad para compartir con sus esposas/os, sus hijos, familiares y amigos, les generó un vacío existencial a casi el sesenta por ciento (60%) de las personas de ambos sexos que participaron en los estudios de referencia (INFORMES OMS, ONU, OPS, 2010-2017).
No obstante, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que el exceso de trabajo, el estrés acumulado, el insomnio, el trastorno de ansiedad, el trabajo sedentario y la depresión, deterioran la salud física y mental de los seres humanos, sin importar la cantidad de dinero y los bienes que éstas poseen y/o hayan acumulamos (DMS-V).
Como se sabe, las enfermedades físicas catastróficas y graves provocan el ochenta por ciento (80%) de las enfermedades mentales; mientras que, las enfermedades mentales provocan el cien por ciento (100%) de todas las enfermedades físicas conocidas por la psicología y la psiquiatría hasta ahora (DMS IV y V).
Por su parte, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, la mayoría de las personas con problemas recurrentes de salud física y mental, somos candidatas a padecer de vacío existencial leve, moderado o grave. Como se sabe, el vacío existencial desestructura los esquemas cognitivos, lo que provoca una distorsión psicoemocional del organismo humano (DMS-III).
Como se conoce, el vacío existencial induce al uso y abuso de alcohol, al consumo de drogas ilícitas y a la promiscuidad sexual. Además, insista al consumo de alimentos en exceso, al uso de videos juegos y a la adicción a las redes sociales, lo que complica la salud física y mental de las personas con este tipo de dependencia psicoemocional (DMS-V).
Por tratarse de una condición psicoemocional compleja, “el vacío existencial debe ser tratado por un profesional en higiene y salud mental que haya manejado este tipo de trastorno”, ya que la terapia y el seguimiento para tratar dicha patología requiere de experiencias terapeutas probadas (Sociedad de Psiquiatría de los USA).
“Las crisis de los hombres se manifiestan cuando sus mundos se saturan de respuestas y escasean las preguntas”. Dalmiro Sáenz.